lunes, 21 de junio de 2010

Francia se entrenó de nuevo

PRETORIA -- Los internacionales franceses volvieron a entrenarse después de que ayer se negaran a hacerlo en protesta por la exclusión de su compañero Nicolas Anelka tras haber insultado al seleccionador, Raymond Domenech.
Tras un diálogo colectivo en el terreno de entrenamiento de Knysna, los jugadores comenzaron el entrenamiento con una carrera, observados por el cuerpo técnico y el propio Domenech.
El retorno a la práctica se produce un día antes de su último partido de la primera fase en el Mundial de Sudáfrica ante los anfitriones y después de que ayer, domingo, decidieran no entrenar como medida de protesta por la expulsión de Anelka.
El jugador del Chelsea, que ya se encuentra en Londres, fue apartado del Mundial por la Federación Francesa de Fútbol después de que la prensa publicara que había insultado a Domenech en el descanso del encuentro contra México del pasado jueves.
"Vete a tomar por culo, sucio hijo de puta", le soltó al técnico en el vestuario.
El asunto acabó por hacer estallar la concentración francesa, que está dejando una mala imagen en Sudáfrica.
ZIDANE NIEGA CUALQUIER IMPLICACIÓN EN EL MOTÍN
El ex capitán de la selección francesa, Zinedine Zidane, negó cualquier implicación en el polvorín interno que vive la selección francesa y aseguró que está muy triste por la situación, además de afirmar que no sabe quién es el supuesto traidor escondido en el vestuario.
"Sí, estoy muy triste, al igual que mucha gente, por lo que está pasando, pero lo más triste es que estamos hablando de todo menos de fútbol, se han dicho muchas cosas que afectan al equipo", ha dicho Zidane, que se mostró tajante cuando fue preguntado acerca de la identidad del "traidor" del vestuario que filtró a la prensa informaciones que los códigos del fútbol se empeñan en esconder.
"No, yo no lo sé, ¿lo sabes tú?", le preguntó Zidane a la periodista que le interpeló acerca de la identidad del chivato. "Yo estoy fuera. No sé lo que pasa en el vestuario y creo que tampoco ellos (los jugadores) lo saben", afirmó en un acto promocional en Sudáfrica.
"Quiero dejar esto claro. Quienes me conocen saben que cuando era jugador jamás di mi opinión sobre quién tenía que jugar o no jugar. Hoy siento lo mismo. Nunca he tenido problemas con Domenech y le respeté como entrenador. Yo era el capitán pero él estaba por encima de mí y respeté las reglas. Así son las cosas y así deberían ser", añadió.
En cuanto a la decisión de la Federación Francesa de expulsar a Nicolás Anelka de la concentración por haberle llamado "sucio hijo de puta" a Raymond Domenech, después de haberle mandado "a tomar por culo" y negarse a pedir disculpas, Zidane afirmó que son cosas que a veces suceden en el fútbol.
"No estoy de acuerdo con lo que pasó", dijo Zidane, quien, sin embargo, añadió que a veces esas cosas pasan, pero lo realmente grave es que salgan a la luz pública.
"Hay dos cosas que recordaremos del Mundial de Sudáfrica: al ganador y que los jugadores de Francia se negaron a entrenar", afirmó Zidane, citando las palabras de un periodista, para resumir la gravedad de la situación.
El astro francés negó que le interese la posibilidad de ocupar el banquillo de los "Bleus" y se remitió al próximo técnico, Laurence Blanc, del que aseguró que está seguro al cien por cien de que lo cambiará "todo" en el seno de la selección.
Zidane reconoció que la situación de la selección en el torneo es muy difícil pero recurrió al tópico de la vida y la esperanza para animar a los "Bleus" a seguir trabajando para ganar el partido de mañana frente a Sudáfrica y esperar que no se dé el más que probable empate entre Urugay y México, que clasificaría a ambas selecciones.
"Es verdad que hubo muchos debates y discusiones (en torno al equipo). Personalmente apoyo al equipo y por supuesto que lo seguiré apoyando a pesar de lo que está pasando, lo que es una pena", afirmó.
"Si mañana Francia gana, todo irá bien, como siempre, no pasará nada. Y si pierde hay un nuevo entrenador que lo cambiará todo. Y lo va a cambiar todo y eso lo aseguro yo. Luego ya no tendrá sentido culpar a éste o a aquél", explicó.
"Aún tenemos una esperanza, muy pequeña pero la tenemos aún", concluyó Zidane, que conminó a los jugadores de la selección a trabajar para dar una buena imagen en el que será, previsiblemente, el último partido del controvertido Domenech al frente de la selección francesa.

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