lunes, 4 de octubre de 2010

¿Qué me pasa, doctor? Grandes en apuros. Cuesta encontrarles en la clasificación. De la cabeza han pasado a la cola en este inicio

Es una locura” atinó a señalar el mítico Ray Clemence cuando conoció el rumor de que el puesto de Roy Hodgson en Liverpool corre peligro. El veterano entrenador inglés, que ocupó el puesto del discutido Rafa Benítez en verano, no ha podido tener un inicio de curso más desolador y ha conducido a los reds a posiciones de descenso en el peor arranque liguero de su historia, que se dice pronto.

En idéntica posición, sino peor, se encuentra el subcampeón de la Serie A italiana. Claudio Ranieri, que hace apenas un año acudió al rescate del equipo y lo llevó a discutir el título con el Inter de Mourinho hasta el último partido del campeonato, contempla ahora impotente el hundimiento de una Roma que sólo ganó un partido en seis jornadas, sufrió una humillación histórica (5-1) en Cagliari, y no halla la manera para huir del pozo.

El tercero en discordia, si de grandes hablamos, es el Bayern de Van Gaal. No está en situación tan desesperada como Liverpool o Roma; no tiembla en descenso como Schalke o Stuttgart, pero llora su pena a trece puntos del líder Mainz y, como los reds, ha completado el peor arranque de su historia en la Bundesliga. Ni el año pasado, cuando a estas alturas se discutía el cese del holandés (que salvó con una resurrección excepcional), estaba en tan mal lugar tras siete jornadas, en las que apenas ha marcado cinco goles (es el equipo menos anotador) y se desangra alejado de la élite en la que se le supone cada inicio de curso.

BUSCAN EXPLICACIONES
Los fichajes de Joe Cole o Meireles se han demostrado insuficientes en Anfield, donde notan la marcha de Mascherano pero lamentan más los problemas físicos de Fernando Torres, el desplome de Gerrard o el desbarajuste de un equipo roto por el eje. En Múnich la explicación es aún más clara: Lesionado Robben el Bayern no carbura... Y si se le suma la baja de Ribéry y la sequía de Olic, Klose y Gómez está todo dicho.

El Roma el asunto es más estructural. Adriano amenaza con ser un bluff, Totti va de baja y Borriello no se basta para mantener a un equipo desgobernado. Es, quizá, donde más se huele una destitución fulminante.

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