La convivencia en el vestuario del Santiago Bernabéu no es tan idílica como algunos tratan de presentar. Y la culpa la tienen, sobre todo, Cristiano Ronaldo y el presidente madridista, Florentino Pérez, que se lo consiente todo al extremo portugués. La situación ha empeorado a raíz de la humillación sufrida en el Camp Nou hace ocho días, que ha aumentado la tensión entre los pesos pesados del equipo y Cristiano.
Diversos medios de comunicación, como ‘As’ y ‘Superdeporte’, se han hecho eco en los últimos días de la división que hay en estos momentos en el vestuario madridista. La realidad es que a la gran estrella blanca no le soportan ni sus propios compañeros. Su chulería, su falta de compromiso y el hecho de que Florentino Pérez se lo permita todo, no han hecho más que aumentar la distancia entre Cristiano y los pesos pesados, encabezados por los internacionales españoles Iker Casillas, Xabi Alonso, Sergio Ramos y Alvaro Arbeloa, así como con el argentino Gonzalo Higuaín, pese a que constantemente uno y otro hayan negado ese extremo. El portugués únicamente se relaciona con sus compatriotas Pepe y Carvalho y con el brasileño Marcelo.
Su individualismo dentro del campo, su carácter prepotente y altivo y, sobre todo, el hecho de que únicamente se preocupe de salvar su imagen personal cuando llegan los problemas, como ocurrió en el Camp Nou, han acabado molestando a la mayor parte de sus compañeros.
El 5-0 frente al Barça ha servido para amplificar los problemas internos. Para tratar de esconder a Cristiano Ronaldo y evitarle el mal trago de tener que dar explicaciones tras la derrota –muchos le hubieran recordado, por ejemplo, sus palabras desafiantes tras el 0-8 del Barça en Almería–, el club madridista decidió de forma unilateral impedir que los jugadores comparecieran tras el encuentro en la zona mixta ante los periodistas. Pero Casillas y Sergio Ramos, como capitanes, habían exigido que les dejasen hablar para no aparecer ante los aficionados como unos cobardes. Sin embargo, desde las altas instancias se lo prohibieron, lo que no sentó muy bien a los pesos pesados del equipo. El único que pudo hablar aquel día fue Xabi Alonso, pero lo hizo a pie de campo antes de que los responsables del club pudieran imponerle la ley del silencio.
A los jugadores con mayor implicación les molesta que al portugués sólo le preocupe su imagen personal y no piense nunca en el club. Le acusan de ser el primero en esconderse cuando llegan los problemas, pese a que Florentino Pérez le considere el líder del equipo. De hecho, al presidente madridista le gustaría que el capitán del Madrid fuese precisamente Cristiano Ronaldo en lugar de Casillas. Es su niño mimado.
Diversos medios de comunicación, como ‘As’ y ‘Superdeporte’, se han hecho eco en los últimos días de la división que hay en estos momentos en el vestuario madridista. La realidad es que a la gran estrella blanca no le soportan ni sus propios compañeros. Su chulería, su falta de compromiso y el hecho de que Florentino Pérez se lo permita todo, no han hecho más que aumentar la distancia entre Cristiano y los pesos pesados, encabezados por los internacionales españoles Iker Casillas, Xabi Alonso, Sergio Ramos y Alvaro Arbeloa, así como con el argentino Gonzalo Higuaín, pese a que constantemente uno y otro hayan negado ese extremo. El portugués únicamente se relaciona con sus compatriotas Pepe y Carvalho y con el brasileño Marcelo.
Su individualismo dentro del campo, su carácter prepotente y altivo y, sobre todo, el hecho de que únicamente se preocupe de salvar su imagen personal cuando llegan los problemas, como ocurrió en el Camp Nou, han acabado molestando a la mayor parte de sus compañeros.
El 5-0 frente al Barça ha servido para amplificar los problemas internos. Para tratar de esconder a Cristiano Ronaldo y evitarle el mal trago de tener que dar explicaciones tras la derrota –muchos le hubieran recordado, por ejemplo, sus palabras desafiantes tras el 0-8 del Barça en Almería–, el club madridista decidió de forma unilateral impedir que los jugadores comparecieran tras el encuentro en la zona mixta ante los periodistas. Pero Casillas y Sergio Ramos, como capitanes, habían exigido que les dejasen hablar para no aparecer ante los aficionados como unos cobardes. Sin embargo, desde las altas instancias se lo prohibieron, lo que no sentó muy bien a los pesos pesados del equipo. El único que pudo hablar aquel día fue Xabi Alonso, pero lo hizo a pie de campo antes de que los responsables del club pudieran imponerle la ley del silencio.
A los jugadores con mayor implicación les molesta que al portugués sólo le preocupe su imagen personal y no piense nunca en el club. Le acusan de ser el primero en esconderse cuando llegan los problemas, pese a que Florentino Pérez le considere el líder del equipo. De hecho, al presidente madridista le gustaría que el capitán del Madrid fuese precisamente Cristiano Ronaldo en lugar de Casillas. Es su niño mimado.
Horas extras para los abogados del Madrid
La llegada de Mourinho al banquillo del Santiago Bernabéu ha tenido efectos colaterales en las oficinas, especialmente en el departamento jurídico del club madridista. Según informa la revista ‘Don Balón’, desde la presidencia de Ramón Calderón los asesores jurídicos del Madrid no habían tenido tanto trabajo.
En las últimas semanas, se han multiplicado los recursos y las alegaciones ante todos los organismos disciplinarios, tanto a nivel doméstico como internacional. Las sanciones se le acumulan al Madrid desde que Mourinho es su entrenador. El departamento jurídico del club ha debido multiplicarse en las últimas semanas para presentar recursos ante la Comisión Antiviolencia, el Comité de Competición y el de Apelación, así como ante el Comité de Disciplina de la UEFA por culpa, sobre todo, del comportamiento antideportivo del que ha hecho gala constantemente el entrenador portugués
En las últimas semanas, se han multiplicado los recursos y las alegaciones ante todos los organismos disciplinarios, tanto a nivel doméstico como internacional. Las sanciones se le acumulan al Madrid desde que Mourinho es su entrenador. El departamento jurídico del club ha debido multiplicarse en las últimas semanas para presentar recursos ante la Comisión Antiviolencia, el Comité de Competición y el de Apelación, así como ante el Comité de Disciplina de la UEFA por culpa, sobre todo, del comportamiento antideportivo del que ha hecho gala constantemente el entrenador portugués
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