Otros porteros como Claudio Bravo, Óscar Pérez o el hondureño Noel Valladares, elegido mejor jugador del encuentro de su equipo ante Suiza, han rendido también de acuerdo a lo esperado en este Mundial, aunque Bravo estuvo desacertado en el primero de los tantos que le marcó España, el que entró con la puerta vacía.
En cualquier caso, la competición tiene pocos goles, lo que deja al espectador con la sensación de que falta espectáculo, pero esta circunstancia confirma que los porteros, en general, han rendido a buen nivel y que la tarea defensiva de los equipos ha sido notable.
Hasta el momento, superados los octavos de final de la Copa, la trayectoria de los guardametas es destacada a pesar de que apenas iniciado el torneo se marcó uno de los goles más irrisorios de la competición, el que recibió el inglés Robert Green ante Estados Unidos.
Este Mundial cuenta con alguna otra cantada, pero ninguna ha sido tan llamativa como la de "Calamity" Green, apodo que logran hacer propio la mayoría de los porteros de la selección inglesa, que no ha encontrado en el veterano David James, también "Calamity" en su momento, una alternativa verdaderamente sólida a Green.
En el segundo partido del Mundial, el italiano Fabio Capello, seleccionador inglés, dejó a Green en el banquillo y dio entrada a James en el equipo: la mejoría no resultó espectacular.
Al margen de este caso, son pocos los porteros que iniciaron el Mundial y no han continuado como titulares. Una de las excepciones fue la de la selección argelina, pero en general, los arqueros no titulares saben que las opciones de jugar se reducen a circunstancias muy concretas.
Entre ellas estuvo la lesión de Gianluigi Buffon, portero italiano que cedió su puesto a Federico Marchetti en el descanso del partido al padecer una hernia y que ya no jugó más como consecuencia tanto de su problema físico como de la rápida eliminación de su selección.
Las expulsiones también influyen, tal y como le ocurrió al portero de la selección anfitriona, Itumeleng Khune, que vio la segunda cartulina amarilla ante Uruguay y se perdió el tercer partido por sanción. Fue reemplazado por Moneeb Josephs.
Frente a ellos, los guardametas que no tienen errores garrafales o que no se ven afectados por lesiones o sanciones suelen garantizar su continuidad en la portería mientras el equipo permanece en el Mundial.
Tal es el caso del español Iker Casillas, que ha recibido dos goles, ambos en jugadas en las que se han producido rechaces o balones desviados por sus defensores, mientras que Fernando Muslera sólo lleva un gol en contra, que llegó en una acción en la que no estuvo totalmente acertado, pero en la que la fortuna no estuvo de su lado.
Grandes intervenciones del meta brasileño Julio César no han impedido que haya recibido dos goles, mientras que al paraguayo Justo Villar le marcaron un gol los italianos en una jugada confusa, pero ahora ya lleva tres partidos completos sin sacar el balón del fondo de su portería.
Sergio Romero no ha pasado apuros en su trabajo como portero de Argentina. Ha recibido dos goles, uno de ellos inevitable tras un error de su compañero Martín Demichelis y otro en un excepcional remate del mexicano Javier Hernández.
Precisamente Argentina y México cuentan con dos goles en contra muy similares y que llegaron tras una ingenuidad de uno de sus centrales, ya que el fallo que tuvo Demichelis, se compensó en el partido ante México, en el que Ricardo Osorio perdió el balón y permitió un tanto de Gonzalo Higuaín.
En la memoria del Mundial quedarán, además, las excelentes paradas del nigeriano Vincent Enyeama, que de poco le valieron a su equipos.
Todo ello en el contexto de un torneo en el que las críticas de los arqueros al balón Jabulani, han sido feroces, ya que uno de los calificativos más suaves que han proferido en su contra ha sido el de "balón de playa" o "balón de supermercado".
En cualquier caso, la competición tiene pocos goles, lo que deja al espectador con la sensación de que falta espectáculo, pero esta circunstancia confirma que los porteros, en general, han rendido a buen nivel y que la tarea defensiva de los equipos ha sido notable.
Hasta el momento, superados los octavos de final de la Copa, la trayectoria de los guardametas es destacada a pesar de que apenas iniciado el torneo se marcó uno de los goles más irrisorios de la competición, el que recibió el inglés Robert Green ante Estados Unidos.
Este Mundial cuenta con alguna otra cantada, pero ninguna ha sido tan llamativa como la de "Calamity" Green, apodo que logran hacer propio la mayoría de los porteros de la selección inglesa, que no ha encontrado en el veterano David James, también "Calamity" en su momento, una alternativa verdaderamente sólida a Green.
En el segundo partido del Mundial, el italiano Fabio Capello, seleccionador inglés, dejó a Green en el banquillo y dio entrada a James en el equipo: la mejoría no resultó espectacular.
Al margen de este caso, son pocos los porteros que iniciaron el Mundial y no han continuado como titulares. Una de las excepciones fue la de la selección argelina, pero en general, los arqueros no titulares saben que las opciones de jugar se reducen a circunstancias muy concretas.
Entre ellas estuvo la lesión de Gianluigi Buffon, portero italiano que cedió su puesto a Federico Marchetti en el descanso del partido al padecer una hernia y que ya no jugó más como consecuencia tanto de su problema físico como de la rápida eliminación de su selección.
Las expulsiones también influyen, tal y como le ocurrió al portero de la selección anfitriona, Itumeleng Khune, que vio la segunda cartulina amarilla ante Uruguay y se perdió el tercer partido por sanción. Fue reemplazado por Moneeb Josephs.
Frente a ellos, los guardametas que no tienen errores garrafales o que no se ven afectados por lesiones o sanciones suelen garantizar su continuidad en la portería mientras el equipo permanece en el Mundial.
Tal es el caso del español Iker Casillas, que ha recibido dos goles, ambos en jugadas en las que se han producido rechaces o balones desviados por sus defensores, mientras que Fernando Muslera sólo lleva un gol en contra, que llegó en una acción en la que no estuvo totalmente acertado, pero en la que la fortuna no estuvo de su lado.
Grandes intervenciones del meta brasileño Julio César no han impedido que haya recibido dos goles, mientras que al paraguayo Justo Villar le marcaron un gol los italianos en una jugada confusa, pero ahora ya lleva tres partidos completos sin sacar el balón del fondo de su portería.
Sergio Romero no ha pasado apuros en su trabajo como portero de Argentina. Ha recibido dos goles, uno de ellos inevitable tras un error de su compañero Martín Demichelis y otro en un excepcional remate del mexicano Javier Hernández.
Precisamente Argentina y México cuentan con dos goles en contra muy similares y que llegaron tras una ingenuidad de uno de sus centrales, ya que el fallo que tuvo Demichelis, se compensó en el partido ante México, en el que Ricardo Osorio perdió el balón y permitió un tanto de Gonzalo Higuaín.
En la memoria del Mundial quedarán, además, las excelentes paradas del nigeriano Vincent Enyeama, que de poco le valieron a su equipos.
Todo ello en el contexto de un torneo en el que las críticas de los arqueros al balón Jabulani, han sido feroces, ya que uno de los calificativos más suaves que han proferido en su contra ha sido el de "balón de playa" o "balón de supermercado".
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