Nunca me cansaré de explicarle a la gente por qué Félix Hernández fue la selección correcta para el premio Cy Young de la Liga Americana. Así que aquí les presento cinco de mis puntos favoritos sobre Félix:
1. No es suficiente decir que el Rey Félix recibió un pobre apoyo ofensivo. Su apoyo ofensivo fue históricamente pobre. Según Elias Sports Bureau, tuvo A) el peor apoyo ofensivo en carreras de cualquier pitcher en el béisbol, B) el peor apoyo ofensivo en carreras de cualquier lanzador en este milenio y C) el peor apoyo ofensivo en carreras para un lanzador de la Americana con efectividad de 2.50 desde Jon Matlack en 1978. ¡Eso sí es pobreza!
Hernández
3. Y entonces tenemos ese otro argumento chistoso: Sí, pero el Rey Félix no tuvo que enfrentar a los Yankees y los Medias Rojas todo el tiempo como lo hizo David Price. Cierto. Pero en las cuatro aperturas en las que se midió a los Yankees y los Medias Rojas, ¿sabes cuál fue su efectividad? Qué tal un 0.54. La efectividad de Price en siete aperturas contra Nueva York y Boston fue de 3.61.
4. Pero, como dijo uno de mis amigos del Twitter, el mundo es más grande que los Yankees y los Medias Rojas. Buen punto. Así que vayamos un poco más allá. En 22 aperturas contra los equipos con récord ganador, Hernández marcó 2.26 de efectividad. La efectividad de Price en 21 aperturas contra equipos con foja de .500 o más: 2.67. CC Sabathia marcó 3.32.
5. Finalmente, yo creo que la gente no se ha dado cuenta de cuán bueno fue este tipo. Entre las grandes hazañas de Hernández, esta me sorprendió sobremanera: acumuló 30 salidas de calidad. Ningún lanzador de la Americana había tirado tantas salidas de calidad en una temporada en los últimos 21 años -- desde que Bret Saberhagen también registró 30 en 1989. ¿Sabes cuál fue el último lanzador de la Americana con más salidas de calidad? Fue Catfish Hunter, en 1974 (con 31). Eso fue hace tanto tiempo que el Rey Félix tardaría 12 años más antes de hacer su debut en el Planeta Tierra.
Así que temporadas como esta no suceden con frecuencia, amigos. Y cuando suceden, lo menos que podemos hacer para celebrarlas es otorgarle al hombre responsable el premio Cy Young. ¿No crees?
CC no merecía corona de Félix
Derecho de Seattle superior a Sabathia en todo, excepto victorias
El valor de CC Sabathia para los Yankees es casi imposible de debatir.
Sus 21 victorias son casi la cuarta parte de las victorias de su equipo. Diez de esas 21 victorias fueron seguidas por una derrota de los Yankees, y lo más impresionante es que, en 17 ocasiones, él tuvo que lanzar el juego posterior a uno lanzado por Javier Vázquez oA.J. Burnett, dos lanzadores difíciles de seguir porque uno no puede darse el lujo de explotar en el partido.
Pero entonces, durante toda la temporada, Sabathia fue el único jugador de los Yankees que absolutamente y positivamente no podía tener un mal día, y por suerte para ellos él no tuvo demasiados. Sin él en este plantel, los Yankees simplemente no hubiesen llegado a los playoffs.
Pero a pesar de liderar la liga en victorias, Sabathia no tuvo un año digno de ganarse el premio Cy Young en 2010.
Uno podría decir que Sabathia debió ser el JMV (disculpen, pero yo no creo que él debería haber ganado ese premio tampoco) pero no tanto el ganador del premio Cy Young. Quizás se pueda argumentar que debió haber superado a David Price para quedar así en segundo puesto, pero ¿realmente eso importa?
Jim McIsaac/Getty ImagesCC ganó mucho, pero no brilló tanto como Félix
Los votantes de la BBWAA eligieron al ganador correcto cuando seleccionaron aFélix Hernández, y en este juego a nadie le importa quién se lleva el mayor dinero.
Sin entrar en el debate relacionado con el valor de victorias y derrotas por encima de valores más esotéricos como WHIP, FIP y WAR, Hernández fue el mejor lanzador de la Liga Americana de este año aún cuando tiene el peor récord de cualquier lanzador que haya ganado este premio.
Tal como muchos otros fanáticos de las estadísticas lo han demostrado y lo continuarán explicando mejor que yo, Sabathia quedó claramente segundo detrás de Félix en casi todas las categorías excepto en victorias. Hernández lanzó más entradas que Sabathia, permitió menos hits y boletos, ponchó a más bateadores, permitió menos jonrones, mantuvo el promedio de bateo de sus oponentes más bajo y logró un ERA por casi una carrera más baja que el de CC.
Y lo hizo para un equipo que ganó apenas 61 juegos y terminó 29 partidos fuera de ritmo en la división más débil de la Liga Americana.
Hernández tuvo alrededor de la mitad del apoyo de carreras anotadas que tuvo Sabathia. En nueve de sus 12 derrotas, los Marineros anotaron una carrera o menos. Se encontró en el lado negativo de las victorias por blanqueada en cuatro ocasiones.
Por otra parte, Sabathia logró más de 10 carreras en siete de sus 21 victorias, y un promedio de seis carreras por partido. Tuvo el beneficio de tener a tres ganadores del Guante de Oro detrás suyo en los jardines (OK, uno de ellos fue Derek Jeter), y a Mariano Rivera esperando en el bullpen para ponerle el tapón a la botella en la novena entrada.
CC lanzó bien toda la temporada. Fue un modelo de consistencia y firmeza, no solamente una roca sino un peñón en el que el equipo podía apoyarse cada cinco días, una confianza que se hizo no tanto importante, sino vital, cuando Andy Pettitte cayó con una lesión en la ingle y tanto Vázquez como Burnett perdieron la capacidad de lograr convertir outs.
Durante esos oscuros días de agosto y septiembre, cuando demasiados juegos fueron iniciados por Iván Nova y Dustin Moseley y Sergio Mitre, siempre estuvo Sabathia esperando para cambiar las cosas.
Pero la consistencia y la confiabilidad no implican que alguien sea brillante, y a pesar de que Sabathia casi siempre logró lo primero, rara vez fue lo segundo.
Fue brillante en su segunda salida de la temporada, cuando llevó un juego sin hits al octavo inning ante los Rays en Tampa Bay, y ante Oakland en septiembre cuando lanzó un partido de un imparable durante ocho innings, y fue al menos muy, muy bueno en su última salida de temporada regular ante los Azulejos de Toronto.
Pero hubo muchas noches (casi todas las noches, pareciera) en las que tuvo que trabajar duro, siempre con corredores en base y la multitud aguantaba la respiración, cuando su manager al final diría cosas como "CC lanzó lo suficientemente bien como para mantenernos en el partido, lo que hacen los ases".
En todo sentido, Sabathia fue un as. Sus logros son más impresionantes cuando consideramos que logró al menos algo de todo eso con una rodilla que pasó por una cirugía al final de la temporada. Pero eso no hace que sea merecedor al premio Cy Young de este año.
No hay un ataque a los Yankees aquí, ni una discriminación contra Nueva York. No hay otra cosa que una justa y certera lectura de la actuación de dos lanzadores de dos equipos diferentes.
No puede haber discusión de que el valor de Sabathia para los Yankees fue enorme e irreemplazable. Sin él anclando el plantel de lanzadores, todo el equipo se hubiese hundido en septiembre sin haber llegado el mes de octubre. Hasta ahora, ha valido cada centavo que los Yankees invirtieron en él hace dos años. Fue excelente para ellos en toda la temporada, el as indiscutido de toda la rotación.
Pero de ningún modo fue el mejor lanzador de todo el béisbol, o tan siquiera de la Liga Americana. Por bueno que haya sido, CC Sabathia le debe esas 21 victorias tanto a los Yankees como a su propio talento y esfuerzo.
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