viernes, 30 de abril de 2010

El fútbol quedó para la final

Tras dos semis de poco vuelo, Inter de Milán y Bayern Munich definirán la Champions
BUENOS AIRES -- La UEFA Champions League ya tiene a sus dos finalistas, después de una vuelta de semifinales que otra vez nos dejó con sabor a poco.
Por un lado, Bayern Munich se impuso con demasiada facilidad sobre Olympique de Lyon. Y por el otro, el trabajo defensivo del Inter de Milán contra Barcelona fue impecable, pero nos privó de ver un fútbol de más vuelo.
Veamos un poco qué sucedió en cada partido para luego tratar de anticipar qué puede depararnos la final.
OLYMPIQUE LYON-BAYERN MUNICH
Lyon ya había decepcionado en la ida y dio la impresión de que no supo o no pudo cambiar su planteo para la vuelta. Necesitaba pararse de manera más agresiva y salir a buscar un resultado, pero no lo hizo, y lo terminó pagando muy caro.
Es que el equipo francés no tiene mucho poder ofensivo: dejar solo a Lisandro López arriba cuando juega de local es no demostrar demasiada ambición. Al argentino ese esquema le generó mucho desgaste físico jugar contra dos centrales grandes como los alemanes y nunca pudo acercarse lo suficiente al arco.
Así fue que mientras Lyon "miraba" el partido, Bayern generaba situaciones: podría haber definido el partido en los primeros 10 minutos, cuando contó con un par de chances bien claras.
Después, llegó el triplete de Olic, a quien hay que darle un reconocimiento más que merecido. Así como se elogiaron los cuatro goles de Messi ante el Arsenal en cuartos de final, en este caso hay que valorar que los tres goles fueron en una semifinal y en condición de visitante.
Por el lado de los franceses, no tuvieron demasiadas chances de dar vuelta la historia, entre el planteo timorato, la demora en hacer ingresar a Gomis y la ausencia del temperamental Toulalain. Es una lástima que, tras superar dos eliminatorias complicadísimas (eliminando al Madrid en el Bernabeu y luego dejando en el camino al Bordeaux), el Lyon se haya quedado sin energías.
BARCELONA-INTER DE MILÁN

Hubo algo que me extrañó del partido en el Camp Nou: dio la impresion, desde el vamos, de que el Barcelona no había pensado en la posibilidad de que el Inter le jugara como le jugó. El blaugrana nunca le encontró solución al partido.
Claro que Barcelona monopolizó el balón como suele hacerlo, pero eso, sin profundidad, no sirve de nada. Además, dejó a Messi siempre adentro, por el centro del ataque, donde no tenía los espacios suficientes. Eso le facilitó la tarea del Inter para marcarlo de manera escalonada y anular su capacidad de desequilibrar en el uno a uno.
Messi, cuando jugaba por afuera, tenía la posibilidad de entrar y de salir. En cambio ahora que lo hacen jugar de 9 o 9 y medio, tirándose atrás unos metros, no encuentra el espacio para poder encarar en velocidad. Yo lo devolvería al lugar de origen, pero su técnico sabrá lo que hace.
Así fue que Barcelona casi no creó situaciones de gol, ni claras ni de aquellas más confusas, en las que a partir de un centro o algún rebote queda algún atacante en posición de gol.
El partido fue pasando con un Barcelona confiado en que iba a manejar el partido tranquilamente y que, tarde o temprano, eso le iba a permitir encontrar los espacios. El planteo del segundo tiempo fue un calco del primero, como si no hubiera pensado en opciones para quebrar a un Inter que se defendió bien atrás.
Además, desde la media hora de juego y tras la expulsión de Thiago Motta, hasta Diego Milito terminó retrasándose para convertirse en un mediocampista que tapaba la salida de los marcadores.
El único que encontró el camino fue Xavi en la jugada del gol, pero así como me pareció que Milito estaba adelantado la semana pasada al anotar el tercero, creo que aquí también fue Piqué quien estaba en offside antes de convertir.
Tengo que aclarar también que en la jugada del gol anulado sobre el final no vi mano. Pero a la vez, la jugada se cortó rápido, y el Barcelona anota con la jugada ya interrumpida.
Está claro que se enfrentaron dos filosofías diferentes. Y puede que lo que hizo el equipo de Mourinho no haya sido vistoso, pero eso no le quita el mérito. A veces uno se olvida de que se jugaron dos partidos, y en el de ida fue el Inter quien marcó claras diferencias, a pesar de haber empezado abajo en el marcador.
En cuanto al Barcelona, tendría que haber tenido puertas de salida, aunque para eso hubiera sido necesario que cambiara el libreto. Y atentos, que sucedió lo mismo en ambos partidos. En la ida, cuando se puso 1-0 arriba también siguió jugando igual, y así fue que le anotaron tres goles.
Es elogiable tener un estilo, creer en él y defenderlo, pero Barcelona pecó de exceso de confianza en que su filosofía, tarde o temprano, lo iba a terminar clasificando. Y esta vez le faltó esa dosis de suerte que, el año pasado, le permitió sacar adelante en los instantes finales partidos clave como la semifinal de la Champions ante el Chelsea y la final del Mundial de Clubes ante Estudiantes.
SE VIENE LA FINAL
La final promete ser otro duelo de estilos. Por un lado, un Bayern parado para buscar el arco de enfrente y al que en generar se lo ve "jugar lindo", sobre todo cuando gana. Por el otro, un Inter al que rara vez se lo elogia por su juego, ni siquiera cuando gana, pero que tiene una solidez envidiable. En los alemanes, parece que Van Gaal terminó convenciendo a sus jugadores de lo que quería, aunque en el camino fue él quien terminó adaptándose a jugar un 4-4-2, un sistema no tradicional para él pero sí para el club.
El poder de fuego del Bayern Munich es envidiable. No hay que olvidarse de que al comienzo de la temporada tenía cinco delanteros de primer nivel: además de los hoy titulares, Müller y Olic, estaban Klose y Gómez, hoy en el banco, y Luca Toni, quien luego dejó el equipo. Si a eso le sumamos el aporte ofensivo de dos volantes con llegada como Robben y Ribery, podrán ver que si hay algo que no le falta al Bayern es poder de gol.
Ni siquiera creo que sienta demasiado la ausencia de Ribery en la final, ya que su reemplazante, el turco Altintop, estuvo a la altura e insinuó cosas importantes.
El Inter también llega en un buen momento, a pesar de las críticas. Es que ya está acostumbrado a eso: desde que salía campeón con Mancini que se viene diciendo que el Inter "no juega bien", un comentario que no tiene demasiado fundamento cuando se ve que el equipo siempre está bien parado y sabe aprovechar al máximo sus chances.
Anticipo que uno de los dueños clave será el de los dos puntas alemanes, muy peleadores y difíciles de aguantar, ante la que la semana pasada califiqué como la mejor defensa del mundo, con un eje brasileño (Julio César, Maicon y Lucio) más el complemento argentino de Samuel, el mejor central de la actualidad, y Zanetti, a quien sus 15 años en el Inter eximen de más comentarios.
Les paso también tres datos que le agregan sabor a la final:- Los finalistas son dos equipos que fueron segundos en sus grupos. Bayern terminó detrás del Bordeaux e Inter debajo de Barcelona;- Los holandeses Sneijder y Robben, descartados por el Real Madrid, volverán por revancha al Santiago Bernabeu;- Tanto Bayern Munich como Inter están en carrera por un triplete de títulos inédito, ya que son punteros en sus respectivas ligas y finalistas de las Copas de sus países.
No creo que sea una final tan abierta como la del año pasado entre Barcelona y Manchester United, pero por el otro lado, tengo esperanzas en que Inter haga un planteo un poco menos conservador y eso ayude al espectáculo.
Es lo menos que uno espera cuando ve que se enfrentan dos planteles tan amplios: que todo ese capital sobre el rectángulo de juego se transforme en fútbol del mejor.
Felicidades.
POSDATA: UN PARRAFO PARA ATLETICO MADRID
No podía despedirme sin mencionar que me alegra ver otra vez al Atlético Madrid en una final europea. Hace tiempo que no se le daba al equipo de la capital española y finalmente lo logró.
Enfrente tendrá a un rival que hizo mucho mérito: el Fulham, que en Inglaterra suele ocupar los puestos medios de la tabla. Pero veo al Atlético Madrid como candidato a partir de un plantel más profundo, que querrá cerrar de la mejor manera una temporada que empezó mal, quedando fuera de la Champions y muy lejos en la Liga.

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