Los incidentes violentos proliferan sobre todo en la liga regional, donde hay menos recursos para controlar los partidos, según señalan fuentes policiales, que expresan su preocupación por el surgimiento de una nueva generación de 'hooligans'.
Aunque la violencia no alcanza aún el nivel de los años setenta y ochenta del siglo pasado, la Asociación de Jefes Policiales señala que el fenómeno comienza a ser inquietante por el número de jóvenes involucrados.
Según esas estadísticas, en un 47 por ciento de los disturbios registrados la última temporada en Inglaterra, Gales y el Norte de Irlanda hubo participación de jóvenes gamberros.
Uno de los instrumentos a los que recurre la policía para combatir el gamberrismo son las prohibiciones de entrar en un estadio dictadas contra los 'hooligans'. A éstos se les impide no sólo el acceso a los estadios, sino que puede incluso prohibírseles subir a un tren para llegar a la ciudad donde se disputa un determinado partido.
En septiembre había un total de 3.211 personas - 290 de ellas jóvenes, incluido un niño de trece años- afectadas por una prohibición de se tipo. La BBC menciona el caso de dos hermanos de veintipocos años, ambos hinchas del Coventry, que tienen prohibido entrar en un estadio hasta cumplir casi los treinta.
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