viernes, 27 de julio de 2012

David Concepción está un poco decepcionado por no ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown


Concepción y su número 13 de la suerte

David Concepción espera que el 13, número que lo acompañó durante su carrera en los Rojos de Cincinnati, sea una vez más el de la buena suerte para él.
Concepción volverá a someterse en el 2013 al escrutinio del Comité de Veteranos y tiene esperanzas de que se le abran de una buena vez, las puertas del Salón de la Fama de Cooperstown.
El venezolano, parte fundamental de aquella Gran Maquinaria Roja de Cincinnati en los años 70 que ganó las Series Mundiales de 1975 y 1976, reconoce sentirse frustrado por no estar aún en el Templo de los Inmortales, donde ya están sus compañeros de entonces Johnny Bench, Joe Morgan y el cubano Tany Pérez.
"Estoy un poco decepcionado. Acaba de entrar a Cooperstown Barry Larkin, quien heredó mi posición de campocorto en Cincinnati y también jugó 19 temporadas como yo, con números muy similares que los míos. Además, de los veintitantos shortstops que hay en el Salón de la Fama, hay al menos 12 con cifras inferiores a las mías".
Concepción anda por Miami, donde será objeto de un homenaje de la ciudad a su gran trayectoria en Grandes Ligas, que comenzó en 1970 y terminó en 1988, siempre con el equipo de los Rojos.
Conversar de béisbol con él no tiene para cuando acabar. El cinco veces ganador del Guante de Oro y nueve veces participante en Juegos de las Estrellas es una enciclopedia, con una memoria envidiable, que contrasta con muchos peloteros actuales que desconocen la historia del deporte que les da de comer.
"Hay muchos muchachos que creen que el béisbol existe a partir del momento en que ellos empezaron", dice Concepción, quien recuerda curiosidades tan específicas como cuando su compatriota César Gutiérrez, campocorto de los Tigres de Detroit, disparó siete hits en igual número de turnos el 21 de junio de 1970.
"Ahora me dedico a la agricultura, tengo una finca que produce maíz y además tengo ganado, pero sigo al tanto de lo que pasa tanto en las Grandes Ligas, como en el béisbol profesional venezolano", explica el ex jugador, quien se mantiene vinculado a los Tigres de Aragua, el equipo en el nació como beisbolista profesional.
Si Concepción consigue finalmente en el 2013 su entrada al Salón de la Fama, sólo faltaría Pete Rose, otro de los grandes de la Maquinaria Roja.
"Los hits que (Pete) Rose bateó (4,256), no se los regaló nadie. Por lo que hizo como pelotero, claro que merece. Lo de las apuestas está prohibido, pero creo que ya el comisionado debería levantarle el castigo".
Concepción jugó en una etapa en la que las Grandes Ligas sufrieron transiciones fundamentales, con el nacimiento de la agencia libre y el comienzo de la era de los esteroides, casi al final de su carrera.
"Los grandes contratos multianuales son buenos para los peloteros, pero no para el béisbol. Los muchachos, con excepciones, ahora sólo piensan en el dinero, saben batear, saben fildear, pero muchos no saben cómo jugar al béisbol, no usan la cabeza, se ha perdido esa pasión, esa mística&"
"Sobre los esteroides, te aseguro que en Cincinnati nunca vi a nadie que los usara. Eso empezó a usarse más en los 90, cuando la explosión de los jonrones".
Estableciendo un paralelismo con lo que representa para la integridad del juego, ¿perdonar a Rose y permitirle el ingreso a Cooperstown sería lo mismo que abrirle las puertas del Salón de la Fama a quienes son sospechosos de haber consumido esteroides?
"Son cosas distintas. Esto tiene que ver mucho también con lo de la agencia libre y los grandes contratos. Si te "puyabas" y de pronto empezabas a batear 50, 60 jonrones, ibas a conseguir un contrato de muchos años y mucho dinero".
"Además, el béisbol necesitaba de aquello, pues la gente había empezado a irse de los estadios, sobre todo después de la huelga de 1994. De pronto, cualquiera bateaba 40 jonrones. Por suerte esos números han bajado y se han vuelto más normales".
Luis Aparicio primero y David Concepción después, son en gran medida los responsables de que salgan tantos buenos campocortos de Venezuela.
"Ah, no, eso sí, si quieres un buen shortstop tienes que ir a buscarlo allá", dice el Rey David, quien se expresa con admiración de Asdrúbal Cabrera y Alcides Escobar, dos de los mejores guantes en esa posición en la actualidad.
Y si lo dice Concepción, creánlo, porque ese sí sabe lo que es jugar el campocorto.

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