La resaca del tercer Clásico nos ha dejado un cruce de demandas entre Barcelona y Real Madrid y media docena de expedientes abiertos por la UEFA, que deberá juzgar un pleito inédito. La histórica disputa futbolera se traslada, después de librar una encarnizada batalla dialéctica, a los juzgados deportivos. Ahora juegan los abogados.
Los acontecimientos se explican mejor en orden cronológico. En torno a las 18:00 horas, mientras la Junta Directiva del Barcelona estaba reunida con carácter extraordinario, la UEFA hizo pública la apertura de expedientes disciplinarios contra Madrid y Barcelona. En el caso del Madrid, se abría proceso por la invasión del césped, lanzamiento de objetos, por la tarjeta roja a Pepe, por la expulsión de Mourinho y por sus declaraciones en la conferencia de prensa oficial. En el caso del Barcelona, por la expulsión de Pinto. Cada una de estas situaciones será estudiada por el Comité de Control y Disciplina de la UEFA el viernes 6 de mayo, tres días después del partido de vuelta entre Barcelona y Real Madrid.
Apenas una hora después, Toni Freixa, secretario y portavoz de la Junta del Barcelona, comunicaba la interposición ante la UEFA de una demanda por las acusaciones de Mourinho. Según Freixa, las declaraciones son "constitutivas de infracciones tipificadas en el artículo 5, letras B y D, del código de comportamiento de la UEFA; como una vulneración de las normas básicas de comportamiento y como actuaciones que lesionan la reputación del fútbol y la UEFA".
"Es inaceptable que alguien se atreva a cuestionar la historia, los títulos y nuestra relación con Unicef", dijo Freixa. "El Barça quiere apaciguar el fuego (...). Pero esto no es incompatible con ser inflexibles cuando se superan ciertos límites, y Mourinho los superó". Freixa concluyó que la relación entre Madrid y Barcelona es "satisfactoria, al margen de determinadas cuestiones que no podemos dejar pasar", y afirmó que no podía imaginar a ningún entrenador del Barça actuando como Mourinho.
Sobre las 20:30 se filtró que el Real Madrid estaba trabajando en una denuncia contra el Barcelona por "conducta antideportiva premeditada", al entender que la actitud de sus jugadores respondía a una táctica inducida por el técnico.
El Madrid observa que cada fingimiento tenía como intención intimidar al árbitro con las reclamaciones de los futbolistas. Para demostrarlo, el club presentará los vídeos de las cuatro acciones que cree más significativas: 1. El choque de Pedro con Arbeloa que se salda con amarilla al defensa blanco; 2. El encontronazo de Busquets con Marcelo, acción donde el barcelonista se queja de un manotazo inexistente en la cara; 3. El lance entre Pepe y Alves (roja directa al portugués), donde el club demostrará que no existió contacto (el barcelonista abandonó el campo en camilla); 4. Los empujones de Keita a Arbeloa camino de vestuarios.
Desde el Madrid se ha hecho saber que, aunque el club jamás había demandado en su historia a ninguna institución, el acoso al que ha sido sometido le ha llevado a defenderse judicialmente ante la UEFA.
Pasadas las diez, el Real Madrid emitió un comunicado en el que confirmaba la denuncia contra el Barça y defendía a Mourinho, "quien, más allá de opiniones vertidas en el ejercicio de su libertad de expresión, puso de manifiesto su rechazo a la victoria deportiva a cualquier precio y a la vulneración de los principios de lealtad, integridad y espíritu deportivo que consagran el art. 7 del Preámbulo de los Estatutos de UEFA y el art. 5 de su Reglamento Disciplinario".
Precedente.
Ahora es el turno de la UEFA, que ya ha castigado al Madrid esta temporada. Fue en diciembre, cuando las expulsiones provocadas por Xabi y Ramos, derivaron en una sanción ejemplar. Se sancionó a Mourinho con un partido "por conducta impropia" y otro más si reincidía en tres años "vigilados". Además se le multó con 40.000 euros, otros 120.000 al club y con cantidades diversas al resto de implicados (Xabi y Ramos también se perdieron un partido). Una semana después se retiró la vigilancia a Mourinho y se rebajaron las multas a técnico y club.
La UEFA fue más condescendiente con Iniesta. El 6 de abril el comisario del partido Barça-Shakhtar denunció que el jugador habría forzado una tarjeta. Las alegaciones del Barcelona fueron atendidas y el jugador quedó sin sanción.
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