Franck Ribéry ya se ocupó de tensar la cuerda con los dirigentes del Bayern de Múnich. "Real Madrid o nada", dijo el jueves en el diario 'L'Equipe'. La contundente respuesta del presidente del club bávaro, Karl-Heinz Rummenigge, no se ha hecho esperar: "Entonces será nada".
El Bayern no sale de su trinchera. Ribéry no se mueve de Múnich. Así lo asegura Rummenigge, una vez más, en el diario alemán 'tz'. "Nos estamos tomando esta historia con mucha serenidad", afirmó el alemán. "Si Ribéry dice: 'Real Madrid o nada', nuestra respuesta es clara: 'Nada'. No estamos nerviosos. Franck se queda".
Ribéry manifestó en 'L'Equipe' su deseo de abandonar la disciplina del Bayern, a lo que también se resiste el nuevo técnico, Louis van Gaal, y declaró su intención de reunirse con los dirigentes germanos. El centrocampista francés cumplirá su contrato al final del siguiente curso y será libre de negociar su futuro.
'Un suicidio para el fútbol europeo'
En Francia, el presidente de la liga, Frédéric Thiriez, considera que las cifras de los fichajes anunciados en los últimos días por el Real Madrid no sólo son "moralmente indecentes" sino también "suicidas para el fútbol europeo en el terreno deportivo".
"Tenemos clubes ya muy potentes que compran a crédito estrellas que tienen privilegios fiscales desorbitados", subraya en una entrevista publicada hoy por "Le Parisien" Thiriez, que añade que frente a esa tendencia "los países normales como Francia se convierten en enanos a los que se devora crudos".
A su juicio el monto de esos fichajes es suicida primero porque el dinero que se utiliza "no existe", sino que sale del endeudamiento, que para los clubes españoles es de 3.500 millones de euros y de 4.000 millones para los británicos, frente a los 100 millones de los equipos franceses. Por eso, el responsable de la liga francesa no excluye "que un día el Chelsea o el Real (Madrid) se declaren en suspensión de pagos durante la temporada".
También se queja de que con esta dinámica de fichajes "siempre serán los mismos los que ganen" y el resultado es que la Liga de Campeones pierde interés y "se mata el fútbol" al perderse el factor sorpresa.
Para Thiriez, la solución pasa por un organismo europeo de gestión del fútbol que esté por encima de los clubes, la limitación del número de extranjeros en el campo a cinco y la armonización fiscal de los sueldos y fichajes de los jugadores.
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