viernes, 19 de diciembre de 2008

Navegantes 14, Tiburones 4

Llegó el quinto en fila. Navegantes del Magallanes sumó su quinto triunfo seguido frente a Tiburones de La Guaira 14 carreras por 4, en el Estadio Universitario de Caracas. Con 14 anotaciones y 17 hits, los turcos confirmaron que no es cuento que están peleando por un puesto en la ronda semifinal.

Con este resultado, los dirigidos por Edgard Alfonzo se impusieron a los salados y restaron considerablemente la distancia que los separaba a dos juegos y medio, un juego menos. Sin embargo, la victoria del Zulia en Maracaibo frente a Leones dejaron las cosas intactas entre eléctricos y rapaces. Hoy Magallanes amanece a dos juegos de la clasificación. Tiburones abrió el marcador ante el primer pitcheo del juego de Yusmeiro Petit frente a Gregor Blanco, que lo recibió con jonrón por todo el jardín derecho. Y todo se mantuvo a favor de los locales, hasta el séptimo capítulo, cuando Erold Andrus como noveno bateador del line up, despachó jonrón de dos carreras para voltear la pizarra e inclinar la balanza para los carabobeños. Hasta ese momento la diferencia era mínima, pero en el octavo capítulo los salados sufrieron por la misma causa que lo han hecho durante toda la zafra: el bullpen. Cinco lanzadores pasearon por el morrito litoralense, y no les bastó para retirar a los inspirados turcos. Marcus Mcbeth, Jorge Quintero y Ángel Tovar salieron castigados, luego que entre los tres se repartieran las rayitas magallaneras. Endy Chávez prendió la fiesta con un infieldhit. Y fue seguido por 11 compañeros que desfilaron por el plato, con una toletería que tuvo a Erold Andrus como máximo exponente, con cuatro remolcadas.

El protagonita Erold Andrus conectó el tablazo que volteó la pizarra en el séptimo, y completó una jornada de ensueño. "El equipo está jugando en conjunto, estamos confiando unos con otros", apuntó. "Fue una recta, salí a buscar ese pitcheo y la pude conectar con fuerza", dijo el héroe del partido sobre el turno del jonrón.

La clave Por un lado un camión de leña y por el otro, un cuerpo de relevistas poco efectivo. Mientras los abridores manejaron el juego, el choque se mantuvo cerrado, hasta que los serpentineros de La Guaira no pudieron aguantar el vendaval ofensivo que les presentó Magallanes en el octavo capítulo; acto que abrió la pizarra y convirtió el choque en una paliza.

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