martes, 27 de diciembre de 2011

Sanción por racismo opaca un año brillante de Luis Suárez



Luis Suárez fue probablemente uno de los dos o tres mejores futbolistas de 2011, por sus éxitos con la selección uruguaya y el sensacional nivel que ha mostrado desde que llegó en enero al Liverpool inglés.
Lamentablemente, el delantero no ocupa este fin de año los titulares por sus gambetas zigzagueantes y su incansable movimiento en el frente de ataque: el tema es la suspensión de ocho fechas y multa de 40.000 libras (62.000 dólares) que la Asociación de Fútbol inglesa (FA) le aplicó por proferir un insulto racista al francés Patrice Evra.
El castigo, sin embargo, logró intensificar la polémica antes que acallarla.
Los compañeros de Suárez, que niega la acusación, salieron a su siguiente partido con camisetas con su figura, su nombre y su número siete. Su técnico Kenny Dalglish lo apoyó en sus declaraciones y en la red social Twitter. Liverpool dijo que apelará la sanción y que no reconocía a Suárez en la manera en que fue retratado por el panel disciplinario de la FA. (Todos recibieron críticas por respaldar al uruguayo).
Uno de los ángulos más interesantes de la controversia son las repercusiones diferentes que tuvo el fallo a ambos lados del Atlántico.
En Inglaterra, columnistas de prensa, futbolistas negros en actividad y retirados, activistas y otros alabaron la suspensión como una toma de posición necesaria frente al racismo. Al sentar este precedente, dijeron, la FA deja en claro que no tolerará la discriminación sin importar quién la cometa.
Desde Latinoamérica, algunos pensamos que, irónicamente, la dura sanción mostraba una cierta falta de sensibilidad hacia las culturas diferentes.
Que quede claro: el insulto a otro por el color de su piel es indefendible. Pero sí llamó la atención en esta parte del mundo que la FA no se manifestara sobre la presunta frase de Evra antes del insulto de Suárez: "No me toques, sudamericano".
Todas las formas de discriminación son reprochables y, si esa frase existió, también debió haber llevado a una sanción.
El columnista Tim Vickery, basado en Brasil, mencionó tras el fallo en la británica BBC Radio 5 que una toma de posición tan fuerte puede ser interpretada también como un dardo de la FA a Joseph Blatter y la FIFA, con quienes el ente inglés ha tenido varios cruces desde que no le adjudicaron el Mundial 2018.
La lucha contra el racismo no es un fuerte de Blatter, que hace unas semanas dijo, con notable falta de tacto, que este tipo de insultos podían resolverse con un apretón de manos.
La hipótesis de Vickery suena creíble si se piensa que la sanción es exagerada. Pero tampoco se la debe llevar al extremo de pintar a Suárez como una víctima de luchas políticas entre terceros, un hombre que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Todo extranjero debería hacer un esfuerzo por conocer el país en que vive y por respetar sus normas, escritas o tácitas. Y, de todos modos, aunque llamar "negro" o "negrito" a un colega puede ser habitual en algunos contextos en nuestros países, usar esas palabras como insulto no es de buena gente, nunca, en ningún lado.
Al mismo tiempo, no está de más recordar que hablamos de un jugador que en 2010 recibió en Holanda una suspensión de siete fechas nada menos que por morder a un rival y que enfrenta otro proceso disciplinario en Inglaterra por hacer un gesto obsceno con el dedo medio a la hinchada del Fulham, después del incidente con Evra.
El caso de Suárez todavía depende de la apelación que presente Liverpool una vez que la FA le entregue toda la información que sustentó su fallo.
Mientras tanto, el que no puede estar tranquilo es el capitán de Chelsea y de la selección inglesa, John Terry, que protagonizó un incidente similar con Anton Ferdinand, zaguero de Queens Park Rangers.
Terry insultó con fiereza a Ferdinand durante un partido de la liga en octubre. Pero a diferencia del caso del uruguayo, que se basó sólo en testimonios, lo que dijo Terry —al parecer, la palabra "negro" en medio de dos obscenidades— quedó grabado en video para que todo el mundo le leyera los labios en internet.
El caso, de hecho, se ha vuelto el primero en su tipo en llegar a la justicia criminal, cuando la semana pasada un fiscal londinense presentó cargos contra el futbolista.
Aunque la pena sería una multa de 4.000 dólares, Terry corre el riesgo de quedar afuera de la selección antes de la Eurocopa 2012. (De hecho, su pareja en la zaga central de Inglaterra suele ser Rio Ferdinand, hermano del agraviado).
Terry ya perdió el brazalete de capitán por un tiempo antes del Mundial 2010, por un escándalo mediático sobre su presunta relación con la mujer de un compañero de selección, el lateral de Manchester City Wayne Bridge.
La FA anunció que esperará la resolución del caso criminal en febrero para decidir sobre Terry. Pero, si no quieren dejar ellas mismas una imagen discriminatoria luego del severo castigo a Suárez, las autoridades del fútbol inglés deberán sancionar con la misma dureza nada menos que al capitán de Inglaterra.

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