Hacía tiempo que el Sevilla no pedía a gritos el final de Liga. La decepcionante temporada que está firmando va camino de terminar tan mal como empezó. Sólo eso ha podido convencer a la dirección del club de que es imprescindible empezar de cero, resetear. Algo que demandaba el equipo ya la temporada pasada, pero que se acometió a medias y mal. El nuevo proyecto ya ha arrancado en la sombra. Lo hizo hace semanas (incluso meses con Medel y Rakitic), justo cuando Monchi y Del Nido se dieron cuenta de que apostar por Manzano era un error. El objetivo desde entonces es claro: dar con un técnico con personalidad, experiencia en la élite y autoridad para encomendarle la nueva era. Después del casting de rigor, todos los caminos apuntan a una sola dirección: Marcelo Bielsa.
El técnico chileno confirmó todas las expectativas en su primera reunión con el Sevilla hace mes y medio. Gustó desde el principio y es el preferido. Desde el propio Sevilla, sin citar a Bielsa como futuro entrenador, se desliza la ilusión que está generando la confección del nuevo proyecto, del que oficialmente (Trochowski aún no lo es) no se sabe nada.
La extraordinaria derrota ante el Real Madrid se une a la imagen lamentable proyectada en muchos partidos a lo largo del año. Todo ello convierte a Bielsa y al remanente del crédito de Monchi en la esperanza del sevillismo. El chileno es una apuesta arriesgada por su manera de ser, pero no por sus conocimientos ni por su adaptabilidad a la idiosincrasia del Sevilla. Bielsa centra su juego en las bandas y actúa como maestro ideal de las nuevas generaciones, lo cual se amolda al futuro Sevilla. Otra de las facetas que gustan del chileno es su política de "todos atacan, todos defienden" y una obsesión por el sistema táctico casi compulsiva. El 'Loco' Bielsa, la apuesta-riesgo para un Sevilla que planea otra época gloriosa a medio plazo.
Manzano sigue en la diana
El 2-6 del sábado ha hundido más si cabe en el descrédito a Gregorio Manzano y a gran parte de la plantilla, casi siempre protegida por el escudo de los entrenadores. El enfado (paso siguiente a la decepción) de la dirección del club con el jiennense es tan evidente que sólo la proximidad del final de Liga le mantiene en el cargo. Las derrotas ante el Getafe y Real Madrid han pesado.
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