martes, 9 de marzo de 2010

Adriano está en duda para Sudáfrica

-- El goleador brasileño Adriano, artífice del título del Flamengo en la temporada 2009, afronta nuevamente problemas personales que podrían marginarlo del Mundial de Sudáfrica para el que hasta la semana pasada era dado como fijo por la prensa y los aficionados.

El "Emperador", que el año pasado dejó el fútbol italiano y estuvo a punto de retirarse prematuramente, reencontró en el Flamengo y en su natal Río de Janeiro la "alegría" que dijo haber perdido en el Inter de Milán, pero su turbulenta vida afectiva y los excesos nocturnos y con el alcohol lo tienen otra vez en la cuerda floja.

El nuevo capítulo de su drama personal comenzó en la madrugada del pasado viernes cuando el jugador, que había acudido a una fiesta en una favela carioca, se involucró en una fuerte discusión con su novia, tras lo cual faltó a los entrenamientos del Flamengo.

El club, que lo ha tratado con condescendencia, decidió tomar cartas en el asunto y lo excluyó del partido del pasado domingo por el Campeonato Carioca, así como de la plantilla que viajó a Venezuela para enfrentar al Caracas por la Copa Libertadores.

El altercado también le costó 400.000 reales (unos 223.700 dólares), que sería el valor que recibiría por un contrato publicitario con una red de puestos de gasolina.

La cuantía es casi la misma invertida por el jugador en la reciente compra de una camioneta de lujo para su novia, la modelo Joana Machado, a cambio de que la chica desistiera de desfilar en una escuela de samba del carnaval de Río de Janeiro, según un rotativo carioca.

Tras varios días separado de los entrenamientos y por encima de su peso ideal, Adriano corre ahora el riesgo de perderse el que sería su segundo Mundial pese a que el técnico Dunga lo ha tenido en cuenta en las últimas convocatorias y a que jugó el amistoso de la semana pasada con Irlanda.

Dunga, al ser consultado sobre la situación del "Emperador", advirtió el pasado sábado que no llevará a Sudáfrica a jugadores que no estén en condiciones de jugar el Mundial porque los dirigentes de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la propia hinchada así lo exigen.

Pero la situación de Adriano también se complica en el Flamengo, cuya nueva presidenta, Patricia Amorim, indicó que el club está dispuesto a ayudarlo pero que todo tiene un límite.

"Él (Adriano) es muy querido por la afición y por el grupo (...) pero llega un momento en que las cosas no pueden volver a suceder y quiero que él entienda eso", dijo Amorim según publicó el club en su página de internet.

Criado en la favela de Vila Cruzeiro, en los suburbios de Río de Janeiro, el atacante de 28 años ha enfrentado problemas personales y con el alcohol que han empañado su brillante carrera en el fútbol internacional.

En el 2004, después de llevar a Brasil al título de la Copa América, tuvo que afrontar la muerte de su padre, lo que le causó una inestabilidad emocional.

Dos años después disputó el Mundial de Alemania con sobrepeso y su actuación no fue la mejor con la "verde-amarela". Meses después, el Inter de Milán le permitió retornar a Brasil para que se tratara de una depresión y volviera a su forma ideal.

La intensa vida nocturna del delantero y su ausencia de varios entrenamientos del Inter en 2007 llevaron al club italiano a prescindir del jugador, quien después de un accidente de tránsito en Río de Janeiro, en el que al parecer estaba ebrio y que no tuvo mayores consecuencias, recaló en 2008 en el Sao Paulo, con el que volvió a su nivel.

Con un Adriano "recuperado", el Inter volvió a apostar por él, pero expulsiones, lesiones y, por enésima vez, la indisciplina, hicieron que el club milanés desistiera definitivamente del atacante el año pasado.

En esa ocasión el delantero se internó con algunos amigos durante varios días en la favela en la que creció y luego manifestó su intención de abandonar el fútbol italiano alegando que no era feliz.

El Flamengo lo rescató entonces y con el club carioca volvió a mostrar su talento, lo que se tradujo en el título de la liga de 2009 tras 17 años de ayuno y en la conquista personal de la artillería del torneo, con 19 anotaciones, pero esta recuperación ha sido interrumpida una vez más por la indisciplina, tan característica de Adriano como su olfato para el gol.

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