domingo, 29 de agosto de 2010

Laudrup pone a prueba el proyecto Mourinho


Di María dejará en el banquillo a Ozil y duda entre Lass y Khedira


Arranca la morbosa Liga de Mourinho. O la de Guardiola, que lleva dos años imponiendo su fútbol de encaje de bolillos, que mantiene al madridismo varado en un terrible barbecho de títulos que ya se prolonga durante dos largos años. Pero Florentino (que hoy irá casi andando del barco al Iberostar Estadio para ver el partido) le hizo al portugués un contrato por cuatro años. Eso se llama fe. Si es ciega o no, se verá con el tiempo.

El problema es que al nuevo proyecto lo examinará el Mallorca, un equipo-milagro al que no parece afectarle nada. Se marchan jugadores como Güiza, Ibagaza, Arango, Jonás, Borja Valero o Aduriz, pero siempre están acariciando Europa. Igual en el banquillo. Por aquí pasaron Luis (¿les suena lo de Viena?) o el profesor Manzano...

La misión de Laudrup será mantener la capacidad del grupo para reinventarse cada temporada y adaptar en Palma el estilo que triunfó en Getafe (14º en Liga, cuartofinalista en UEFA y finalista de la Copa del Rey) y fracasó luego en el Spartak de Moscú (cuatro victorias en 13 partidos). El que fue su Madrid afronta el reto de la nueva era Mou con un once que incluye una bomba-racimo. La posible suplencia de Khedira y Ozil. Pasen y lean.

Sorpresón. Los alemanes han sido peticiones expresas del técnico, pero el mismo Mourinho dijo ayer que aún les falta adaptación (idiomática y futbolística). A Ozil lo ha apartado del once el titularísimo Canales y la pujanza de Di María, MVP del Trofeo Bernabéu. Y Khedira es un 4x4, pero con Xabi Alonso de momento son como agua y aceite. En esa diatriba se ha metido Lass por medio, que podría enviar al banquillo al tanque germano-tunecino. Su suplencia sería desconcertante. Hay tema...

Van der Vaart y Mateos viajaron. Uno se resiste a irse y Mou apoya su lucha. Y el canterano de 23 años cubre a los lesionados Garay, Pepe y Albiol. También fueron los tres porteros, como con Capello.

Todos llegaron anoche a Palma. El vuelo fue bien (el comandante Fernando Viudes no dejó que ni una turbulencia alterase el sueño de los jugadores), pero no estaba previsto que saliese con dos horas de retraso por unos problemas en una pista de la T-3. Estas son las cosas que a Mourinho le ponen de los nervios.

El reto para el Mallorca es enorme, que tira de canteranos repatriados, del hermano de De Guzmán y de Cavenaghi, un argentino que ya viene de vuelta. Pero no se engañen. Las estrellas son ellos. Laudrup y Mourinho.


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