miércoles, 15 de febrero de 2012

Falcioni pensó en irse, pero sigue tras un día de furia


El DT xeneize discutió con Cvitanich y el capitán Riquelme en Venezuela, tras el 0-0 con Zamora, en el debut en la Copa Libertadores; luego de una agitada jornada de reuniones y replanteos, el presidente Angelici logró convencerlo de que continúe en el cargo. 


Para intentar dejar las cosas en claro y ordenar un miércoles 15 de febrero que resultará determinante en el proyecto Julio Falcioni, vale empezar por el final: el técnico sigue en su cargo. Hasta allí, todo en orden, porque anoche, después de mantener una charla con el presidente del club, Daniel Angelici, resolvió darle continuidad a esta historia que se transformó en un descalabro en el que el propio entrenador quedó enredado. 
Jamás pensaron que en el vestuario del estadio La Carolina, en Venezuela, después de empatar 0-0 con Zamora, en el debut de la Copa Libertadores, podía desatarse semejante escándalo. Ninguno de todos los protagonistas involucrados en una historia que comenzó a gestarse por sensaciones, que explotó por los antecedentes. Fue Falcioni el que escuchó los reclamos de Darío Cvitanich porque había sido reemplazado a los 15 minutos del segundo tiempo. El técnico le dio un argumento al delantero que dinamitó el orden interno. "Te saqué porque le hacés más caso a Riquelme que a mí", le dijo Falcioni y Cvitanich volvió con sus compañeros con una furia que lo empujó a revolear sus botines. 
Esta actitud despertó la curiosidad de Juan Román Riquelme, que al enterarse de lo sucedido fue junto con el delantero a charlar con el entrenador. Allí el capitán xeneize le explicó que no le había dado ningún tipo de indicación a su compañero y que no era cierta la acusación. Cuando Falcioni advirtió que el dialogo se estaba desarrollando en un sector del vestuario cercano a donde estaban los periodistas y el resto del plantel, invitó a Riquelme y Cvitanich a continuar hablando en un lugar más apartado. 
Ante esta situación, Riquelme tomó la palabra y se negó a eso. Incluso, allí fue cuando le dijo que debían seguir charlando pero delante de todo el plantel y comenzó a dar indicaciones para sacar a los utileros, el cuerpo médico y a Leandro Angelici, el hijo del presidente. Cuando José Requejo, encargado del departamento de fútbol, advirtió la situación, les comunicó que la gente de utilería debía embalar toda la indumentaria para el viaje, pero no tuvo lugar su pedido y se cerró la puerta de un vestuario que golpeó a Falcioni como jamás imaginó. Apenas se volvió a abrir cuando tuvo que regresar todo el resto del cuerpo técnico, que ya estaba ubicado en el ómnibus que los iba a trasladar hasta el aeropuerto. 
En esa reunión, Falcioni se habría encontrado ante un escenario que no pensaba. Algunos levantaron la voz para aclarar que Riquelme no había tenido nada que ver con lo sucedido con Cvitanich. Hasta Walter Erviti habría tomado la palabra y comunicándole que él le había pedido al delantero que se moviese por un lugar diferente al que le había dicho el técnico. El gesto de Falcioni se fue desdibujando. Después hasta se habría escuchado a Rolando Schiavi decir: "Román no tuvo nada que ver con este tema. Estamos cansados de que estés hablando de todos por detrás". 
En ese contexto aparecieron otras cuestiones que, al parecer, desataron algunos cuestionamientos del grupo para con el entrenador. Otro mazazo para el DT, que sintió que el grupo lo estaba exponiendo como nunca antes le había pasado. Fue por eso que se lo vio con la mirada perdida durante las 12 horas de viaje entre Barinas, en Venezuela, y Buenos Aires. Apenas le habría dicho al presidente del club: "Yo así no puedo seguir". Después de esa frase el técnico se quedó sentado en su ubicación del avión: fila 5, mientras que Riquelme, el hombre de sus desvelos, se acomodó en la 32, mate en mano. 
No se volvió a hablar del tema. Incluso, cuando llegaron a Buenos Aires nadie se refirió a lo vivido en Barinas. El presidente Angelici negó que Falcioni hubiese renunciado, como trascendió antes del arribo del plantel a la Argentina. "Yo no tengo que convencer de nada a Falcioni porque no me dijo que dejaba su cargo", dijo el presidente. Estas palabras se escucharon por las consultas periodísticas que indicaban que Falcioni había dado un paso al costado en el viaje. 
Después, el propio Riquelme enfrentó los micrófonos e intentó desactivar una ola de rumores que crecía. "Nosotros estamos contentos con el entrenador y él con nosotros, y por eso no entiendo por qué buscan problemas donde no los hay. Podemos tener charlas con el entrenador, algo lógico, pero eso siempre pasa en el fútbol y la verdad es que anoche no hubo ninguna pelea", dijo el N° 10. 
Después, la historia se trasladó hacia el hotel Madero, donde un grupo de jugadores -Riquelme, Clemente Rodríguez, Schiavi, Orion y Somoza- charló con el presidente xeneize. Allí se habría dado éste diálogo: "Quiero [les dijo Angelici] escuchar por ustedes qué pasó en el vestuario". La respuesta llegó sin espacio para más preguntas: "En esta historia nada tiene que ver Riquelme". Todos tomaron sus cosas y se retiraron, los futbolistas a sus casas y Angelici al hotel Faena. 
Allí comenzó una larga conversación con José Clemente, integrante del departamento de fútbol, y César Martucci, secretario general, con la idea de reencauzar una situación a punto de irse totalmente de control. Mientras tanto, en Villa del Parque, sobre la calle Cuenca, donde vive Falcioni, el DT se reunió con su cuerpo técnico para determinar qué paso dar. Le habría puesto algunas condiciones, en esa cena en el hotel Madero. Sea como fuere, a las 23.57, Angelici confirmó que Falcioni sigue y que el técnico se encontrará hoy con el plantel desde las 9.30 para el entrenamiento. Como si nada hubiera pasado. 






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