Portugal defiende en Zenica, "en el peor campo jamás visto", un 1-0 ante Bosnia
Carlos Queiroz (Nampula, Mozambique; 1953) jamás se vio en una de éstas. Ni en su valorada trayectoria como ayudante de Alex Ferguson en el Manchester United ni en su fracaso como primer entrenador del Real Madrid en la temporada 2003-04. "Nunca un partido fue tan intenso, tan emotivo, porque es todo o nada", resumió ayer, solemne, el seleccionador de Portugal, que hoy defiende ante Bosnia, en el estadio Bilino Polje, de Zenica, el escaso 1-0 de la ida. "En el peor campo que he visto", según Carlos Godinho, el director general de la federación lusa. Sería un trauma para la melancólica Portugal, semifinalista en Alemania 2006, quedarse fuera de un Mundial, algo que no sucede desde Italia 1990, en el que poder exhibir sus estrellas.
"El grado de imprevisibilidad aumenta por el estado del campo", explicó Queiroz, que despejó, sin embargo, cualquier tentación de encontrar una excusa: "Pero no va a ser más perjudicial para un equipo que para otro".
Portugal teme una encerrona. Sobre todo, después de que la expedición fuera recibida el lunes en Sarajevo "con insultos y escupitajos", según sus dirigentes. El estadio acogerá a 15.000 aficionados bosnios mientras que otros 30.000 presenciarán el partido en pantallas gigantes preparadas en los alrededores del recinto.
En ausencia de Cristiano Ronaldo, Portugal dejó en la ida de Lisboa sensaciones contradictorias.
Por un lado, una vocación atacante que le permitió acumular un buen número de ocasiones de gol, aunque sólo el central Bruno Alves culminara una. Por otro, su defensa, pese a que el portero Eduardo suma 408 minutos sin recibir un gol, tembló frente a las raras ofensivas de los bosnios, que tocaron la madera en tres de sus ataques. "Nuestro propósito es atacar desde el primer minuto", advirtió Queiroz, que repetirá el equipo de la ida, con Pepe, el central del Madrid, como mediocentro defensivo por delante de Meireles; Simão y Nani, como extremos, y Liedson, en punta.
El técnico de Bosnia, el croata Miroslav Blazevic, es optimista a pesar de las bajas por sanción del capitán y defensa Spahic y de los centrocampistas Rahimic y Muratovic: "Difícilmente podremos tener peor suerte que en la ida". En la clasificación, Bosnia marcó 16 goles en su casa con tres victorias, un empate con Turquía y una derrota ante España (2-5).
en otros encuentros
Nadie da un euro por la República de Irlanda en su intento de remontar hoy en el Stade de France, de París, el 0-1 que le endosó Francia en el primer encuentro. Nadie salvo Giovanni Trapattoni, su seleccionador, y los 25.000 fervorosos irlandeses que asistirán en directo a la cita. "He pasado la vida en el fútbol y he visto muchos vuelcos de la situación", avisa Trapattoni.
Francia lleva 10 años sin perder en su país, desde su derrota por 2-3 frente a Rusia. Por si fuera poco, Irlanda nunca ha ganado en Francia. Y la selección de Raymond Domenech, además, siempre gana cuando el que marca es su goleador Anelka, el mismo que anotó el tanto el sábado pasado en Croke Park.
Más difícil se le presenta la cita a la Rusia del holandés Guus Hiddink, con una renta de 2-1 pese a sus 80 minutos de dominio sobre Eslovenia en la ida. El gol de Pecnik iguala una eliminatoria que se decide hoy en Maribor, donde Eslovenia no ha concedido ni un tanto en los cinco choques de clasificación disputados allí: cuatro victorias y un empate. Por su parte, la Ucrania de Shevchenko recibe a Grecia con la ventaja de jugar en casa tras un empate sin goles en Atenas.
Por último, Uruguay, campeona mundial en 1930 y 1950, defiende ante Costa Rica el 0-1 que logró en San José.
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