La expulsión sufrida por Mourinho el pasado miércoles provoca que no pueda dirigir al Madrid en el encuentro de vuelta de la semifinal de Champions. El técnico quiere seguir el encuentro con tranquilidad y de ahí que pretenda verlo en un palco VIP acristalado, como ocurrió en El Molinón el pasado 14 de noviembre. Mourinho también podría ser acomodado en la grada en una localidad próxima al banquillo madridista, pero es consciente de que a buen seguro esa opción no le permitiría tener la tranquilidad que él desea.
Al igual que ocurrió en Gijón, Mourinho estará acompañado en el Camp Nou por dos miembros de seguridad del club y por el director deportivo del club, Miguel Pardeza. Además, desde el instante en que el técnico madridista llegue al Camp Nou, el Barcelona reforzará la seguridad en torno a él para evitar cualquier tipo de incidente.
La diferencia más sustancial respecto al encuentro de El Molinón estará en el hecho de que Mourinho no podrá dar ningún tipo de indicación al equipo durante el encuentro. En Gijón utilizó un móvil para dar instrucciones a Karanka empleando como interlocutor a Rui Faría. Sin embargo, la UEFA prohíbe que los técnicos sancionados den "instrucciones, accedan al vestuario, al túnel o al área técnico antes o durante el encuentro". Sólo 15 minutos después del partido Mourinho podrá entrar en el vestuario.
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