La revuelta contra el seleccionador alemán, Joachim Löw derivó en anarquía y podría costarle el puesto a Michael Ballack, la figura de Alemania y a Torsten Frings.
- La revuelta de varios internacionales alemanes contra el seleccionador Joachim Löw alcanza puntos de anarquía y podría costarle el puesto al capitán Michael Ballack y alguno de sus "apóstoles", como Torsten Frings.
Ballack podría no volver a ser convocado por Low"Ballack, amenazado de expulsión", titulan tanto el popular Bild como el periódico deportivo Kicker, después de que ayer Löw llamase "a consulta" a su capitán por las críticas de éste contra su estrategia.
"Se desató la anarquía", apunta Kicker, respecto a la extensión de la revuelta, mientras Frings salió en defensa de Ballack y afirma está en su derecho a criticar al seleccionador.
"Si piensa que algo no funciona bien está en todo su derecho de decirlo", apunta el jugador del Werder Bremen, para quien el hecho de que tantos jugadores estén descontentos significa que algo anda mal.
Mientras el "kaiser" Franz Beckenbauer respalda a Löw -"son un atajo de mimosas", sentenció respecto al coro de lamentos-, el presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Theo Zwanziger, llama a atender al "principio de autoridad".
Löw, por su parte, instó a Ballack a disculparse: "Nadie está obligado a disculparse. Ni por la fuerza de las armas ni por dinero", argumenta, en declaraciones que recoge Bild, después de que el miércoles le instase a presentarse para despachar con él.
Hasta ahora, el seleccionador no ha hablado directamente con el capitán, afirma Ballack en ese mismo diario, donde afirma que personalmente se alegrará de tal conversación, aunque lanza el desafío de que primero deberá "acordarse" tal cita con su equipo, el Chelsea.
El tono es más que crispado y arranca de las declaraciones de Ballack al diario Frankurter Allgemeine, arquetipo de la prensa seria alemana.
El capitán apuntaba ahí su sospecha de que Löw quiere deshacerse de unos cuantos jugadores y salía en defensa de uno de esos teóricos marginados, Frings.
"Es posible que Torsten no esté en su mejor momento, pero sigue jugando a un alto nivel. Es un hecho que nadie puede poner en duda", apuntaba, para añadir: "si no se quiere ya a alguien hay que decírselo. Lo mínimo que se puede esperar como merecido jugador de la selección es que haya respeto y lealtad".
Ballack admitía sentirse dolido por que Löw no haya preguntado por él tras la operación de pié a la que fue sometido, cuestión a la que Beckenbauer respondió con su frase del "atajo de mimosas".
El "kaiser" aconseja a Ballack que se comporte como un capitán y calle, lo mismo que debe hacer Frings, y recuerda el caso de un tercer descontento, Kevin Kuranyi, expulsado sin contemplaciones de la selección por haber abandonado el estadio, en pleno partido contra Rusia, también por sentirse abandonado.
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