Mourinho persigue más los errores de unos jugadores que los de otros y en su punto de mira está Iker Casillas. La relación entre ambos es pésima después de que el portero internacional, como capitán del equipo blanco, le haya parado los pies al entrenador en el vestuario y se haya mostrado en desacuerdo con su forma de proceder. Casillas, de carácter más calmado, no comulga con la filosofía bélica de Mourinho y el técnico lo sabe. Habituado a trabajar con un grupo de soldados, Mourinho considera que la influencia de Casillas es negativa para el equipo porque, además, todos los internacionales españoles se muestran en la misma línea que la del portero y esto divide a su plantilla. El talante de estos jugadores nacionales y su buena relación con los del Barcelona han sido alguno de los puntos de conflicto entre técnico y jugador.
La directiva madridista es consciente de esta situación y teme tener que decidir entre uno y otro a final de temporada. Mourinho, de seguir, quiere quitárselo de encima para así tener un vestuario más comprometido con sus ideas. Florentino, por su parte, siempre ha mostrado una mayor predilección por el jugador internacional que por el español pero todavía no se ha pronunciado.
Casillas sabe todos los movimientos que hay a su alrededor y no son pocos los que consideran que los últimos errores son fruto de esta falta de confianza.
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