Con una deuda cercana a los 500 millones de euros, el Valencia está llevando a cabo una política económica marcada por la austeridad. En el plan de saneamiento y reducción del pasivo, la entidad que preside Manuel Llorente se ha visto obligada a vender a sus mejores activos deportivos (Villa, Silva y Zigic) y de fichas más elevadas. En el plan de saneamiento incluye la reducción del coste en nóminas. Marchena era uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla con un salario cercano a los dos millones de euros. Sueldo justificado por un rendimiento notable en los nueve años que ha permanecido en la mejor época de la historia del Valencia. Dos Ligas, una Copa del Rey y una UEFA avalan a Marchena, uno de los líderes del vestuario de Mestalla y uno de los jugadores clásicos en las alineaciones del Valencia, ejerciendo de defensa central o centrocampista, desde su llegada a Mestalla en la temporada 2001/2002.
La experiencia y jerarquía de Marchena ha sido apreciada por el Villarreal que ha considerado que, a los 31 años, el sevillano tiene recorrido suficiente para al menos las tres próximas temporadas. Un fichaje de garantías para cubrir el hueco que dejará Diego Godín, a punto de formalizar el traspaso al Atlético de Madrid.
La experiencia y jerarquía de Marchena ha sido apreciada por el Villarreal que ha considerado que, a los 31 años, el sevillano tiene recorrido suficiente para al menos las tres próximas temporadas. Un fichaje de garantías para cubrir el hueco que dejará Diego Godín, a punto de formalizar el traspaso al Atlético de Madrid.
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