Durante la semana trascendió que el vicepresidente deportivo del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, viajó a Londres para tratar el fichaje de Cesc con los ejecutivos del Arsenal. La prensa inglesa desveló, ayer, que el resultado de ese primer encuentro no fue demasiado positivo para los intereses del Barça.
Bartomeu habría ofrecido una cantidad por debajo de los 35 millones de euros, muy lejos de las pretensiones del Arsenal. Los medios ingleses sugieren que sólo 60 kilos convencerían a Wenger pero, a efectos prácticos, el mánager gunner cedería a partir de los 40-45 millones. El entorno inflacionista del fútbol inglés no ayuda al Barcelona. Los aficionados del Arsenal, tras ver los millonarios traspasos de Fernando Torres (58 kilos) o Andy Carroll (40), no entenderían la venta de su capitán, a quien consideran mejor futbolista, por menos dinero.
Divergencias. Sandro Rosell aseguró, hace ya algunas semanas, que el valor de Cesc ya no eran los 40 millones ofrecidos la pasada temporada, sino una cifra inferior debido a que "se ha producido una amortización". El Arsenal no sólo no opina lo mismo, sino que cree que el futbolista vale incluso más dinero. De momento, Wenger espera a Cesc para iniciar la pretemporada. Veremos cómo acaba.
Una petición de Guardiola
El Arsenal, a la hora de negociar con el Barcelona, se está agarrando al hecho de que Cesc es una petición expresa de Guardiola. Saben los ejecutivos ingleses que Bartomeu y compañía están obligados a hacer un esfuerzo para contentar a su entrenador. De ahí que las cantidades que piden desde el Emirates sean tan elevadas. Lo único que podría hacer variar la postura del Arsenal es que Cesc se declarara en rebeldía, cosa difícil teniendo en cuenta que el catalán siempre se ha mostrado agradecido y respetuoso con el equipo que confió en él cuando sólo tenía 16 años.
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