viernes, 30 de julio de 2010

LIQUIDADOS EN LA PINTURA

Neiva, Colombia (enviado especial). La incapacidad y la impotencia fue la tónica para Venezuela en las semifinales de la 44° edición del Suramericano, al perder anoche sin atenuantes ante Brasil 79-67, en el Coliseo “Álvaro Sánchez” de esta ciudad. El equipo vinotinto se mostró con intensidad en la primera mitad, pero perdió el control en el segundo tiempo, se desesperó, y su contrincante implantó un dominio soberbio en la pintura que maniató las esperanzas. Una vez más, Venezuela perdió el chance de título y tendrá que conformarse con la búsqueda del bronce, cuando enfrente esta noche a Uruguay (7:30 pm) en la jornada final del torneo. El análisis que realizó el cuerpo técnico brasileño de la selección nacional fue magnífico, sólo el coraje y la velocidad por pasajes mantuvo a Venezuela en la pelea al inicio. Pero en realidad, el poderío amazónico debajo de los postes fue notable. Murilo Becker se convirtió en la pesadilla venezolana durante todo el juego, una torre de 2,11 metros de estatura que tuvo la posibilidad de atacar al aro, jugar de espaldas, cortar, y recibir el pase en solitario. La conducción también estuvo a la altura, pues hasta 22 asistencias repartió el rival con un juego fluido. Lo más grave de todo, sin embargo, es que siempre se supo que la defensa llegaría en forma zonal, y aún así, Venezuela se mostró ineficiente y no ejecutó en momento alguno las variantes que había practicado. Sin esquema definido “Quisimos hacer de todo y no hicimos nada”, dijo el técnico Salazar tras la derrota. “Tratamos de defender el pick and roll, buscamos distintas marcaciones… Pero lo más difícil que tuvimos fue la ofensiva, no pudimos atacar la zona”, agregó. Murilo Becker anotó 25 puntos y tomó 7 rebotes, y su compañero debajo de los postes Rafael Ferreira “Mineiro” aportó 15 tantos más. “No hubo energías, la presencia de Brasil de la pintura de Brasil fue tan obvia que ni siquiera voy a justificar que se debió a la ausencia de un puesto 5 en nuestro equipo, eso lo sabíamos desde que estábamos en Venezuela”, dijo resignado el entrenador. Venezuela, que comenzó ganando los dos primeros cuartos 20-18 y 34-35, se desintegró en el complemento y sólo pudo anotar 22 puntos en los 20 minutos finales. Diecisiete pérdidas de balón criollas se juntaron con nueve robos de Brasil, y los puntos debajo del aro sumaron en total 44 a 20. “Estuvimos muy mal en la conducción y ellos no fallaron. Y se los había anunciado en las charlas, no es el mismo Brasil que habíamos enfrentado en La Guaira, mejoraron a medida que avanzó el torneo”, ahondó “Mamá Osa”. El mejor del equipo nacional fue otra vez el escolta Rafael “Chamo” Pérez, quien batalló y terminó con 22 puntos, pero no hubo alternativas alrededor de su figura, la mayoría de los lanzamientos del equipo fueron forzados. “Tengo que agradecer a mi cuerpo técnico por el gran trabajo que hizo de escouteo a Venezuela en los juegos preparatorios”, indicó, entretanto, el entrenador brasileño Joao Marcelo Leite. “Atacamos bien el área cerca del canasto, y después los exteriores tuvieron una agresividad mayor, para tener el dominio y el control a partir del tercer cuarto”, especificó. El estilo de juego de los venezolanos fue descifrado por completo, a tal punto que sus titulares de los puestos 3, 4 y 5 (Luis Bethelmy, Axiers Sucre y Héctor Romero) sólo pudieron encestar par de canastas dobles. Para Salazar el desempeño del equipo en la semifinal no invita a calificarlo como fracaso. “No lo es, simplemente es una meta que dejamos de cumplir. Éste es un grupo joven que debe seguir mejorando y de las derrotas se aprende. No es secreto que en Venezuela hay que trabajar mucho el aspecto mental, cuando se nos van arriba nos cuesta reponernos y llega el desespero”. Hoy el equipo se despide con la intención de alcanzar un objetivo final: los Juegos Panamericanos. Necesita vencer a Uruguay para no marcharse de Neiva con las manos vacías.

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