lunes, 23 de abril de 2012

Ronaldinho: punto final

Hundido sin remisión, los días de ‘R10’ en el Fla están contados. De hecho, su salida de Brasil es inminente




Se acabó. Ronaldinho no volverá a vestir la `10¿ del Flamengo. La eliminación en las semifinales de la Taça Río ante el Vasco da Gama (3-2) debe haber sido su último partido en el club rubronegro. Su futuro está lejos de Río y de su país natal.
El castillo de naipes se desmoronó. En este inicio de 2012, R10 ha dilapidado su crédito ante la directiva y la `torcida¿ del club más popular de Brasil. Lo suyo ha sido una colección de actos indisciplina y pasotismo. En enero, empezó borrándose de los entrenamientos matinales de la pretemporada alegando insomnio, después fue cazado con una mujer en el hotel donde el Fla hacía el stage, le echó un pulso a Vanderlei Luxemburgo y con el apoyo de la presidenta Patricia Amorim lo ganó. Bajo la dirección de un técnico paternalista como es Joel Santana, se dedicó más que nunca a la `dolce vitta¿. Ronaldinho es el líder de un equipo a la deriva, en que sólo Vagner Love aporta de frescura y brillo.
El Fla se ha hundido. En la Copa Libertadores, ha sido el único club brasileño que no ha superado la fase de grupos. Y eso, que el equipo carioca quedó encuadrado con rivales inexpresivos. El Campeonato Carioca no ha sido su salvavidas. El Flamengo fue incapaz de clasificarse para disputar la final de la Taça Guanabara, ni de la Taça Rio. En las dos ocasiones, cayó en semifinales, y ante su gran enemigo, el Vasco.
Ahora el club rubronegro está de vacaciones forzadas hasta el 20 de mayo cuando empieza la Liga brasileña. Un mes que será una eternidad. La directiva ya habla abiertamente de “reformulación” de la plantilla. Ronaldinho está en el disparadero. Es el mejor pagado con una ficha de siete millones de euros, que íntegramente costea el Fla, ante la inviabilidad de encontrar patrocinadores que quieran asociar su imagen a la del `Gaucho¿. 
Desde un aspecto económico, no hay ningún argumento que justifique su permanencia.
Ronaldinho se ha convertido en un pozo sin fondos. El club ya le debe 1,2 millones de euros en salarios atrasados. Su continuidad se antoja inviable. La presidenta y Roberto de Assis, hermano y representante de Ronnie, van a ponerse manos a la obra para encontrar una salida honrosa. La dirigente apostó por el futbolista en su guerra con Vanderlei Luxemburgo y es consciente que se equivocó. Ahora pretende salvar los muebles en un año electoral. 
El futuro del ex blaugrana apunta a uno de los `nuevos ricos¿ del fútbol mundial como el PSG o el Manchester City. Otra opción sería un retiro dorado en el fútbol de Catar.

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