(La entrevista, realizada por Óscar Ribot, comienza con la canción Fields of Gold, de Sting, una de las favoritas de José Mourinho).
¿Qué le ha dado y qué le quitado el mundo del fútbol?
Me ha dado la satisfacción personal de tener éxito en un mundo en el que quería trabajar desde niño. Pero me ha quitado las cosas básicas de la vida. Quieres comer un helado con tu mujer y tus hijos y no puedes.
¿Cómo es en casa?
No toco balón.
¿Cómo sería su vida sin ser entrenador de fútbol?
Una vida más tranquila. Estaría trabajando como profesor en la Universidad.
Usted genera sentimientos extremos...
En un club tienes que ser querido por tus jugadores, por la gente que trabaja contigo, por los aficionados y por la gente de la directiva que tiene relación directa contigo. Quiero ganar títulos con el Real Madrid pero también construir algo para el futuro, un cambio de mentalidades o de estructura, o sentar las bases para la continuidad del éxito.
¿Cuántos amigos verdaderos tiene en el fútbol?
El 95% de la gente que ha trabajado conmigo.
¿Su miedo es al fracaso?
No. Tengo miedo de Dios. Soy un católico profundo y creo en su poder y en su justicia. Sólo me preocupo por los míos. En el fútbol no tengo miedo de nadie ni de nada. Si tienes miedo a perder, acabas perdiendo.
¿Cómo es su familia?
En 2006 la IFFHS me dio el trofeo de bronce después de conseguir el de oro en 2004 y 2005. Cuando llegué a casa tenía al lado de los dos trofeos de oro un trofeo que decía 'Al mejor padre del mundo'. ¿Para qué quiero yo los Balones de Oro? Prefiero el otro, tiene mucho más significado.
¿Cuál es su secreto?
La honestidad. Pero algunas veces es la que tienen los jugadores. Es muy difícil para un jugador no jugar. Son decisiones que muchas veces me hacen mal al corazón. Dejar a Granero en la grada ante la Real, por ejemplo, me hizo daño. Nadie trabaja más que él.
¿Cómo es este Madrid?
Es un grupo joven que no tiene experiencia en momentos de presión. Este equipo tiene diez años por delante. Carvalho es mejor con 32 años que con 22. El resto es gente que tiene siete años por delante. Este equipo tiene gente inocente y necesita tiempo para madurar.
¿Qué detalle no acepta de un futbolista?
Un jugador está al servicio de un grupo, no al revés.
¿Iker Casillas es el capitán silencioso?
No hace mucho ruido. Afortunadamente, esta temporada se ha transformado en un portero de una o dos paradas por partido, no en uno de veinte.
¿Y Cristiano?
Vive con una máscara y una imagen que le han construido muy distinta a la realidad.
¿Se ha imaginado al final de temporada en Cibeles?
No, porque no me gusta mucho las fiestas. Pero seré feliz viendo a todos en Cibeles.
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