jueves, 9 de febrero de 2012

Barcelona dejó atrás pequeños defectos y clasificó a la final de Copa del Rey


Superó la prueba con creces


BUENOS AIRES -- Si la semana pasada hablábamos de los pequeños defectos que venía mostrando un gran equipo como el Barcelona, tras el partido con el Valencia tenemos que decir que los de Guardiola superaron la prueba con creces.
El 2-0 con el que sellaron la vuelta de semifinales y la clasificación al partido decisivo de la Copa del Rey fue un resultado que se quedó corto, ya que si no fuera por la gran actuación del arquero Alves, estaríamos hablando de un par de goles más de diferencia.
Pero lo más importante para el Barcelona tiene que ser que, en cuatro miércoles, superó a los dos rivales más importantes que tiene hoy en su liga, al primero (Real Madrid) y al tercero (Valencia). Y lo hizo con recursos limitados, afectado por lesiones y ausencias, lo cual le da todavía más mérito.
EFEBarcelona pudo haber ganado por más goles
Ya lo dijo Guardiola: "Estamos al límite". Tuvo que gastar gasolina en estos cuatro partidos, y por momentos casi se queda con el tanque vacío, como en la vuelta ante el Madrid o en algunos pasajes de los dos encuentros con el Valencia. Pero ahora tendrá más respiro, ya que la final de la Copa será a mediados de mayo, y podrá enfocarse en la Champions, el gran objetivo de la temporada. Eso sí, siempre mirando de reojo a la Liga, donde los siete puntos que lo separan de su archirrival podrían reducirse a cuatro cuando se enfrenten en el Camp Nou.
Lo que se vio el miércoles en la vuelta ante el Valencia fue una prueba más de que los rivales del Barcelona ya saben cuál es el arma que les da más chances de éxito: la presión, y cuanto más arriba, mejor.
Valencia hizo eso: salió a presionar a la defensa del Barcelona para que la pelota no salga tan bien jugada desde atrás. Es un ejercicio de seis contra siete: tres hombres arriba contra los cuatro de atrás, dejando siempre al lateral más lejano a la pelota libre, y tres contra tres en el medio.
Como el Barcelona no es un equipo que queme al mediocampo, esa presión busca provocar el error en el pase, y al mismo tiempo, obliga a los puntas a bajar muchos metros más para recibir, alejándolos del arco.
Suena muy bien en la teoría y muchos equipos lo ejecutan a la perfección durante largo rato, pero el esfuerzo físico que demanda semejante acoso no suele sostenerse durante un partido entero. Al Valencia, por ejemplo, le duró los primeros 15 minutos, porque además, cuando el Barcelona logra quebrar el asedio y anota, muchas veces el golpe psicológico es letal.
Es que, por sobre todas las cosas, la gran fuerza del Barcelona radica en la técnica de sus jugadores. Todos ellos son dotados, tratan siempre de salir jugando sin importarles la presión y muchas veces lo consiguen. Hasta si los delanteros se tiran atrás a veces les sirve para arrancar más cómodos, como suele hacer Messi, quien habitualmente apila rivales, pero también puede meter pelotazos muy precisos, como hizo en la asistencia a Fábregas para el primer gol.
Paradójicamente, fue una equivocación del mejor de la cancha la que permitió que se abriera el marcador, ya que Alves intentó una salida dubitativa, y cuando tendría que haber acelerado para aprovechar el pique que alejaba la pelota del delantero, eligió retroceder, facilitándole la definición exquisita por arriba a Cesc.
Hasta entonces, al Barcelona le había costado encontrar el ritmo y tardó en imponer su hegemonía. Pero de ahí en adelante, salvo por el arranque del segundo tiempo en el que Valencia ensayó una tibia reacción, paseó su mejor fútbol y generó muchísimas chances.
EFEEl argentino Banega marca a su compatriota Messi
El mismo Messi, habitualmente infalible, tuvo tres chances clarísimas. En la primera puede haber rematado al cuerpo del arquero, pero en las otras dos hizo lo que tenía que hacer y sólo un inspiradísimo Alves le negó el gol que tanto merecía.
Más allá de la gran actuación colectiva, creo que el Barcelona sí recibió un llamado de atención, al principio de cada tiempo. Su defensa sigue ofreciendo flancos y, a pesar de que Mascherano hizo un muy buen partido, cuando no están los cuatro titulares se nota. La llegada desperdiciada por Feghouli en el arranque y las dos tapadas de Pinto al empezar el complemento podrían haber cambiado el rumbo del encuentro.
Pero el Barcelona pasó la prueba y eso es lo que cuenta. Tiene a Iniesta prácticamente recuperado, Pedro volverá pronto y Keita regresa de la Copa Africa. Si no sufre más lesiones, terminará estos dos meses tan demandantes con un plantel casi completo.
Ahora viene un partido complicado con Osasuna y después el fútbol frontal del Bayer Leverkusen por la Champions. De cualquier manera, a Barcelona le conviene enfrentar a equipos como los alemanes, que buscan el arco contrario sin importarles quién esté enfrente.
Para mayo quedará la final de la Copa del Rey, en fecha y estadio a definir. El día depende de si Barcelona juega la final de la Champions y Real Madrid anunció que el Bernabeu no estará disponible.
Enfrente tendrá a otro equipo vertical, como lo es el Athletic de Bilbao dirigido por Marcelo Bielsa, que tuvo un camino mucho más tranquilo, eliminando al Mallorca y al Mirandés, de Segunda. Pero, tal como el Barcelona, también tendrá el Bilbao doble calendario: por un lado los compromisos europeos, ya que está clasificado a la fase final de la UEFA Europa League, y por el otro la batalla por los puestos de clasificación a copas para la próxima temporada.
Será un interesantísimo choque de estilos entre dos equipos ofensivos. Los equipos de Bielsa históricamente juegan mucho el uno contra uno y presionan bien arriba. Y una vez que consiguen la pelota, buscan el camino más directo hacia el arco, generalmente empezando por afuera para terminar por adentro.
No hay en equipos tan vertiginosos mucho espacio para la creación y la elaboración, al menos entendida como lo hace Guardiola, a partir de un fútbol técnico, pensante y pausado.
Antes de la final, y entre medio de potenciales partidos entre semana por las Copas europeas, el Camp Nou será testigo el domingo 1° de abril (Día de los Inocentes en muchos lugares del mundo) del enfrentamiento entre estos mismos dos equipos por la Liga. En la ida, sellaron un 2-2 después de un choque muy intenso.
Será una gran oportunidad para dos directores técnicos que estudian obsesivamente cómo mejorar su fútbol y cómo detener a sus rivales. Quizás gran parte de las claves para ganar la Copa del Rey se descubran con más de un mes de anticipación en este ensayo.

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