Los "nerazzurri" afrontan el partido ante los rusos, equipo revelación del Grupo F, en uno de sus momentos más críticos desde que comenzó la temporada
-- Con la derrota ante Juventus aún reciente, el Inter de Milán disputará con el Rubin Kazan un partido crucial ya no sólo para su presencia en octavos de final de la Liga de Campeones, sino también de cara a la continuidad de su técnico, José Mourinho, al frente del banquillo.
Los "nerazzurri" afrontan el partido ante los rusos, equipo revelación del Grupo F, en uno de sus momentos más críticos desde que comenzó la temporada, con el liderato del campeonato italiano aún en el bolsillo, pero con Milán y Juventus que le siguen cada vez más de cerca.
De hecho, la derrota del pasado sábado ante los turineses, por 2 a 1, propició que el Milán pudiera acercarse algo más a la cabeza de la tabla y que todas las miradas se centren ahora en Mourinho, cuyo puesto depende, en gran parte, de este partido, según asegura el diario La Gazzetta dello Sport.
El presidente del club, Massimo Moratti, no quiere que se repita este año una campaña como la pasada en la que el Inter no logró hacer nada destacado en la Liga de Campeones, uno de los motivos que el sueco Zlatan Ibrahimovic esgrimió públicamente para abandonar el equipo y fichar por el Barcelona.
Sea como fuere, el Inter, que llega de perder por 2 goles a 0 ante el Barcelona, depende, como todo su apretado grupo, de las combinaciones matemáticas para pasar este escollo y hacerse un hueco en octavos de final: actualmente tiene 6 puntos, los mismos que sus rivales de mañana, dos menos que el Barcelona, pero sólo uno más que el Dynamo de Kiev.
La victoria ante el Rubin daría la clasificación directa a los hombres de Mourinho, pero la cosa se complica si hay empate: con un 0-0 o un 1-1, los "nerazzurri" pasan a octavos, siempre y cuando el Dynamo no gane al Barcelona. Una derrota o un empate por 2-2 o más, les mandaría de vuelta a casa.
Todos en el Inter confían en el holandés Wesley Sneijder, quien parece recuperado de las molestias musculares que lo han mantenido apartado de los terrenos de juego en las últimas dos semanas y que puede estar a disposición del técnico portugués para jugar por detrás del argentino Diego Milito y del camerunés Samuel Eto'o en la delantera.
De hecho, son tres sólo los jugadores del Inter que siguen su recuperación a parte del grupo: se trata del nigeriano Joel Obi, del portugués Ricardo Quaresma y del italiano Davide Santon.
El Rubin Kazan, que esta temporada revalidó su título como campeón de la liga rusa, buscará en el San Siro volver a hacer historia y repetir lo que ya hizo en el Nou Camp, derrotar al Barcelona.
El equipo del técnico turkmeno Kurbán Berdyev, un hombre profundamente religioso, que ni en el banquillo se desprende de su rosario musulmán, depende de sí mismo para conseguir el pase a los octavos de final. Una victoria es suficiente.
Los inventores del "catenaccio" se las verán con un equipo que también hace un juego basado en una férrea disciplina defensiva, que prácticamente no deja espacios, y que aprovecha cualquier oportunidad para lanzarse al contraataque.
La posesión del balón no es algo que preocupe al equipo de la capital de la república rusa de Tatarstán, que se siente más cómodo cediendo la iniciativa al rival y espera, con paciencia asiática, su oportunidad.
Una de las mejores cartas del Rubin es el delantero argentino Alejandro "Chori" Domínguez, que no sólo es un gran regateador, sino también un excelente distribuidor de juego y peligrosísimo cuando dispara faltas desde media distancia.
La gran duda de Berdyev es el delantero centro Alexandr Bujárov, afectado por una lesión en el hombro.
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