Neymar llegó ayer a las 18:50 horas a Stuttgart con los efectos de la onda expansiva que había provocado la bomba que dejó en FIFA.com. Venía de más de 17 horas de viaje, procedente de Sao Paulo, para unirse a la concentración de su selección con motivo del amistoso entre Alemania y Brasil de mañana (20:45 horas, GolT). Apareció con americana, camiseta y vaqueros azules, con una gorra de Air Jordan y luciendo un colgante en el pecho. Un look informal para disimular el cansancio del viaje. Después de tres cuestiones de periodistas brasileños sobre su futuro y la selección, AS le hizo una pregunta directa y clara: ¿Quiere quedarse en Brasil o venir al Madrid? "No me interesa ni el Madrid ni el Barcelona en estos momentos", contestó el futbolista, que mencionó el nombre del Barça sin que nadie se lo hubiese preguntado.
Sus alabanzas al equipo azulgrana han creado desconcierto en el madridismo teniendo en cuenta que Neymar tiene un preacuerdo con el Madrid por seis temporadas. La lectura más evidente es que Neymar no quiere marcharse del Santos hasta que no acabe el Mundialito. Mourinho, al que le falta un tercer delantero para completar su plantilla (estará Morata mientras tanto), ya tenía asumido que llegará en enero. Ahora todo parece una incógnita.
Decisión. El brasileño tenía ayer a su disposición varios caminos, pero escogió el de la ambigüedad. En sus declaraciones, tal vez por su edad (fallo juvenil) o tal vez por una segunda intención (promovida por su entorno), vuelve a aparecer la sombra del Barcelona.
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