2 - 1
Con el 18 a la espalda, la zurda de Arango tenía la responsabilidad de llevar a su Gladbach, un equipo lento y que pasó casi todo el partido embutido en su propia mitad del campo. Esperaba en el banco otra zurda, la de Orozco, que tendrá que fajarse para poder acompañar a Diego, el motor de su equipo.
Ayer el brasileño fue decisivo pese a sus propias contradicciones. Luego de fallar un penal –que había cometido Arango–, se reivindicó con otra pelota parada –metros más atrás y con barrera de por medio– que sí terminó adentro gracias al exquisito toque ajustado al palo. Antes ya había celebrado al rematar ajustado al poste un pase atrás.
Era más y mejor un Wolfsburgo que dominaba a su rival hasta el minuto 74, cuando el Gladbach se encontró con un dudoso penal que convirtió Daems y que transformó al Borussia del equipo tímido que había sido hasta ese momento a un cuadro valeroso y peleón, argumentos que no fueron suficientes para el empate.
El final llegó y el sonriente Orozco no debutó, aunque sí celebró. “Debo tener paciencia y calma para cuando llegue la oportunidad”, dijo luego a Los Cronistas de Unión Radio. Ayer, dio un paso más.
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