Llegaron como grandes estrellas, pero dejaron Sudáfrica sin siquiera una luz. El portugués Cristiano Ronaldo nunca mostró su juego. Y el inglés Wayne Rooney no marcó ni un gol.
JOHANNESBURGO -- Según el comercial de Nike, se suponía que a Cristiano Ronaldo le iban a erigir un estatua en Portugal.
Pero el Mundial de Sudáfrica se diluyó en mueca para el extremo, desdibujado con un escupitajo en dirección a la cámara y hasta un semidesplante a su técnico Carlos Queiroz, tras la eliminación de Portugal en los octavos de final.
Cristiano no fue el único actor del corto de Alejandro Gonzalez Iñarritu que tuvo un Mundial sin ton ni son. Wayne Rooney también se despidió en la segunda ronda, sin siquiera marcar un gol para Inglaterra. El capitán italiano Fabio Cannavaro se regresó a casa con un ignominioso adiós a las primeras de cambio para los últimos campeones.
Mientras Cannavaro ya había adelantado su retiro de la selección, a los 36 años, Cristiano (25) y Rooney (24) por lo menos tienen el consuelo de aún son jóvenes y podrán redimirse para la próxima cita en Brasil 2014.
Pero la experiencia que deja Sudáfrica es que ambas selecciones tienen que apurarse en encontrarle acompañantes a dos jugadores que penaron su condición de solistas desconectados de sus compañeros durante el certamen.
El caso más patético fue lo que se palpó la noche del martes en la cancha del estadio Green Point en Ciudad del Cabo.
Temoroso del poder de fuego de España, el técnico de Portugual Carlos Queiroz hizo un planteamiento puramente especulativo y Cristiano casi que ni gravitó al ser absorbido por la marca pegajosa de los defensores. Lo más peligroso que mostró fue un tiro libre.
Al final del duelo, Cristiano descargó su frustración con el gesto del escupitajo cuando era enfocado por un camarógrafo. Después, en la zona mixta, declinó responder a las preguntas de la prensa con un despectivo "vayan a preguntarle a Carlos Queiroz".
Al día siguiente, con un mensaje colgado en el sitio de Internet de su agente Jorge Mendes, Cristiano tuvo que bajarle el tono a sus declaraciones tras la derrota 1-0 ante España.
'Sé que soy el capitán. Siempre asumo, como asumiré, mis responsabilidades, pero en ese momento no lograba decir más que tres o cuatro frase lúcidas".
Cristiano no fue el único actor del corto de Alejandro Gonzalez Iñarritu que tuvo un Mundial sin ton ni son. Wayne Rooney también se despidió en la segunda ronda, sin siquiera marcar un gol para Inglaterra. El capitán italiano Fabio Cannavaro se regresó a casa con un ignominioso adiós a las primeras de cambio para los últimos campeones.
Mientras Cannavaro ya había adelantado su retiro de la selección, a los 36 años, Cristiano (25) y Rooney (24) por lo menos tienen el consuelo de aún son jóvenes y podrán redimirse para la próxima cita en Brasil 2014.
Pero la experiencia que deja Sudáfrica es que ambas selecciones tienen que apurarse en encontrarle acompañantes a dos jugadores que penaron su condición de solistas desconectados de sus compañeros durante el certamen.
El caso más patético fue lo que se palpó la noche del martes en la cancha del estadio Green Point en Ciudad del Cabo.
Temoroso del poder de fuego de España, el técnico de Portugual Carlos Queiroz hizo un planteamiento puramente especulativo y Cristiano casi que ni gravitó al ser absorbido por la marca pegajosa de los defensores. Lo más peligroso que mostró fue un tiro libre.
Al final del duelo, Cristiano descargó su frustración con el gesto del escupitajo cuando era enfocado por un camarógrafo. Después, en la zona mixta, declinó responder a las preguntas de la prensa con un despectivo "vayan a preguntarle a Carlos Queiroz".
Al día siguiente, con un mensaje colgado en el sitio de Internet de su agente Jorge Mendes, Cristiano tuvo que bajarle el tono a sus declaraciones tras la derrota 1-0 ante España.
'Sé que soy el capitán. Siempre asumo, como asumiré, mis responsabilidades, pero en ese momento no lograba decir más que tres o cuatro frase lúcidas".
"Cuando dije que le pregunten al entrenador, fue sencillamente porque Carlos Queiroz estaba en la rueda de prensa y los periodistas podían escuchar sus explicaciones, ya que yo no me sentía en condiciones para explicar lo que había ocurrido", añadió.
Cuando Cristiano Ronaldo irrumpió en la selección lusa se encontró con el pase a retiro de la generación de oro conformada por Luis Figo, Rui Costa y Fernando Couto, la que ganó dos títulos juveniles a principios de los 90 bajo la dirección de Queiroz. Pero en la actual Portugal existe una importante brecha de talento entre lo que puede dar Cristiano y sus escuderos actuales como Tiago, Fabio Coentrao y Hugo Almeida.
Y bien podría compartir penas con Rooney. Para Brasil, es previsible que Steven Gerrard, Frank Lampard y John Terry estarán en declive. Theo Walcott y Adam Johnson, un par de extremos que no pasan de los 22 años, asoman como lo mejor en el horizonte. Pero ninguno entusiasma el paladar inglés, al punto que el técnico Fabio Capello no se atrevió a incluirlos en el equipo que llevó a Sudáfrica.
Cuando Cristiano Ronaldo irrumpió en la selección lusa se encontró con el pase a retiro de la generación de oro conformada por Luis Figo, Rui Costa y Fernando Couto, la que ganó dos títulos juveniles a principios de los 90 bajo la dirección de Queiroz. Pero en la actual Portugal existe una importante brecha de talento entre lo que puede dar Cristiano y sus escuderos actuales como Tiago, Fabio Coentrao y Hugo Almeida.
Y bien podría compartir penas con Rooney. Para Brasil, es previsible que Steven Gerrard, Frank Lampard y John Terry estarán en declive. Theo Walcott y Adam Johnson, un par de extremos que no pasan de los 22 años, asoman como lo mejor en el horizonte. Pero ninguno entusiasma el paladar inglés, al punto que el técnico Fabio Capello no se atrevió a incluirlos en el equipo que llevó a Sudáfrica.
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