Mourinho ha cambiado de idea respecto a Kaká y quiere que continúe en el Real Madrid. En los dos últimos meses, el centrocampista brasileño ha aceptado con paciencia su rol en el equipo blanco y está creciendo conforme pasan las semanas...
Desde el club se le había dicho al preparador portugués que había más talento y futuro en Kaká del que parecía, cosa que finalmente se ha confirmado. Cuando el internacional brasileño manifestó hace unos días su deseo de seguir en la disciplina del Madrid, ya sabía que Mourinho le tenía en mente para luchar con Özil por un puesto en el equipo titular la temporada que viene.
Mejoría.
Su mejora física va acompañada de un buen trabajo en el campo tanto individual como a favor del colectivo, asistencias, más responsabilidad con el balón y una mejor relación con sus compañeros con quienes casi ni se vio durante varios meses de esta temporada mientras se recuperaba de su lesión.
La relación entre el futbolista y su entrenador no empezó con buen pie. A los pocos días del inicio de la pretemporada, Kaká reconoció sus problemas físicos que forzó su paso por el quirófano y Mourinho se sintió traicionado. No entendía por qué el brasileño no se había operado durante el verano. Era comprensible que quisiera participar en el Mundial, aunque lo hizo mermado, pero hubiera sido preferible ponerse en manos de los doctores tras la finalización del mismo. Al no hacerlo, se perdió un mes...
Poco a poco, Mourinho, que ha seguido con lupa la evolución de Kaká, ha ido recuperando confianza en el futbolista y su positiva participación en los últimos dos meses hace que el antiguo Balón de Oro se convierta casi en el nuevo galáctico para el curso próximo, el primero que iniciará con sus problemas físicos totalmente superados. Kaká se queda.
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