Gennaro Gattuso pidió perdón ayer tras enfrentarse con uno de los asistentes del Tottenham, Joe Jordan, de 59 años, al final de la derrota del Milán ante el equipo inglés. "Si tenía ganas de follón, podría haber buscado uno de su edad aunque si hay que apostar, yo pongo mi dinero a que Joe gana la pelea qué locura", aseguró Harry Redknapp, técnico de los Spurs, en la conferencia de prensa antes de regresar a Londres. La UEFA abrirá expediente cuando tenga los informes del árbitro y del delegado del partido y se espera un duro castigo. Gattuso no buscó excusas y se responsabilizó totalmente de sus actos, un enfrentamiento durante el encuentro y un cabezazo de camino a los vestuarios al final del mismo, ambos con Joe Jordan, que jugó en el Milán en los 80. "Perdí el control. No quiero justificarme. Soy el único responsable", afirmó el futbolista en la zona mixta. "Estaba nervioso. Los dos hablamos escocés y solté cosas que aprendí cuando jugué en Glasgow y que no se pueden repetir".
La brutal entrada de Flamini con los dos pies por delante a Corluka, que provocó la lesión del lateral, calentó los ánimos del encuentro. Gattuso, en su partido 450 con el Milán, recibió posteriormente una tarjeta amarilla por una falta a Steven Pienaar que le impedirá jugar el encuentro de vuelta. Por su parte, el entrenador del Milán, Massimiliano Allegri, pidió disculpas por los incidentes: "No es algo que guste de ver. Posiblemente haya alguna razón para ello, algo respecto a los códigos del fútbol, pero no se puede excusar". Tras el enfrentamiento con Jordan, Gattuso le dio un abrazo y un beso a William Gallas y a Harry Redknapp, una muestra más de la personalidad esquizofrénica del centrocampista.
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