miércoles, 15 de diciembre de 2010

Messi le tiene ganas al Espanyol A Messi se le resisten pocos equipos, pero el Espanyol se le atraganta y espera este sábado sacarse la espina

Muy pocos equipos pueden presumir de unos registros positivos enfrentándose a Messi. El Espanyol es una de esas excepciones. Los números son elocuentes y arrojan un dato insólito si tenemos en cuenta que enfrente está el Barça: Leo sólo ha ganado tres de los ocho derbies catalanes que ha disputado. Los cuatro empates pueden edulcorar el balance final, pero la estadística es sorprendente y no está al alcance de cualquiera. El argentino está al corriente de su currículum. Es el primero en asumir que frente al conjunto blanquiazul todavía no ha brindado uno de los recitales a los que tiene acostumbrados al mundo entero. Alicientes no le faltan para afrontar el último reto liguero del año 2010 con un ánimo muy especial.

Guardiola ha pedido un último esfuerzo al vestuario de cara al encuentro de Cornellà-El Prat. Existe el pleno convencimiento en la plantilla azulgrana que el derby catalán es otro de esos contados partidos que sí pueden marcar el destino final de la actual Liga. Es un enfrentamiento con mayúsculas, de esos que exigen la presencia activa de los más grandes, de esos en los que Leo Messi siempre aparece para descomponer al rival y encarrilar los tres puntos. Y en esta ocasión, no quiere que sea una excepción. El crack le tiene ganas a los pericos. La rivalidad pesa y la autoexigencia del argentino adquiere cotas máximas en noches como las del sábado. En esta ocasión está convencido que prolongará su espectacular racha de juego y goles al menos una semana más. El equipo lo espera.

Si alguien ha sabido contrarrestar la maestría del mejor jugador del mundo, ese es Mauricio Pochettino. En las últimas temporadas, el técnico argentino ha sabido tejer con precisión una tupida red en el centro del campo que ha desactivado la capacidad creativa azulgrana y ha anulado en buena medida el todopoderoso ataque culé. Ni tan siquiera Messi ha podido abstraerse del planteamiento de su compatriota. Y cuando en contadas ocasiones ha encontrado un resquicio, ha abierto un hueco en la zaga españolista, ahí ha aparecido la emergente figura de Carlos Kameni. El meta camerunés también le ha amargado la existencia en más de una ocasión. Tres goles anotados, uno de ellos desde el punto de penalty, en ocho encuentros tampoco es un registro habitual para el crack azulgrana. El cancerbero perico le ha ganado la partida en más de un mano a mano.

Son demasiados registros negativos como para no acumular un especial deseo de resarcirse en el choque de este sábado. Messi le tiene ganas a este derby y nada más propicio que medirse al mejor Espanyol de los últimos años para sacarse alguna de las espinas que ha acumulado. El último partido de Liga en el 2010, frente al eterno rival ciudadano y en un campo como el de Cornellà-El Prat que registrará un lleno histórico, se intuye como el marco ideal para desquitarse del pasado.

Es uno de esos partidos que está marcado de forma muy especial en el repleto calendario deportivo del Camp Nou. Y Guardiola ya se ha encargado de recordarlo en estos últimos días. No es un partido más, un desplazamiento cualquiera. Los tres puntos del derby son tan especiales como los del clásico y es el momento para que el conjunto dé la talla y sus individualidades deslumbren como nunca sobre el césped. Messi no elude responsabilidades y ya ha advertido a su entorno más próximo que le hace una ilusión especial el encuentro frente al Espanyol. Sólo falta por descubrir si el mágico 2010 también es capaz de derribar el fortín que el Espanyol ha erigido en Cornellà-El Prat, donde Kameni todavía no ha encajado un gol en lo que va de campeonato.

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