Tras dos jornadas el Barça le saca cinco puntos de ventaja al Real Madrid en Liga, pero Tito Vilanova no se fía. La derrota blanca en Getafe se considera un resultado trampa que combinado con las malas sensaciones de los culés en Pamplona, ponen en máxima alerta a los catalanes.
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Casa Juan te invita al R. Madrid-BarcelonaEl día que alguien teorice sobre las mecánicas de estado de ánimo del fútbol, la humanidad será más sencilla. Ahora resulta que el tropiezo del Madrid en Getafe, que deja a los de Mourinho a cinco puntos del Barcelona tras dos jornadas disputadas, ha sido recibido con recelo entre diversos sectores del barcelonismo, incluyendo el staff técnico de los catalanes, que preferían visitar al Bernabéu después de un buen resultado del Madrid. Según las fuentes consultadas por este diario desde el vestuario barcelonista se es partidario de que "siempre es mejor coger al Madrid en estado tranquilo que no agitado. Desde el domingo, la Supercopa se ha convertido para ellos en algo más importante de lo que era hace una semana".
El Barça es perfectamente consciente de que mañana en el Bernabéu tiene dos posibilidades. O bien hurgar en la herida de un Madrid que ha dejado escapar tres partidos seguidos pese a marcar primero, o bien ser el chivo expiatorio que necesita cualquier exorcismo y propiciar así la reacción de un equipo que anda perdido.
Menos humos. Desde el entorno directo del primer equipo añaden dos factores compensatorios que deben de ayudar a centrarse en el partido de mañana y que son sobre los que Tito Vilanova basará su estrategia. El primero es lo sucedido en Pamplona y el segundo es que cada vez está más claro quienes son los jugadores que deben afrontar los grandes partidos.
Respecto al primer argumento, Vilanova y Roura son perfectamente conscientes de que lo del domingo en Pamplona fue un desastre que salvaron Messi y Valdés y que el equipo no estuvo a la altura de las circunstancias si exceptuamos el carácter que se le supone a un conjunto que remonta en Pamplona, cosa nada habitual. Más allá de la lucha, el partido fue nefasto y por ello el Barça de Vilanova no irá crecido a Madrid. Le bajaron los humos en el viejo Sadar.
En segundo lugar, Tito ya tiene más que claro quienes son los que están a nivel competitivo a estas alturas. Pocas veces dudará menos a la hora de confeccionar una alineación que en el Bernabéu.
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