El Real Madrid, líder con diez puntos, sólo necesita uno más para pasar a octavos como primero de grupo, mientras el Ajax (4) le pelea al Milán (5) la segunda plaza, con permiso del Auxerre (3). Eso se dirime hoy, matemáticas de primaria. Luego están la historia, trece Copas de Europa sobre el campo (4+9), la alcurnia del rival y la santidad del escenario. Y algo más allá, no demasiado, el Barça.
La idea, por tanto, es confirmar la primera plaza y salir libres de magulladuras y sofocos. Desde ahí, lo que venga: jugar bien, ganar o marcar media docena. Nada se descarta si atendemos a la trayectoria de cada cual: el Madrid es un tiro y su rival, procedente de la fase previa, una sombra.
Para ir cumpliendo objetivos, Mourinho, de vuelta al banquillo y a las ardientes conferencias de prensa, prepara un once de fusión. Descartados Carvalho, Khedira e Higuaín (de descanso en Madrid), se da por segura la titularidad de Arbeloa, Albiol, Granero, Pedro León y Benzema. También la de Casillas y el insaciable Cristiano. El desafío será demostrar que la segunda versión del equipo también funciona, asunto que no quedó claro contra el Murcia.
Y esta vez no se admite la excusa de la motivación. Para inspirarse bastará con observar las camisetas contrarias, quizá las más originales (y hermosas) del fútbol mundial y que en 1911, año del ascenso, sustituyeron al uniforme original, idéntico al del Sparta de Rotterdam (y al del Athletic).
Si nos ceñimos al presente, la trascendencia del Ajax (nombre tomado del primo de Aquiles) se limita a Luis Suárez, delantero uruguayo que está que muerde, en el estricto sentido de la expresión. Lo demás resulta grisáceo: un punto en las tres últimas jornadas de Liga, una reciente derrota contra el Auxerre en Champions y, en general, sequía de talento (Oleguer entró en la lista).
La presencia de Martin Jol en el banquillo local añade otro punto de interés. Como técnico del Tottenham jugó siete derbis contra el Chelsea de Mourinho y perdió cinco, empató uno y ganó otro. Digamos, para ser generosos, que no le tiene tomada la medida a Mou.
Leyenda.
Para reconfortarse hay que recurrir a la historia. Un tal Johan Cruyff consiguió el primer gol del Ajax al Madrid en Copa de Europa, allá por 1967. Probablemente fue el primer acto revolucionario de lo que vendría después en el 68, hippies incluidos.
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