miércoles, 29 de diciembre de 2010

Todo en su contexto Alan Trammell y Barry Larkin pertenecen al Salón de la Fama. Una métrica -- el WAR -- lo dice así. Y no es la única que los impulsa hacia Cooperstown.


Larkin y Trammell a Cooperstown

Usen el WAR, usen el contexto, usen lo que quieran -- este par merece ir a Cooperstown


Alan Trammell Salón de la FamaGetty ImagesTrammell -- al igual que Larkin, se merecen ser exaltados al Salón de la Fama.
Cuando uno es un niño y juega en las Pequeñas Ligas, parece ser que el mejor jugador siempre es el campocorto; la razón de eso es que ve la mayor cantidad de acción de cualquier posición, y requiere la mayor variedad de habilidades y herramientas. A medida que uno envejece, el mejor campocorto de las Pequeñas Ligas se mantiene ahí, mientras otroso encuentran nuevas posiciones. El mejor de todos siempre es un chico lo suficientemente bueno como para mantenerse en la posición durante la secundaria y la universidad -- y entonces obtiene la oportunidad de jugar ahí como profesional.
Para hacer esta historia larga, corta, el campocorto es la posición más difícil de jugar en el diamante. (Uno escucha a menudo los escuchas diciendo sobre un buen campocorto joven con problemas defensivos, "dejémoslo ahí hasta que pruebe que no puede con la posición." Eso es así porque lo más difícil es encontrar un campocorto que batee.) Y si eres uno de los mejores en la historia en haber jugado la posición, eso significa que erea un jugador talentoso y único que merece estar en el Salón de la Fama. Por eso, tanto Alan Trammell yBarry Larkin deberían estar exaltados en Cooperstown.
La manera más fácil de establecer la grandeza de Trammell y Larkin es mirar a su estadística de WAR (Victorias por Encima del Reemplazo por sus siglas en inglés), una métrica comprensiva que incorpora bateo, fildeo y corrido de bases. De acuerdo con Baseball Reference, Larkin (68.9 WAR) y Trammell (66.9) se ubican sexto y séptimo en la historia en WAR entre aquellos torpederos que jugaron el 75 por ciento de sus carreras en dicha posición, por encima de jugadores que ya están en Cooperstown, como Ozzie Smith, Joe Cronin, Luis Aparicio y Lou Boudreau, sin mencionar selecciones cuestionables del Comité de Veteranos como Rabbit Maranville y Phil Rizzuto. WAR no es la palabra final en la evaluación de los jugadores, pero ciertamente es un buen punto de inicio cuando se compara el valor de la carrera de un pelotero. Y si estás en la conversaciones por uno de los siete mejores jugadores en la historia en la posición más difícil en el diamante -- y cualquier otra posición -- ¿no deberías ser miembro del Salón de la Fama? Así que, ¿cómo es posible que Trammell, en 10 años en la boleta, haya solo logrado el 22.4 por ciento de los votos, mientras que Larkin se haya quedado en el 51.6 por ciento en su primer año en la papeleta?
De nuevo, todo se reduce a la inhabilidad de los electores de entender las estadísticas en su contexto, lo que hiere particularmente el caso de Trammell. Su mejor periodo abarca desde mediados de la década de los 80, años en los que, con excepción de 1987, fue una era modesta para la ofensiva, así que sus números lucen pedestres en comparación con miembros del Salón de la Fama de eras más robustas a la ofensiva. Pero de 1983-1988 Trammell bateó .303/.366/.467, bueno para un OPS + de 128. En aras de la comparación, en el 2002 Miguel Tejada bateó .308/.354/.504 y ganó el JMV como campocorto de los Atléticos de Oakland. Pero a pesar de todos esos puntos extras de slugging, su OPS+ también fue de 128. Eso es así porque el poder era mucho más fácil de conseguir en esa era. En el pico de seis años de Derek Jeter's de 1998 al 2003, su OPS+ fue de, adivinaron, 128; algunos dicen que Jeter será el primer jugador en ser electo de forma unánime al Salón de la Fama. Durante el pico de seis años de Larkin, de 1991 al 96, tuvo un OPS+ de 133 y ganó un premio de JMV.
Al examinar los casos de Larkin y Trammell, ese premio de JMV parece explicar la razón por la que Larkin obtuvo más votos en su primer año en la boleta que los que Trammell jamás ha obtenido. No solo porque los WAR en las carreras de Larkin y Trammell son casi idénticos, sino porque son jugadores bastante similares en otras estadísticas de Bill James, las que ni siquiera son ajustadas por contexto. En otras palabras, Larkin y Trammell son jugadores tan similares, que si uno vota por uno de ellos, sería loco ignorar al otro. (La gran diferencia entre ambos es el corrido de bases, donde Larkin fue exitoso en 377 de sus 456 intentos de robo de bases en su carrera, un increíble 82.7 por ciento.)
Utilizar los premios como barómetros para el Salón de la Fama es algo peligros porque en ocasiones son las mismas personas las que votan para ambas cosas. Así que si te equivocas la primera vez, solo estás ampliando tu error cuando lo usas como componente para tu voto al Salón de la Fama. Así como Dawson no se merecía el JMV del 1987, así de mal fue tratado Trammell en la votación del JMV de la Americana ese año. Terminó segundo detrás del jardinero de los Azulejos George Bell, a pesar de haber tenido un OPS+ mayor mientras jugaba una posición defensiva más exigente para unos Tigres que habían vencido a los Azulejos por el Título del Este de la Americana.
E incluso si los votantes de hace 23 años no estaban pendientes de las métricas avanzadas, ellos deberían poder ver sus errores ahora, y dares cuenta de que Trammell era mucho más valioso de lo que nosotros pensábamos. Incluso sin el WAR, los votantes deben darse cuenta que un campocorto que puede batear y fildear como Trammell es mucho más difícil de encontrar que un jardinero de esquina como Bell, que trae poco a la mesa más alla del poder. Y ellos deberían poder reconocer ahora que los talentos multidimensionales como Trammell y Larkin son mucho más difíciles de hallar que Jim Rice y Andre Dawson, dos jardineros recientemente exaltados al Salón de la Fama por la BBWAA.
Los votantes necesitan olvidarse de los números crudos cuando comparan candidatos, y en cambio ajustarlos por contexto, lo que incluye la posición en la que jugaban y la era en la que jugaban. Cuando uno hace eso, puede ver que tanto Trammell como Larkin estaban entre los mejores de todos los tiempos en la posición más difícil del béisbol.

No hay comentarios: