Un 23 de enero como hoy, pero de 2002, el Barça, como ahora el Madrid, era protagonista por un problema extradeportivo que salpicó a varios de sus futbolistas.
Las rachas, buenas y malas, son cíclicas. En lo deportivo y fuera de él. Ahora es el Madrid el que anda detrás del Barça y el que tiene un incendio en el vestuario por un supuesto chivatazo en el que se revelan conversaciones subidas de tono entre Mourinho y Sergio Ramos tras el Clásico. Algo similar a lo que le sucedió al Barça hace justo diez años. El 23 de enero de 2002 se desveló un supuesta orgía de cuatro cinco jugadores culés en un hotel de Madrid antes de jugar contra el Rayo.
En aquella ocasión, la polémica enfadó muchísimo a la afición barcelonista ya que en 2002 el Madrid reinaba en Europa mientras el vestuario del Barça era constantemente foco de la noticia por temas extradeportivos. El club tuvo que salir ante los medios a desmentir la noticia pero Charly Rexach, entonces entrenador, y el director deportivo, Antón Parera, estuvieron desde entonces 'mosca' por si el dicho "cuando el río suena, agua lleva" volvía a ser una realidad.
Parera hizo incluso públicos los resultados de la investigación llevada a cabo por el club, que corroboró la dirección del hotel, y expuso la programación del equipo durante su estancia en Madrid, donde admitió que algunos jugadores, tras haber visto por televisión el partido Málaga-Madrid como hizo la mayoría, tuvieron un encuentro de unos 20 ó 30 minutos en los pasillos del hotel con varias "señoras que habían pedido autógrafos y 'souvenirs', pero nada más". Asimismo, Parera aseguró que todos los jugadores estaban a las 12 de la noche en sus habitaciones y no ocurrió "nada extraño ni hubo visitas", según comprobaron los responsables de seguridad, y negó que se hubiera producido "ningún pago con tarjeta ni en metálico" para la reserva de una habitación por parte de un jugador.
Parera también hizo pública la factura del cliente de la habitación 821, una de las señaladas como escenario de la supuesta orgía, en la que se alojó el señor Antonio Marfil junto a su esposa, y aseguró sobre la habitación 810, de la que han informado algunos medios, que en la 809 se encontraba el vicepresidente Angel Fernández, "lo que desmonta cualquier posibilidad que allí se montara algo".
Además, el director deportivo del Barcelona hizo pública una carta enviada por el director del hotel Hesperia Madrid, Reinhard Wall, al presidente del FC Barcelona, Joan Gaspart, en la que califica de "falsos" los comentarios publicados en diferentes medios que mencionan fuentes del hotel y confirma que "no hubo incidencias fuera de lo común" que puedan implicar a personas del club.
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