GETAFE -- El Getafe sigue soñando con Europa a costa del Sevilla, derrotado en un partido épico con muchas alternativas en el marcador, que acabó con un resultado (4-3) que aleja a los andaluces de los puestos que dan derecho a jugar la próxima temporada la Liga de Campeones.
Ambos equipos tenían muchas cuentas pendientes de anteriores citas. Sobre todo el Getafe, que casi siempre ha salido escaldado de los encuentros importantes ante el Sevilla. Perdió una de sus dos finales de Copa frente a los andaluces hace tres temporadas. Esta misma campaña, la historia se repitió en semifinales. De nuevo el conjunto de Nervión acabó con las esperanzas de los hombres de Míchel por conseguir un título.
Y lo hizo jugando mucho peor. Entonces, el Getafe dio un repaso en los dos partidos al Sevilla. Pero no se llevó el gato al agua. Suele pasar con los equipos grandes, que a veces aprovechan sus pocas ocasiones para doblegar al rival. En esta ocasión, de nuevo, el equipo de Antonio Álvarez practicó ese juego. Racaneó al máximo para conseguir un buen premio.
No le salió mal la jugada. Por lo menos, en la primera parte, cuando el Getafe sacó los colores al Sevilla. Dominó sin paliativos y sin discusión a su rival. Lo hizo con una gran actuación de Adrián González. El centrocampista protagonizó casi todas las jugadas de peligro de su equipo. En 45 minutos, disparó en dos ocasiones al poste, marcó el primer gol del partido, y remató con el muslo en semifallo un tanto cantado.
La actuación de Adrián le reconcilió definitivamente con la grada. El hijo de Míchel tuvo que salir del campo muy satisfecho. Desde que volvió a jugar tras su lesión ha mejorado infinitamente. El público del Coliseum deberá pensar en cambiar el discurso y la frase que siempre, entre corrillos, dedica al zurdo del Getafe. Si sigue jugando así, en breve dejará de ser el hijo de Míchel. Míchel será el padre de Adrián.
Pero su gran actuación en el primer acto no tuvo recompensa colectiva. El Sevilla, con un juego plano, sólo necesitó quince minutos y un fogonazo por cada banda para darle la vuelta al partido. Primero Adriano, desde la izquierda, sirvió a Luis Fabiano para que el brasileño empatara el duelo. Después, Jesús Navas, hizo lo mismo con Frederik Kanouté, que de forma injusta dio la vuelta al partido.
El Getafe se marchó al vestuario con tres disparos a los palos (aparte de Adrián, el venezolano Miku estrelló un balón contra el poste), quejándose al árbitro, que pudo pitar un penalti sobre Pedro León, y con la sensación de que había dejado vivo a un equipo al que había pasado por encima.
Todos esos detalles pasaron factura al Getafe, que salió adormilado en el segundo acto. Tardó en volver a coger el ritmo del partido y sólo lo volvió a retomar cuando las cosas se ponían feas. Entre medias, Luis Fabiano lanzó una falta al travesaño para asustar al respetable del Coliseum, que vio como su equipo marcó el empate cuando menos lo esperaba. Lo hizo Pedro León con un disparo desde dentro del área.
La reacción getafense apenas duró más de un minuto. Fue el que necesitó la pareja Luis Fabiano-Kanouté para fabricar el tercero. Entre los dos enloquecieron a la defensa "azulona" y fue el brasileño el encargado de poner por delante del marcador a su equipo.
Entonces, el Getafe tocó zafarrancho de combate para hacer justicia, pero, como en la vuelta de las semifinales de Copa, Andrés Palop empezó a sacar balones casi imposibles. Lo hizo con Pedro León y con Adrián González, que poco después iba a ser de nuevo protagonista.
Cuando parecía que el portero valenciano iba a volver a amargar la noche al Getafe, Adrián se sacó un magnífico pase profundidad de la chistera para que Manu empatara el partido. Quedaban quince minutos y los madrileños intentaron no descolgarse de Europa con el cuarto. Lo consiguió Parejo, de penalti, cuando el partido agonizaba. Tuvo que tirarlo dos veces. Con incertidumbre, la pelota entró, el Getafe ganó un partido heroico y sigue en la pelea, a dos puntos de la Europa League. El Sevilla, se aleja un punto del cuarto puesto, en poder del Mallorca.
Ambos equipos tenían muchas cuentas pendientes de anteriores citas. Sobre todo el Getafe, que casi siempre ha salido escaldado de los encuentros importantes ante el Sevilla. Perdió una de sus dos finales de Copa frente a los andaluces hace tres temporadas. Esta misma campaña, la historia se repitió en semifinales. De nuevo el conjunto de Nervión acabó con las esperanzas de los hombres de Míchel por conseguir un título.
Y lo hizo jugando mucho peor. Entonces, el Getafe dio un repaso en los dos partidos al Sevilla. Pero no se llevó el gato al agua. Suele pasar con los equipos grandes, que a veces aprovechan sus pocas ocasiones para doblegar al rival. En esta ocasión, de nuevo, el equipo de Antonio Álvarez practicó ese juego. Racaneó al máximo para conseguir un buen premio.
No le salió mal la jugada. Por lo menos, en la primera parte, cuando el Getafe sacó los colores al Sevilla. Dominó sin paliativos y sin discusión a su rival. Lo hizo con una gran actuación de Adrián González. El centrocampista protagonizó casi todas las jugadas de peligro de su equipo. En 45 minutos, disparó en dos ocasiones al poste, marcó el primer gol del partido, y remató con el muslo en semifallo un tanto cantado.
La actuación de Adrián le reconcilió definitivamente con la grada. El hijo de Míchel tuvo que salir del campo muy satisfecho. Desde que volvió a jugar tras su lesión ha mejorado infinitamente. El público del Coliseum deberá pensar en cambiar el discurso y la frase que siempre, entre corrillos, dedica al zurdo del Getafe. Si sigue jugando así, en breve dejará de ser el hijo de Míchel. Míchel será el padre de Adrián.
Pero su gran actuación en el primer acto no tuvo recompensa colectiva. El Sevilla, con un juego plano, sólo necesitó quince minutos y un fogonazo por cada banda para darle la vuelta al partido. Primero Adriano, desde la izquierda, sirvió a Luis Fabiano para que el brasileño empatara el duelo. Después, Jesús Navas, hizo lo mismo con Frederik Kanouté, que de forma injusta dio la vuelta al partido.
El Getafe se marchó al vestuario con tres disparos a los palos (aparte de Adrián, el venezolano Miku estrelló un balón contra el poste), quejándose al árbitro, que pudo pitar un penalti sobre Pedro León, y con la sensación de que había dejado vivo a un equipo al que había pasado por encima.
Todos esos detalles pasaron factura al Getafe, que salió adormilado en el segundo acto. Tardó en volver a coger el ritmo del partido y sólo lo volvió a retomar cuando las cosas se ponían feas. Entre medias, Luis Fabiano lanzó una falta al travesaño para asustar al respetable del Coliseum, que vio como su equipo marcó el empate cuando menos lo esperaba. Lo hizo Pedro León con un disparo desde dentro del área.
La reacción getafense apenas duró más de un minuto. Fue el que necesitó la pareja Luis Fabiano-Kanouté para fabricar el tercero. Entre los dos enloquecieron a la defensa "azulona" y fue el brasileño el encargado de poner por delante del marcador a su equipo.
Entonces, el Getafe tocó zafarrancho de combate para hacer justicia, pero, como en la vuelta de las semifinales de Copa, Andrés Palop empezó a sacar balones casi imposibles. Lo hizo con Pedro León y con Adrián González, que poco después iba a ser de nuevo protagonista.
Cuando parecía que el portero valenciano iba a volver a amargar la noche al Getafe, Adrián se sacó un magnífico pase profundidad de la chistera para que Manu empatara el partido. Quedaban quince minutos y los madrileños intentaron no descolgarse de Europa con el cuarto. Lo consiguió Parejo, de penalti, cuando el partido agonizaba. Tuvo que tirarlo dos veces. Con incertidumbre, la pelota entró, el Getafe ganó un partido heroico y sigue en la pelea, a dos puntos de la Europa League. El Sevilla, se aleja un punto del cuarto puesto, en poder del Mallorca.
Atlético Madrid 3 - 1 Tenerife
Salvio y Agüero refuerzan la tranquilidad del Atlético
MADRID -- Los goles de los argentinos Eduardo Salvio y Sergio 'Kun' Agüero aseguraron la tranquilidad liguera del Atlético de Madrid con un triunfo ante el Tenerife (3-1), al que los rojiblancos doblegaron con merecimiento, en un duelo cómodo, sólo inquietado en los primeros minutos de la segunda parte con el 2-1.
Esa victoria mantuvo al conjunto madrileño en la mitad de la clasificación, ya sin peligro por la zona de abajo, y condenó a sufrir al equipo canario, aún en posiciones de descenso a Segunda División, a falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato.
En la primera parte, el Tenerife sólo existió dos minutos. Un disparo de Ayoze contra el palo nada más comenzar el choque preveía más resistencia del conjunto insular, desaparecido del terreno de juego de inmediato, en cuanto el Atlético reaccionó, enlazó un par de jugadas y encontró una autopista hacia la portería visitante.
Hasta la hora del choque, los rojiblancos vivieron un partido muy cómodo, sobre todo desde el 1-0 (m. 10), en un contragolpe del argentino Eduardo Salvio, que aprovechó su velocidad para lanzarse hacia el área rival prácticamente en solitario, asistir a su compatriota Kun Agüero y aprovechar el rechace de Sergio Aragoneses al disparo del '10' para marcar su primer tanto con el Atlético.
Tuvo más ocasiones el conjunto madrileño. Un potente tiro desde fuera del área de Agüero, un par de lanzamientos de José Manuel Jurado, uno de ellos al larguero, y otra acción de Salvio, detenida otra vez por el guardameta visitante, demostraban la evidente superioridad del equipo local, que no tardó en lograr el 2-0.
Lo consiguió a la media hora, en una internada y un centro raso desde la banda derecha de Juan Valera culminado en gol por Salvio. Un debut soñado como titular para el atacante argentino, con dos tantos con pinta de definitivos, vista la oposición del Tenerife, para el triunfo del Atlético, a falta de una hora por delante.
Pero los rojiblancos, que habían cerrado la primera mitad con ocasiones suficientes para haber sentenciado, jugaron con fuego en el segundo tiempo, en el que se encontraron un rival más ambicioso y con peligro sobre la portería de De Gea, primero con tiros de Juanlu y Dinei y, después, con el 2-1 del argentino Román Martínez (m. 60).
Ese gol transformó en inquietud la calma anterior del Atlético, que ya vivió mucho más pendiente de su retaguardia que del ataque, que apenas había contado dos oportunidades en el primer tramo de la reanudación, una del portugués Tiago Mendes y otra de Agüero, y que se preparaba para sufrir en media hora repleta de incertidumbre.
Hasta que cerró el choque con el tercer gol, en un pase en profundidad del uruguayo Diego Forlán, de inicio suplente junto al portugués Simao Sabrosa con la mirada en el choque de vuelta de las semifinales de la Liga Europa frente al Liverpool, y culminado por Agüero, tras aguantar las embestidas del defensor, en el 3-1.
Un tanto balsámico para el Atlético, que se reencontró con la victoria en Liga después de tres derrotas consecutivas y que aseguró su tranquilidad en la clasificación a falta de cuatro jornadas, cuatro trámites para un equipo centrado en su asalto a la final de la Liga Europa y en la lucha por el título de la Copa del Rey.
SALVIO FESTEJA SU DEBUT COMO TITULAR CON DOS GOLES
Esa victoria mantuvo al conjunto madrileño en la mitad de la clasificación, ya sin peligro por la zona de abajo, y condenó a sufrir al equipo canario, aún en posiciones de descenso a Segunda División, a falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato.
En la primera parte, el Tenerife sólo existió dos minutos. Un disparo de Ayoze contra el palo nada más comenzar el choque preveía más resistencia del conjunto insular, desaparecido del terreno de juego de inmediato, en cuanto el Atlético reaccionó, enlazó un par de jugadas y encontró una autopista hacia la portería visitante.
Hasta la hora del choque, los rojiblancos vivieron un partido muy cómodo, sobre todo desde el 1-0 (m. 10), en un contragolpe del argentino Eduardo Salvio, que aprovechó su velocidad para lanzarse hacia el área rival prácticamente en solitario, asistir a su compatriota Kun Agüero y aprovechar el rechace de Sergio Aragoneses al disparo del '10' para marcar su primer tanto con el Atlético.
Tuvo más ocasiones el conjunto madrileño. Un potente tiro desde fuera del área de Agüero, un par de lanzamientos de José Manuel Jurado, uno de ellos al larguero, y otra acción de Salvio, detenida otra vez por el guardameta visitante, demostraban la evidente superioridad del equipo local, que no tardó en lograr el 2-0.
Lo consiguió a la media hora, en una internada y un centro raso desde la banda derecha de Juan Valera culminado en gol por Salvio. Un debut soñado como titular para el atacante argentino, con dos tantos con pinta de definitivos, vista la oposición del Tenerife, para el triunfo del Atlético, a falta de una hora por delante.
Pero los rojiblancos, que habían cerrado la primera mitad con ocasiones suficientes para haber sentenciado, jugaron con fuego en el segundo tiempo, en el que se encontraron un rival más ambicioso y con peligro sobre la portería de De Gea, primero con tiros de Juanlu y Dinei y, después, con el 2-1 del argentino Román Martínez (m. 60).
Ese gol transformó en inquietud la calma anterior del Atlético, que ya vivió mucho más pendiente de su retaguardia que del ataque, que apenas había contado dos oportunidades en el primer tramo de la reanudación, una del portugués Tiago Mendes y otra de Agüero, y que se preparaba para sufrir en media hora repleta de incertidumbre.
Hasta que cerró el choque con el tercer gol, en un pase en profundidad del uruguayo Diego Forlán, de inicio suplente junto al portugués Simao Sabrosa con la mirada en el choque de vuelta de las semifinales de la Liga Europa frente al Liverpool, y culminado por Agüero, tras aguantar las embestidas del defensor, en el 3-1.
Un tanto balsámico para el Atlético, que se reencontró con la victoria en Liga después de tres derrotas consecutivas y que aseguró su tranquilidad en la clasificación a falta de cuatro jornadas, cuatro trámites para un equipo centrado en su asalto a la final de la Liga Europa y en la lucha por el título de la Copa del Rey.
SALVIO FESTEJA SU DEBUT COMO TITULAR CON DOS GOLES
El argentino Eduardo Salvio, delantero del Atlético de Madrid, celebró su debut como titular, en el partido contra el Tenerife en el estadio Vicente Calderón (3-1), con sus primeros goles con la camiseta del conjunto rojiblanco, dos tantos que encarrilaron la victoria de su equipo antes del minuto 30.
El futbolista, llegado al club en el pasado mercado de invierno procedente de Lanús, ya había disputado 14 encuentros oficiales con el Atlético, ocho de Liga y seis de Liga Europa, todos ellos de suplente, desde su estreno con el equipo madrileño el pasado 19 de febrero de 2010, en el torneo continental ante el Galatasaray (1-1).
Este domingo debutó como titular frente al Tenerife. Y lo hizo con dos goles, el primero a los 10 minutos, al aprovechar un rechace del portero Sergio Aragoneses a un disparo de su compatriota Sergio 'Kun' Agüero, y el segundo a la media hora, al rematar un centro raso desde la banda derecha de Juan Valera.
El futbolista, llegado al club en el pasado mercado de invierno procedente de Lanús, ya había disputado 14 encuentros oficiales con el Atlético, ocho de Liga y seis de Liga Europa, todos ellos de suplente, desde su estreno con el equipo madrileño el pasado 19 de febrero de 2010, en el torneo continental ante el Galatasaray (1-1).
Este domingo debutó como titular frente al Tenerife. Y lo hizo con dos goles, el primero a los 10 minutos, al aprovechar un rechace del portero Sergio Aragoneses a un disparo de su compatriota Sergio 'Kun' Agüero, y el segundo a la media hora, al rematar un centro raso desde la banda derecha de Juan Valera.
Mallorca 1 - 1 Málaga
Mallorca empata con polémica ante Málaga
PALMA -- Mallorca empató 'in extremis' ante Málaga (1-1) con un polémico gol de Aritz Aduriz en el tiempo añadido, ya que el meta uruguayo Gustavo Munúa tropezó en el área con el delantero rojillo Alhassane Keita, circunstancia que favoreció la acción del delantero vasco.
El árbitro, Enrique Mejuto González, dio validez al gol mallorquinista ante las encendidas protestas de los jugadores del equipo malagueño.
Málaga se había adelantado con un golazo del nigeriano Víctor Obinna (min. 85), pese a jugar toda la segunda parte con diez por la expulsión del serbio Milan Stepanov en el minuto 43. El Mallorca, que ha cedido el primer empate de la temporada en el Ono Estadi, falló un penalti en la primera parte, ya que Munúa, la gran figura de su equipo, adivinó la intención del "Chori" Castro. El partido fue reñido desde el principio. Los jugadores del Mallorca están instalados en una nube y no quieren que nadie les desaloje de una privilegiada posición en la que se divisa Europa.
Por ello, saltaron al campo con la directa puesta. Pep Lluìs Martí quiso marcar nada más recibir el balón en el saque inicial con un disparo desde el círculo central y, después, (min. 3), Víctor Casadesús perdonó solo ante la portería malagueña. También Gustavo Munúa salvó a su equipo al despejar al córner un cabezazo impecable de Rubén González (min. 11).
El vendaval "rojillo" no encontró respuesta por parte del Málaga,, muy conservador y sin llegada arriba. Sus hombres determinantes, como el portugués Sergio Paulo Barbosa "Duda" o el ecuatoriano Salvador Caicedo, no aparecían, mientras que su portero, Munúa, soportaba estoicamente los insultos del fondo norte del Ono Estadi, que le recordaba de manera insistente la agresión al israelí Dudú Aouate cuando ambos jugaban en el Deportivo.
El cabezazo de Fernando (min. 20) fue el primer aviso serio del conjunto malagueño. Aouate paró sin problemas, pero la jugada constituyó toda una declaración de intenciones de un rival que también se estaba jugando mucho en la capital balear.
A partir de esa jugada, el Málaga logró contrarrestar el dominio del Mallorca. Jugaron mejor los visitantes, sus líneas se movieron con mayor criterio y equilibraron las acciones. En el minuto 35, Iván González sustituyó al brasileño Helder Rosario, que abandonó el terreno de juego lesionado. En el minuto 43, se produjo la jugada clave del primer tiempo. El serbio Milan Stepanov vio la roja directa por detener con la mano un remate de Ariz Aduriz que se colaba en la portería visitante.
El penal lo lanzó el uruguayo "Chori" Castro, pero paró su compatriota Munúa, rectificando el grave error en la jugada que originó la falta máxima. El meta sudamericano había saltado a destiempo a despejar un centro y le dejó el balón en bandeja a Aduriz.
Málaga, con un jugador menos -Toribio sustituyó a Baha-, aguantó todo lo que pudo en la segunda parte. Se dedicó a mantener el empate y a frenar el ímpetu local. Los balones a balón parado fueron sus grandes aliados, como en el minuto 47, con un saque directo de Duida que Aoaute desvió el córner.
Mallorca tuvo que armarse de paciencia para romper el cerrojo malagueño. En algunas acciones, los "rojillos" se precipitaron, en otras, sobró algún regate, pero hasta el final buscaron el gol que les seguía manteniendo en puestos de Liga de Campeones.
Más cerca de romper el empate, sin embargo, estuvo el Málaga (min. 76), cuando el nigeriano Victor Obinna, que había entrado por un exhausto Caicedo, remató a puerta vacía tras regatear a Aouate. Rubén, providencial, despejó bajo los palos.
Un minuto después, la oportunidad sería del Mallorca, con un disparo de Aduriz al palo. Con el partido totalmente roto, el Málaga tampoco se conformaba con el empate y buscó su suerte en los contragolpes hasta el final.
En el minuto 85, Obinna empalmó un disparo que batió a Aouate y dejó helado al Ono Estadi. El gol suponía un auténtico freno a las aspiraciones europeas del Mallorca. Y todo con ello, ante un Málaga que jugó con diez jugadores toda la segunda parte.
Pero, el partido terminó de manera accidentada con el polémico tanto del empate de Aduriz, tras una caída en el área de Munúa -tropezó con Keita-, y la bronca final entre el propio Aduriz y el guineano Alhassane Keita. El delantero español recriminó al africano que no le pasara un balón y éste reaccionó de manera furibunda.
Los jugadores del Málaga y el banquillo rodearon a Mejuto González al final del partido para protestar de manera airada por su decisión de dar validez al gol de Aduriz. El 1-1 definitivo no dejó contento a ninguno de los dos equipos.
El árbitro, Enrique Mejuto González, dio validez al gol mallorquinista ante las encendidas protestas de los jugadores del equipo malagueño.
Málaga se había adelantado con un golazo del nigeriano Víctor Obinna (min. 85), pese a jugar toda la segunda parte con diez por la expulsión del serbio Milan Stepanov en el minuto 43. El Mallorca, que ha cedido el primer empate de la temporada en el Ono Estadi, falló un penalti en la primera parte, ya que Munúa, la gran figura de su equipo, adivinó la intención del "Chori" Castro. El partido fue reñido desde el principio. Los jugadores del Mallorca están instalados en una nube y no quieren que nadie les desaloje de una privilegiada posición en la que se divisa Europa.
Por ello, saltaron al campo con la directa puesta. Pep Lluìs Martí quiso marcar nada más recibir el balón en el saque inicial con un disparo desde el círculo central y, después, (min. 3), Víctor Casadesús perdonó solo ante la portería malagueña. También Gustavo Munúa salvó a su equipo al despejar al córner un cabezazo impecable de Rubén González (min. 11).
El vendaval "rojillo" no encontró respuesta por parte del Málaga,, muy conservador y sin llegada arriba. Sus hombres determinantes, como el portugués Sergio Paulo Barbosa "Duda" o el ecuatoriano Salvador Caicedo, no aparecían, mientras que su portero, Munúa, soportaba estoicamente los insultos del fondo norte del Ono Estadi, que le recordaba de manera insistente la agresión al israelí Dudú Aouate cuando ambos jugaban en el Deportivo.
El cabezazo de Fernando (min. 20) fue el primer aviso serio del conjunto malagueño. Aouate paró sin problemas, pero la jugada constituyó toda una declaración de intenciones de un rival que también se estaba jugando mucho en la capital balear.
A partir de esa jugada, el Málaga logró contrarrestar el dominio del Mallorca. Jugaron mejor los visitantes, sus líneas se movieron con mayor criterio y equilibraron las acciones. En el minuto 35, Iván González sustituyó al brasileño Helder Rosario, que abandonó el terreno de juego lesionado. En el minuto 43, se produjo la jugada clave del primer tiempo. El serbio Milan Stepanov vio la roja directa por detener con la mano un remate de Ariz Aduriz que se colaba en la portería visitante.
El penal lo lanzó el uruguayo "Chori" Castro, pero paró su compatriota Munúa, rectificando el grave error en la jugada que originó la falta máxima. El meta sudamericano había saltado a destiempo a despejar un centro y le dejó el balón en bandeja a Aduriz.
Málaga, con un jugador menos -Toribio sustituyó a Baha-, aguantó todo lo que pudo en la segunda parte. Se dedicó a mantener el empate y a frenar el ímpetu local. Los balones a balón parado fueron sus grandes aliados, como en el minuto 47, con un saque directo de Duida que Aoaute desvió el córner.
Mallorca tuvo que armarse de paciencia para romper el cerrojo malagueño. En algunas acciones, los "rojillos" se precipitaron, en otras, sobró algún regate, pero hasta el final buscaron el gol que les seguía manteniendo en puestos de Liga de Campeones.
Más cerca de romper el empate, sin embargo, estuvo el Málaga (min. 76), cuando el nigeriano Victor Obinna, que había entrado por un exhausto Caicedo, remató a puerta vacía tras regatear a Aouate. Rubén, providencial, despejó bajo los palos.
Un minuto después, la oportunidad sería del Mallorca, con un disparo de Aduriz al palo. Con el partido totalmente roto, el Málaga tampoco se conformaba con el empate y buscó su suerte en los contragolpes hasta el final.
En el minuto 85, Obinna empalmó un disparo que batió a Aouate y dejó helado al Ono Estadi. El gol suponía un auténtico freno a las aspiraciones europeas del Mallorca. Y todo con ello, ante un Málaga que jugó con diez jugadores toda la segunda parte.
Pero, el partido terminó de manera accidentada con el polémico tanto del empate de Aduriz, tras una caída en el área de Munúa -tropezó con Keita-, y la bronca final entre el propio Aduriz y el guineano Alhassane Keita. El delantero español recriminó al africano que no le pasara un balón y éste reaccionó de manera furibunda.
Los jugadores del Málaga y el banquillo rodearon a Mejuto González al final del partido para protestar de manera airada por su decisión de dar validez al gol de Aduriz. El 1-1 definitivo no dejó contento a ninguno de los dos equipos.
Racing Santander 1 - 2 Villarreal
Villarreal vence al Racing y se acerca a Europa
SANTANDER -- Villarreal logró un importante triunfo ante el Racing de Santander, en El Sardinero, que le abre las puertas de Europa, mientras que el conjunto cántabro deberá esperar otra oportunidad para conseguir los puntos que le den la seguridad de la permanencia en Primera División.
A pesar del golazo de Sergio Canales en la primera parte del encuentro, que adelantó en el marcador al equipo de Miguel Ángel Portugal, el Villarreal salió en la segunda con fuerza y dominando, lo que permitió que lograra los dos goles que le dieron la victoria.
Villarreal mira así a Europa, con un nuevo triunfo fuera de casa, y el Racing se complica su situación en la tabla.
En la primera parte, el Villarreal comenzó con ímpetu, aunque el peligro no llegó a la portería del Racing.
La primera ocasión del Villarreal la tuvo Rossi con un tiro directo que salió rozando la portería del Racing, pero dos minutos más tarde dos jugadas seguidas del equipo cántabro, con Tchité solo ante Diego López, volvieron a poner en jaque al equipo de Juan Carlos Garrido, que hoy no ocupaba el banquillo al estar sancionado.
La polémica llegó en el minuto 20 cuando, tras una posible mano del Christian, Iturralde González pitó un penalti que luego rectificó su asistente en la banda, lo que llevó a la anulación de la pena máxima.
El juego impreciso de los dos equipos se vio eclipsado por el golazo de Sergio Canales, quien, tras controlar el balón en la frontal del área con la pierna izquierda y después con el pecho, giró sobre sí mismo y, con un zurdazo, logró meter el balón por una la escuadra de la portería de Diego López.
A partir de ese momento, el Racing jugó su mejor fútbol y dispuso de otras dos ocasiones, en un remate de cabeza de Arana y una falta al borde del área de Diop. El Villarreal también lo intentó, sin mucho peligro, pero los balones de Llorente y Rossi acabaron siempre en manos de Coltorti.
En la segunda parte, el equipo amarillo salió con fuerza, dominando el juego, para intentar remontar el resultado en contra.
La imprecisión por parte de ambos equipos propició un continuo ir y venir de balones a una y otra área, siempre con más peligro en la defendida por Coltorti, sobre todo, por parte de Cazorla y Rossi.
El juego del Racing y el Villarreal siguió siendo pobre, pero el conjunto amarillo fue mejor en algunas facetas y, tras varios saques de esquina, en el minuto 69 fue recompensado por su mejor trabajo con un gol de Godín, que solo en el segundo palo logró superar a Coltorti.
Ninguno de los dos conjuntos hizo nada especial en los siguientes minutos, pero al Villarreal le volvió a sonreír la suerte y tras una jugada en la que intervinieron varios futbolistas y un mal despeje de Coltorti, Nilmar se adelantó a la defensa racinguista y consiguió el segundo gol para su equipo.
Racing lo intentó, pero el Villarreal llegó con más peligro al área contraria y puso en serios apuros a Coltorti, que tuvo que trabajar, una y otra vez, por evitar que el balón entrara en su portería.
Además de la derrota, el Racing no podrá contar en el siguiente encuentro contra el Tenerife con Diop ni con Crespo, por acumulación de tarjetas, y tendrá que esperar el resultado del examen médico al que va a ser sometido mañana Serrano, que abandonó el terreno de juego lesionado en el minuto 32.
A pesar del golazo de Sergio Canales en la primera parte del encuentro, que adelantó en el marcador al equipo de Miguel Ángel Portugal, el Villarreal salió en la segunda con fuerza y dominando, lo que permitió que lograra los dos goles que le dieron la victoria.
Villarreal mira así a Europa, con un nuevo triunfo fuera de casa, y el Racing se complica su situación en la tabla.
En la primera parte, el Villarreal comenzó con ímpetu, aunque el peligro no llegó a la portería del Racing.
La primera ocasión del Villarreal la tuvo Rossi con un tiro directo que salió rozando la portería del Racing, pero dos minutos más tarde dos jugadas seguidas del equipo cántabro, con Tchité solo ante Diego López, volvieron a poner en jaque al equipo de Juan Carlos Garrido, que hoy no ocupaba el banquillo al estar sancionado.
La polémica llegó en el minuto 20 cuando, tras una posible mano del Christian, Iturralde González pitó un penalti que luego rectificó su asistente en la banda, lo que llevó a la anulación de la pena máxima.
El juego impreciso de los dos equipos se vio eclipsado por el golazo de Sergio Canales, quien, tras controlar el balón en la frontal del área con la pierna izquierda y después con el pecho, giró sobre sí mismo y, con un zurdazo, logró meter el balón por una la escuadra de la portería de Diego López.
A partir de ese momento, el Racing jugó su mejor fútbol y dispuso de otras dos ocasiones, en un remate de cabeza de Arana y una falta al borde del área de Diop. El Villarreal también lo intentó, sin mucho peligro, pero los balones de Llorente y Rossi acabaron siempre en manos de Coltorti.
En la segunda parte, el equipo amarillo salió con fuerza, dominando el juego, para intentar remontar el resultado en contra.
La imprecisión por parte de ambos equipos propició un continuo ir y venir de balones a una y otra área, siempre con más peligro en la defendida por Coltorti, sobre todo, por parte de Cazorla y Rossi.
El juego del Racing y el Villarreal siguió siendo pobre, pero el conjunto amarillo fue mejor en algunas facetas y, tras varios saques de esquina, en el minuto 69 fue recompensado por su mejor trabajo con un gol de Godín, que solo en el segundo palo logró superar a Coltorti.
Ninguno de los dos conjuntos hizo nada especial en los siguientes minutos, pero al Villarreal le volvió a sonreír la suerte y tras una jugada en la que intervinieron varios futbolistas y un mal despeje de Coltorti, Nilmar se adelantó a la defensa racinguista y consiguió el segundo gol para su equipo.
Racing lo intentó, pero el Villarreal llegó con más peligro al área contraria y puso en serios apuros a Coltorti, que tuvo que trabajar, una y otra vez, por evitar que el balón entrara en su portería.
Además de la derrota, el Racing no podrá contar en el siguiente encuentro contra el Tenerife con Diop ni con Crespo, por acumulación de tarjetas, y tendrá que esperar el resultado del examen médico al que va a ser sometido mañana Serrano, que abandonó el terreno de juego lesionado en el minuto 32.
Sporting Gijon 0 - 2 Valladolid
Valladolid vence a Sporting y se ilusiona con la permanencia
GIJÓN -- Sporting sigue en caída libre y encajó su cuarta derrota consecutiva, dos de ellas ante equipos como Tenerife y Valladolid, mientras que este último, a las órdenes de Javier Clemente, ha encontrado en la victoria lograda en El Molinón un argumento más en su sueño de permanencia en Primera.
Tinerfeños y pucelanos descubrieron en El Molinón un campo propicio para mantenerse en la lucha por seguir en la máxima categoría y a la vez complicaron la vida a los gijoneses que llevan una trayectoria similar a la de la pasada temporada en el tramo final de la liga.
El partido entre el Sporting y el Valladolid era tomado por los de casa como el señalado para lograr los puntos de la tranquilidad y por los pucelanos para seguir con vida en la categoría; la presión se notó a lo largo de la primera mitad en la que los nervios jugaron varias malas pasadas a ambos equipos, atenazados por la importancia de los puntos en juego.
Clemente se presentó en El Molinón con una alineación con cinco defensas y dos medio centros más contenedores que organizadores, por lo que sus intentos ofensivos eran a través de balones largos para que Manucho o Diego Costa, que fueron con diferencia los dos mejores hombres sobre el terreno de juego durante la primera mitad.
El primer balón que llegó a Diego Costa ya supuso peligro para una defensa local que empezó el partido muy nerviosa e imprecisa con falta de entendimiento con su portero de lo que se trataban de aprovechar los hombres más adelantados del Valladolid, aunque Juan Pablo apenas tuvo que intervenir a disparos de los rivales.
Por su parte, el Sporting siguió fiel a su manera de jugar y trató de mover el balón por las bandas, pero lo hacía con demasiada lentitud, lo que permitía a la defensa pucelana colocarse y cerrar todos los huecos.
Además, Barral, otras veces empeñado en jugadas personales, hoy lo único que hizo fue faltas, frustrando incluso buenas ocasiones de sus compañeros, hasta el punto de que se llevó la bronca de éstos y de un amplio sector de la grada.
Dos balones de De las Cuevas -el primero sobre Barral, que disparó flojo; y el segundo sobre Diego Castro, que lo hizo mejor, pero su tiro rebotó en un defensa- crearon las primeras ocasiones del Real Sporting, que, poco a poco, fue haciéndose con el control del balón mientras que el Valladolid insistía con balones largos en los que Manucho y Gregory mantenían una dura pugna.
Luis Morán hizo un caño a Sereno, se fue por la banda y centró raso sobre la llegada de Barral, que remató flojo, en otra clara ocasión para los gijoneses, que llegaron más a la portería rival pero sin acierto y sin posibilidad por parte de Manolo Preciado de hacer cambios, ya que, sancionado Bilic, el técnico no contaba con ningún delantero más en el banquillo.
El partido no tenía continuidad, porque se producían constantes faltas e interrupciones, lo que beneficiaba más el juego visitante que el local. A falta de 8 minutos para el descanso, Lora hizo una falta sobre Diego Costa cerca de un córner y fue Pelé el que lanzó directo sobre la portería rojiblanca, saliendo el balón rozando el larguero.
Al Sporting no le sentó bien el descanso, porque salió completamente dormido, perdiendo balones constantemente y el Valladolid se vino arriba. Nauzet avisó desde fuera del área con un disparo muy potente que rechazó Juan Pablo con apuros en la primera de varias llegadas pucelanas y los peores momentos de los gijoneses, incapaces de dar dos pases seguidos.
La grada comprendió lo delicado del momento y comenzó a rugir en apoyo de su equipo que, no obstante, siguió a merced del rival, aunque el apoyo de sus aficionados le hizo empezar a jugar con un poco más de velocidad en especial por la banda derecha pero Jacobo seguía sin tener que intervenir.
A los locales se les siguió complicando el partido con la lesión de Canella, que obligó a Preciado a dar entrada a Sastre en el lateral derecho y cambiar de banda a Lora. Aunque fue una coincidencia, el Sporting empezó a llegar un poco más al área rival y el Valladolid frenó un tanto su ímpetu del primer cuarto de hora.
Pero tanto fue el cántaro a la fuente que el Valladolid acabó por lograr su objetivo a once minutos del final, en un balón largo sobre la internada del joven Keko, cuya entrada fue decisiva.
Keko controló con gran técnica y mandó un centro medido sobre la cabeza de Manucho, que remató al fondo de la red en medio de la euforia de los 300 aficionados castellanos y la desesperación de los más de 24.000 gijoneses, que veían como jornada a jornada su equipo se acerca a las posiciones de descenso.
Los últimos minutos fueron desquiciantes por las entradas y los enfrentamientos de los jugadores, que propiciaron las expulsiones de Maldonado y Del Horno; así como la decisión de Clemente de sustituir al joven Keko, el jugador que revolucionó a su equipo en la segunda parte por Luis Prieto a falta de cinco minutos para defender a toda costa los tres puntos.
En la última jugada del partido, Baraja metió el pie lo justo para establecer el 0-2 en el marcador tras un mal entendimiento entre Juan Pablo y su defensa.
Tinerfeños y pucelanos descubrieron en El Molinón un campo propicio para mantenerse en la lucha por seguir en la máxima categoría y a la vez complicaron la vida a los gijoneses que llevan una trayectoria similar a la de la pasada temporada en el tramo final de la liga.
El partido entre el Sporting y el Valladolid era tomado por los de casa como el señalado para lograr los puntos de la tranquilidad y por los pucelanos para seguir con vida en la categoría; la presión se notó a lo largo de la primera mitad en la que los nervios jugaron varias malas pasadas a ambos equipos, atenazados por la importancia de los puntos en juego.
Clemente se presentó en El Molinón con una alineación con cinco defensas y dos medio centros más contenedores que organizadores, por lo que sus intentos ofensivos eran a través de balones largos para que Manucho o Diego Costa, que fueron con diferencia los dos mejores hombres sobre el terreno de juego durante la primera mitad.
El primer balón que llegó a Diego Costa ya supuso peligro para una defensa local que empezó el partido muy nerviosa e imprecisa con falta de entendimiento con su portero de lo que se trataban de aprovechar los hombres más adelantados del Valladolid, aunque Juan Pablo apenas tuvo que intervenir a disparos de los rivales.
Por su parte, el Sporting siguió fiel a su manera de jugar y trató de mover el balón por las bandas, pero lo hacía con demasiada lentitud, lo que permitía a la defensa pucelana colocarse y cerrar todos los huecos.
Además, Barral, otras veces empeñado en jugadas personales, hoy lo único que hizo fue faltas, frustrando incluso buenas ocasiones de sus compañeros, hasta el punto de que se llevó la bronca de éstos y de un amplio sector de la grada.
Dos balones de De las Cuevas -el primero sobre Barral, que disparó flojo; y el segundo sobre Diego Castro, que lo hizo mejor, pero su tiro rebotó en un defensa- crearon las primeras ocasiones del Real Sporting, que, poco a poco, fue haciéndose con el control del balón mientras que el Valladolid insistía con balones largos en los que Manucho y Gregory mantenían una dura pugna.
Luis Morán hizo un caño a Sereno, se fue por la banda y centró raso sobre la llegada de Barral, que remató flojo, en otra clara ocasión para los gijoneses, que llegaron más a la portería rival pero sin acierto y sin posibilidad por parte de Manolo Preciado de hacer cambios, ya que, sancionado Bilic, el técnico no contaba con ningún delantero más en el banquillo.
El partido no tenía continuidad, porque se producían constantes faltas e interrupciones, lo que beneficiaba más el juego visitante que el local. A falta de 8 minutos para el descanso, Lora hizo una falta sobre Diego Costa cerca de un córner y fue Pelé el que lanzó directo sobre la portería rojiblanca, saliendo el balón rozando el larguero.
Al Sporting no le sentó bien el descanso, porque salió completamente dormido, perdiendo balones constantemente y el Valladolid se vino arriba. Nauzet avisó desde fuera del área con un disparo muy potente que rechazó Juan Pablo con apuros en la primera de varias llegadas pucelanas y los peores momentos de los gijoneses, incapaces de dar dos pases seguidos.
La grada comprendió lo delicado del momento y comenzó a rugir en apoyo de su equipo que, no obstante, siguió a merced del rival, aunque el apoyo de sus aficionados le hizo empezar a jugar con un poco más de velocidad en especial por la banda derecha pero Jacobo seguía sin tener que intervenir.
A los locales se les siguió complicando el partido con la lesión de Canella, que obligó a Preciado a dar entrada a Sastre en el lateral derecho y cambiar de banda a Lora. Aunque fue una coincidencia, el Sporting empezó a llegar un poco más al área rival y el Valladolid frenó un tanto su ímpetu del primer cuarto de hora.
Pero tanto fue el cántaro a la fuente que el Valladolid acabó por lograr su objetivo a once minutos del final, en un balón largo sobre la internada del joven Keko, cuya entrada fue decisiva.
Keko controló con gran técnica y mandó un centro medido sobre la cabeza de Manucho, que remató al fondo de la red en medio de la euforia de los 300 aficionados castellanos y la desesperación de los más de 24.000 gijoneses, que veían como jornada a jornada su equipo se acerca a las posiciones de descenso.
Los últimos minutos fueron desquiciantes por las entradas y los enfrentamientos de los jugadores, que propiciaron las expulsiones de Maldonado y Del Horno; así como la decisión de Clemente de sustituir al joven Keko, el jugador que revolucionó a su equipo en la segunda parte por Luis Prieto a falta de cinco minutos para defender a toda costa los tres puntos.
En la última jugada del partido, Baraja metió el pie lo justo para establecer el 0-2 en el marcador tras un mal entendimiento entre Juan Pablo y su defensa.
Almeria 0 - 1 Espanyol
Espanyol se impone en Almería y sale del fondo
ALMERÍA -- Espanyol dio un importante paso para no tener problemas de descenso en el tramo final de la competición, al superar por 0-1 a un rival directo en este propósito, la UD Almería.
El conjunto local fue el dueño del balón en la primera mitad, pero careció de ocasiones para haber plasmado esa superioridad ante un Espanyol que tampoco ofreció mejores cosas que el equipo de Juanma Lillo.
El equipo local trató de usar la velocidad para superar a una defensa españolista bien situada y que esperaba para no ser sorprendido.
En la primera subida, el equipo almeriense avisó con una arrancada por la banda izquierda de Albert Crusat que fue cortada en el pico del área por Nico Pareja en falta.
Ahí se acabó el partido en la primera mitad, con mucho juego en el centro del campo y ninguna llegada, pero ni al área rojiblanca ni a la blanquiazul, lo cual benefició al equipo del argentino Mauricio Pochettino, al que un empate en el Estadio de los Juegos Mediterráneos no lo iba mal.
El cuadro almeriense no fue capaz de desbordar y cuando lo hizo, en el minuto 28, no fue capaz de resolver, porque Míchel, que entró por la banda hasta el área, no supo encarar al meta visitante Kameni.
Espanyol lo intentó, pero se encontró siempre con el portero brasileño Diego Alves y, así, en el minuto 39, Luis García tuvo la primera en una contra en la que se plantó solo ante el meta local, quien despejó a córner.
El cuadro almeriense buscó superioridad con los cambios de banda y pudo sorprender por la izquierda con un centro de Piatti que, sin embargo, remató mal Soriano.
En la segunda parte, El Espanyol salió en busca del triunfo con algo más de decisión y nada más comenzar este período Forlín tuvo un mano a mano con Alves que el cancerbero rojiblanco se encargó de desbaratar.
La siguiente acción fue la del gol. Una falta de Chico en la frontal la lanzó el asturiano y Diego Alves no pudo hacer nada por evitar el gol.
Con el marcador en contra, los rojiblancos pusieron muchas ganas pero nada de acierto, aunque en el minuto 62 pudo marcar Soriano, pero su débil remate lo despejó Kameni.
Espanyol, por su parte, pudo sentenciar a la contra, pero Verdú disparó fuera en el minuto 73.
El portero del Almería también evitó en el minuto 79 que llegara el segundo del conjunto barcelonés, al igual que poco después en un intento de Osvaldo, lo que dio una idea de que el Espanyol controló bien el 0-1 que finalmente se llevó.
El conjunto local fue el dueño del balón en la primera mitad, pero careció de ocasiones para haber plasmado esa superioridad ante un Espanyol que tampoco ofreció mejores cosas que el equipo de Juanma Lillo.
El equipo local trató de usar la velocidad para superar a una defensa españolista bien situada y que esperaba para no ser sorprendido.
En la primera subida, el equipo almeriense avisó con una arrancada por la banda izquierda de Albert Crusat que fue cortada en el pico del área por Nico Pareja en falta.
Ahí se acabó el partido en la primera mitad, con mucho juego en el centro del campo y ninguna llegada, pero ni al área rojiblanca ni a la blanquiazul, lo cual benefició al equipo del argentino Mauricio Pochettino, al que un empate en el Estadio de los Juegos Mediterráneos no lo iba mal.
El cuadro almeriense no fue capaz de desbordar y cuando lo hizo, en el minuto 28, no fue capaz de resolver, porque Míchel, que entró por la banda hasta el área, no supo encarar al meta visitante Kameni.
Espanyol lo intentó, pero se encontró siempre con el portero brasileño Diego Alves y, así, en el minuto 39, Luis García tuvo la primera en una contra en la que se plantó solo ante el meta local, quien despejó a córner.
El cuadro almeriense buscó superioridad con los cambios de banda y pudo sorprender por la izquierda con un centro de Piatti que, sin embargo, remató mal Soriano.
En la segunda parte, El Espanyol salió en busca del triunfo con algo más de decisión y nada más comenzar este período Forlín tuvo un mano a mano con Alves que el cancerbero rojiblanco se encargó de desbaratar.
La siguiente acción fue la del gol. Una falta de Chico en la frontal la lanzó el asturiano y Diego Alves no pudo hacer nada por evitar el gol.
Con el marcador en contra, los rojiblancos pusieron muchas ganas pero nada de acierto, aunque en el minuto 62 pudo marcar Soriano, pero su débil remate lo despejó Kameni.
Espanyol, por su parte, pudo sentenciar a la contra, pero Verdú disparó fuera en el minuto 73.
El portero del Almería también evitó en el minuto 79 que llegara el segundo del conjunto barcelonés, al igual que poco después en un intento de Osvaldo, lo que dio una idea de que el Espanyol controló bien el 0-1 que finalmente se llevó.
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