Después del último empate del Chelsea en Stamford Bridge ante el Everton, Ancelotti explotó: "Estoy decepcionado, enojado, y no sólo con el resultado. Ahora no hay razón para sonreír. Hemos perdido nuestra idea de juego, nuestro fútbol, y eso no me gusta. Tuvimos miedo". Razón no le falta al técnico italiano. Después de un gran inicio de campeonato, que le aupó al liderato y con constantes goleadas, ha sumado cinco puntos de los últimos 18 y lleva sin ganar en la Premier desde el 10 de noviembre (1-0 al Fulham). Además, malas noticias. El calendario se afea y tendrá que jugársela contra Tottenham, United y Arsenal en las próximas jornadas.
Tan mal están las cosas que, según diversas webs, la directiva británica se reunió ayer con los jugadores insignia del equipo para intentar arreglar una situación bastante compleja.
Y, claro, los problemas se transmiten al plano institucional. O viceversa. Ray Wilkins, adjunto de Ancelotti, fue despedido hace tres semanas (parece ser que denunciará a la entidad) y Frank Andersen, director deportivo, ya ha anunciado que se irá al final del curso. Detrás de esta última salida podría estar la llegada de Begiristain para sustituir al danés, quien sabe si con Guardiola de la mano...
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