La permanencia de Lamar Odom es crucial en las aspiraciones de los Lakers
-- Allá por mediados del mes de junio, todo era alegría en las calles de Los Angeles. El título de los Lakers era un hecho y la mezcla amarilla y violeta combinaba a la perfección en el desfile de campeonato.
Kobe Bryant, encima del colectivo, saludaba con la mano derecha en alto, como un político recién electo. A su lado, Derek Fisher lo observaba. También estaba Trevor Ariza, Lamar Odom.
La vida sonreía, en un típico final de película hollywoodense.
Días después, apareció en el escenario la negociación para mantener el núcleo campeón y allí ganaron lugar en la vidriera la combinación de aleros formada por Ariza y Odom. Ambos, cruciales en la conquista de campeonato. Ambos, agentes libres. Y ambos, con pretensiones importantes.
"Me encantaría regresar. El dinero es importante, este es nuestro trabajo aquí, pero hemos construido algo irrompible con los entrenadores y mis compañeros. Tenemos un equipo realmente bueno y creo que seremos competitivos por un tiempo prolongado", dijo Ariza a los medios días después de ganar el campeonato.
"Quieres mantener al equipo unido. Acabamos de ganar un campeonato, y no quieres que te falte una de las piezas. Esperemos poder mantener a todos aquí, es muy importante que vuelva, para tener otra oportunidad de ganar un campeonato y seguir mejorando. Con este grupo de muchachos, no hay límites sobre lo buenos que podemos llegar a ser", fueron entonces las palabras de Odom.
Jerry Buss, propietario de los Lakers, y el gerente general Mitch Kupchak, sintieron como el corazón galopaba debajo de sus camisas, sobre todo tras asegurar a Phil Jackson en el banco de suplentes.
Pero de repente, todo empezó a cambiar. La serenidad, se transformó en tormenta.
Y la tormenta amenaza ahora con convertirse en temporal.
Ariza dejó el equipo y se inclinó por los Rockets, hecho que permitió que el talentoso y polémico Ron Artest llegara a la franquicia.
Hasta allí, un porvenir discutible, ya que reemplazar a Ariza con Artest podía ser rentable. Habrá quien le guste más, habrá quien le guste menos. Pero nadie duda de que Ron-Ron es un jugador de mucha jerarquía.
Lo raro empezó después. Y tuvo que ver con Lamar Odom. Primero, los términos del contrato se acercaron, pero luego, los Lakers se retiraron de las negociaciones con su versátil sexto hombre por falta de respuesta. Habían ofrecido 27 millones en tres temporadas, pero el jugador y el agente, Jeff Schwartz, jamás contestaron a los directivos.
Buss y Kupchak, pasaron de la alegría a la desazón.
En el camino de Odom aparecieron los Mavericks y el Heat. Y todavía están presentes. Los directivos de los Lakers son temperamentales, pero no tienen un pelo de tontos: saben que perder a Odom puede significar perder las esperanzas a repetir el campeonato.
Por lo tanto, han resumido las negociaciones. Los Lakers le ofrecerán a Odom, según reporta el periódico Los Angeles Times, 36 millones en cuatro temporadas, con una opción de salida de tres millones en el cuarto año de contrato.
¿Cuánto influyeron las palabras de Kobe Bryant desde Singapur? Demasiado.
"Soy muy optimista y creo que estará de vuelta con el equipo", dijo Kobe al ser consultado por el futuro de Odom.
También fue Fisher, el veterano cerebro del equipo, el que instó a Odom para que se quede en el plantel.
De todos modos, Los Lakers son conscientes del esfuerzo que están haciendo por este jugador. Se están metiendo en un terreno complicado del impuesto al lujo, ya que, como informa el Times, están avanzando a un gasto de 83.8 millones de dólares por 12 jugadores, lo que significa una penalidad de 13.9 millones.
Además, los Lakers están en una encrucijada, porque no pueden dejar de lado a Odom. Ya usaron la excepción de nivel medio (5.8 millones) por Ron Artest y la excepción bi-anual con Shannon Brown, por 4.2 millones. Si no consiguen retener a su sexto hombre, tienen que pensar en un intercambio, ya que sólo pueden contratar un interno veterano por cerca de un millón de dólares. Increíblemente poco para un equipo contendiente.
Pensemos ahora en lo extrictamente deportivo. Odom es un ala-pivote versátil, que puede desempeñarse tanto en el perímetro como en la pintura y que da soluciones desde el banco. Ha sido el verdadero capataz de la segunda unidad de los Lakers, gracias a su energía, su pasión por el juego y su veteranía para transmitir experiencia. Incluso, es un gran motivador y se mueve bien en el poste bajo, es rebotero y por momentos lleva la base.
¿Qué jugador disponible tiene estas cualidades para reemplazarlo en caso de que se vaya? La respuesta es ninguno. Es cierto que Artest puede desempeñarse "tanto de Ariza como de Odom", pero la realidad es que todos sabemos lo que pasa cuando a Ron-Ron se le da mucho protagonismo: se equivoca más seguido.
Incluso, no es un dato menor saber que la continuidad de Odom está siendo crucial para la renovación de Bryant en el equipo angelino. No vamos a decir que sin el ala-pivote los Lakers no serán contendientes para ganar el título. Pero no podemos dejar de ver como los equipos poderosos se hicieron aún más poderosos (léase Spurs, Cavaliers, Celtics, Magic), y que L.A., mientras tanto, tuvo un Draft para el olvido y algunas decisiones cuestionables.
Ahora, los Lakers vuelven a negociar con Odom. Y no pueden dejarlo escapar. La situación debe resolverse pronto para beneficio del jugador, de la directiva y de los fanáticos, que saben que la incertidumbre es el camino menos transitado a la hora de repetir un campeonato.
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