Antes de empezar la sesión preparatoria de ayer, Pep Guardiola reunió a sus jugadores para lanzarles el siguiente mensaje: "Nada de celebraciones anticipadas, el Real Madrid va a ganar muchos partidos. Vamos a mirar ganar cada partido y a centrarnos en lo nuestro. Si perdemos un partido, los volveremos a tener atrás. El camino es muy largo y si queremos ganar algo, no podemos desfallecer. Si perdemos, sólo será culpa nuestra".
Se trataba de la primera medida del plan de Guardiola para aislar a sus jugadores del optimismo que se ha destado en el entorno barcelonista después de que el Real Madrid cayera el domingo en Pamplona permitiendo al Barça que se escapara a siete puntos de la cabeza de la clasificación. Para muchos, la Liga ya está sentenciada. Pep no piensa lo mismo.
En el barcelonismo, el mensaje de Pep es dogma, y por tanto, los culés repiten como un mantra las directrices de su entrenador, que nunca da nada por ganado de antemano y que mantiene un respeto reverencial por el Madrid. "El Madrid es el Madrid", es una de sus frases favoritas y ayer se lo volvió a recordar a los suyos.
Pero mientras la prensa de Barcelona celebraba la ventaja de siete puntos sin dar la Liga por ganada, en Madrid, parecía que tiraban la toalla. Cosa que realmente ha sorprendido en Barcelona. Ver cómo desde Madrid llegan mensajes de rendición que son impropios de un equipo que se caracteriza por no dar nunca un partido por perdido, ha puesto al Barça más alerta si cabe.
Encuestas. En este sentido, las encuestas de las webs de los principales diarios deportivos eran muy claras. En Madrid, el 85 por ciento de los internautas dan la Liga al Barça. En Cataluña, este porcentaje no llega al 60 por ciento.
De hecho, esta aparente dimisión del Madrid en lo que a la Liga se refiere preocupa más a Guardiola que el hecho de que la euforia se apodere de su vestuario. Tanto Guardiola como Vilanova consideran que los números tan brutales que ha firmado el Barcelona esta temporada se deben a la competencia directa con el Madrid. Si se ha visto a un Barça casi perfecto, es porque tenía que luchar semana tras semana con un Madrid temible. Por tanto, la cuestión está ahora, en el caso que la dimisión del Madrid se haga patente en la Liga en favor de la Copa del Rey y la Champions, en seguir motivando al equipo como si los de Mourinho estuvieran pisándoles los talones.
El mensaje institucional desde el club también viene marcado por la doctrina Guardiola. Máxima prudencia. Nadie quiere oír hablar de un nuevo triplete aunque las comparaciones entre esta temporada y la primera de Pep sean más que evidentes. "Eso es una tontería, descarto repetirlo. Si costó tantos años lograrlo es por algo, no vamos a ganar dos tripletes ahora en tres años", dijo Guardiola cuando le preguntaron al respecto.
No obstante, en el horizonte el Barça sigue trabajando para poder llegar al mes de abril-mayo con opciones en todas las competiciones, conscientes de que el Madrid es el gran rival también en la Champions y en la Copa del Rey. Para el vestuario culé, la mejor manera de tener opciones en este sentido pasa por no bajar el pistón en la Liga.
Además, el equipo sabe que no está a salvo de imprevistos como lesiones o despistes. En este sentido, se toma el ejemplo del Madrid, que acusa la baja de su delantero Gonzalo Higuaín y que Guardiola se refiere para explicarles a los suyos que "lo de Pamplona, nos puede pasar cualquier día a nosotros". El Barça, por si acaso, no se fía.
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