Jürgen Born era el director financiero del Werder Bremen pero también el responsable de negocio del Deutsche Bank en América Latina. Uno de sus viajes a Paraguay le llevó a la ciudad de Ypané, a las afueras de Asunción.
Allí conoció a un chico con los ojos rasgados llamado Nelson Haedo Valdez (San Joaquín, 1983). Había llegado de una de las zonas más humildes al sureste del país, cambiaba de empleo cada poco tiempo y tenía cierta afición por la bebida. Con 18 años había perdido la ilusión de dedicarse al fútbol, aunque seguía jugando en un equipo aficionado, el Atlético Tembetary. No tenía hogar fijo y dormía en los bajos del estadio. Tras verle jugar, Born quedó impresionado y le ofreció un billete de avión y una prueba en el Werder. Un año después (15 goles en 30 partidos con el filial), debutó en la Bundesliga.
Internacional.
Fue convocado para el Mundial juvenil de 2003 sin que su seleccionador, Rolando Chilavert (hermano del portero), le hubiera visto jugar. En ese torneo eliminó con un gran gol a los alemanes y luego cayó ante España, igual que sucedería en Sudáfrica 2010, en su segundo Mundial. Entre medias, ocho campañas en Alemania. Jugó más de 20 partidos en competición europea y ganó un doblete con el Bremen, en 2004. Pero ni allí, ni en Dortmund, fue considerado titular indiscutible. Ejercía el papel de revulsivo saliendo desde el banquillo por su rapidez, habilidad y energía.
Con 26 años ha llegado a España convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del Hércules, (4 millones). Su tarjeta de presentación no pudo ser mejor: dos goles y victoria en el Camp Nou. Hoy, el guerrero guaraní amenaza al Madrid.
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