La empresa del Atlético el próximo sábado tiene, por el momento que vive el equipo, tintes de proeza. Sin embargo, echando la vista atrás si alguien le ha salido contestón a Guardiola es el equipo del Manzanares. El equipo rojiblanco es el único que le ha hecho saborear al técnico de Sampedor el amargo sabor de la derrota dos veces en la Liga desde que se hizo cargo del Barcelona. Bajo su mando, el equipo azulgrana sólo ha perdido siete partidos en el campeonato doméstico, dos de ellos con los rojiblancos como adversario. Es más, la temporada pasada el Barça sólo cayó en una ocasión, fue en el Calderón y lo hizo por 2-1. Los tantos de Forlán y de Simao anularon al de Messi, algo que no le había sucedido nunca antes al argentino y tampoco desde entonces le ha vuelto a pasar. Siempre que Messi había marcado su equipo había sumado al menos un punto en la Liga. Frente al Atlético se rompió también esa racha.
La primera derrota liguera de Guardiola llegó en Soria, ante el Numancia, nada más comenzar su ciclo como primer técnico del Barça. La siguiente aconteció casi seis meses después, en el Camp Nou ante el Espanyol. En esa misma temporada, Guardiola hincó la rodilla por primera vez ante el Atlético. Los rojiblancos remontaron un 0-2 para acabar ganando por 4-3. El Mallorca certificó el cuarto traspié liguero de Pep y en esa misma campaña Osasuna, ya con el Barcelona campeón, sorprendió a los azulgrana en el Camp Nou. En el presente ejercicio, sólo el Hércules de Valdez ha sido capaz de vencer a un Barcelona casi intratable.
Fe.
De esos siete partidos perdidos por Guardiola, sólo tres fueron en el Camp Nou. Las dos victorias colchoneras llegaron con su público como apoyo, pero Quique no ha arrojado la toalla y Guardiola siempre contempla al Atlético con mucho respeto. El técnico del Atlético cree en las posibilidades de su equipo y está tratando conseguir de sus jugadores la máxima concentración. Como prueba sirva que las dos últimas sesiones del equipo han sido a puerta cerrada. El técnico conoce la historia rojiblanca, jalonada de éxitos imprevistos cuando menos se esperaban. Ante todo, un resultado positivo en Barcelona serviría como estímulo moral para una plantilla que, en este momento, acusa una falta de confianza tremenda.
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