El conflicto nace del proyecto de la Ley General del Mundial, que fue llevado al Congreso brasileño la semana pasada, y que prevé reducir los ingresos de la FIFA derivados de la venta de entradas y retransmisiones. Para la máxima entidad del fútbol, esta normativa incumple los compromisos asumidos por el anterior gobierno brasileño de Lula da Silva.
Las autoridades brasileñas se han mostrado sorprendidas por la reacción de la FIFA y esgrimen que todos los cambios habían sido negociados de antemano. Según una fuente vinculada con la FIFA en Brasil, el organismo futbolístico amenazó con otorgar el derecho de organizar el torneo a Estados Unidos si no llega un acuerdo con el país sudamericano. Sin embargo, representantes oficiales de la FIFA negaron dicha posibilidad en declaraciones a medios brasileños.
El proyecto de ley causante de la polémica entre la FIFA y el gobierno brasileño de Dilma Roussef, obligaría a la entidad a vender las entradas para los partidos con un descuento del 50% para los mayores de edad (de más de 56 años), algo que -según el máximo organismo del fútbol mundial- amenaza el grueso de sus ingresos.
Asimismo, la organización futbolística, dirigida por el suizo Joseph Blatter, ha mostrado su descontento por otra norma reciente que la obliga a prestar imágenes gratis de un 3% de cada partido de torneo a las cadenas televisivas que no adquirieron los derechos de la retransmisión.
A principios de este año la FIFA ya criticó los preparativos para la Copa Mundial de 2014 en Brasil, y cuestionó la lentidud con la que se realizan las obras.
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