viernes, 8 de octubre de 2010

Argentina volvió a jugar mal y cayó 1-0 ante Japón, que le ganó por primera vez en la historia. Messi fue el mejor y Sergio Batista perdió su invicto.

Japón 1 - 0 Argentina

SAITAMA -- El seleccionado argentino de fútbol sufrió ante Japón el primer traspié en el interinato de Sergio Batista al perder 1-0 en un amistoso jugado en Saitama.
Argentina no le encontró la vuelta al dinámico sistema de Japón, que consiguió su ventaja a los 18 minutos del primer tiempo a través de Shinji Okazaki, quien aprovechó un rebote que dio el arquero Sergio Romero ante la pasividad de la defensa argentina.
Solo Lionel Messi provocó algunas jugadas de peligro para el arco japonés aunque sin demasiada contundencia y fracasó al menos este primer intento de conjugar futbol entre el astro del Barcelona y Andrés D'Alessandro, erróneo en los pases e impotente para quebrar la sólida defensa japonesa.
Mérito de Japón y desmérito de Argentina se complementaron para el peor partido de la albiceleste desde que la conduce Batista, que perdió su primer partido, pero sobre todo dio un paso atrás respecto de la gran goleada sobre la España campeona del mundo.
Por otra parte, Japón consiguió su primer triunfo sobre Argentina.
No resultó el tándem D'Alessandro-Messi, agrupados los dos sobre la derecha -aunque a principios del segundo tiempo el jugador del Inter brasileño se tiró hacia la izquierda- dejando el otro andarivel para el dominio nato del lateral Atsuto Uchida, ya que ni Carlos Tevez ni Nicolás Cambiasso se le plantaron delante. Otra vez Javier Mascherano se sintió solo y aquel desequilibrio que se notó en el equipo durante el Mundial volvió a reflejarse en este tercer partido de la gestión Batista.
Si hasta se vio algo mejor en la unión de Messi con Pastore que con el ex River y San Lorenzo.
Los cinco hombres que puso Japón para defender y dos de sus figuras como volantes centrales, el capitán Makoto Hasebe y Yasuhito Endo, contribuyeron para formar una muralla que solo un par de veces logró medianamente vulnerar la habilidad de Messi y un par de paredes, una con Diego Milito que el Pulga levantó en una baldosa y pasó por encima del travesaño, y otra con Javier Pastore sobre el final que Gonzalo Higuaín no llegó a convertir.
La zaga japonesa impidió que Diego Milito, con solo media hora de juego por una molestia muscular, y el Pipita, afloraran con su poder de fuego dentro del área. Carlos Tevez tampoco aportó. Sus ganas de siempre derivaron hoy en confusión y mala definición tras un pase quirúrgico de Pastore.
La defensa argentina volvió a mostrar su pasividad, esta vez incluyendo a Gabriel Milito, el ausente en Sudáfrica. En el gol se conjugó también la constante de Romero de dar rebotes (dio cuatro para adelante). Argentina venía de sufrir una llegada clara de Okazaki que tapó el arquero sobre la línea y cuando el atacante se había metido entre los centrales sin marca.
A los 18 llegó el gol, que fue un disparo frontal fuerte de Hasebe, Romero dio rebote, la defensa argentina quedó estática y Okazaki cruzó la pelota ante el arquero.
Luego Japón fue defensa profusa y contra rápida con enlaces de Hasebe con Keisuke Honda, su hombre estrella, o el ingresado hábil y veloz Ryoichi Maeda. También soltando a sus laterales Uchida y Yuto Nagatomo. Si hubo un punto a favor de Argentina fue que no se desesperó tirando pelotazos y siempre buscó el espacio. Mérito de Japón que no se los dio.
Argentina intentó hasta el final al punto de llegar a jugar con cinco atacantes por los ingresos de Angel Di María y Ezequiel Lavezzi (entró por Burdisso), dejando un solo hombre de contención (Mascherano tras la salida por lesión de Cambiasso) y tres hombres de fondo. Así se arriesgó a perder por más goles a cambio de un frente ofensivo más amplio que tampoco rindió frutos.

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