sábado, 5 de mayo de 2012

Messi le regala a Guardiola un póquer de goles en su último derbi


Messi hizo cuatro goles y llega a los 50 en la Liga.



La Liga se ha convertido para el Barça en lo que pasa entre gol y gol de Leo Messi. El argentino se dio el gustazo ayer de despedir a su entrenador en el Camp Nou marcando cuatro goles que le abren las puertas de la historia (todavía más) al sumar la brutalidad de 50 goles en la Liga a falta de la última jornada. Aún así, tuvo la delicadeza el argentino de no robarle foco a su entrenador el día de su despedida del Camp Nou. En un gesto que habla mucho de su saber estar en el campo, Leo le dedicó su cuarto gol. El tanto que era el número 50, el que marcó cuando el partido languidecía. Cualquier otro momento hubiera sido inapropiado. Si ya controla hasta estos detalles, da verdadero pavor imaginar hasta dónde puede llegar.
La gente, que llenó a reventar el estadio (89.044 espectadores) fue más por la despedida de Pep que por el partido. Un derby sin aliciente en la clasificación pero que competitivamente era importante para Messi, desbocado por esa carrera que mantiene, no ya contra Cristiano Ronaldo, sino contra la historia. Y mientras el Camp Nou hacía tiempo para homenajear a su técnico más querido, Messi decidió hacer la espera más llevadera marcado cuatro goles.
Quien también se apuntó a la fiesta del partido sin que le cursaran invitación alguna fue el árbitro, que de largo fue lo peor de la velada al aplicar en las áreas un criterio que de ninguna manera aplicaba en otras partes del campo. Curioso personaje.
El partido. El Espanyol, fiel a la impronta que le ha dado Pochettino, supo competir en el Camp Nou más allá de una alineación que sorprendió a los rivales tanto como a los propios aficionados españolistas al situar a Forlín como lateral derecho. Compitieron los visitantes hasta que Messi y los penaltis señalados por el colegiado les dejaron fuera del partido, pero hay cosas contra las que no se puede luchar.
Una falta desde la frontal al minuto 11 muy bien lanzada por Messi supuso el primer tanto del encuentro, pero ni con esa ventaja el Barcelona se sintió cómodo sobre el césped ni gobernó el partido. El Espanyol no inquietaba a Pinto, pero se bastaba para mantener controlados a los barcelonistas que tampoco agobiaron a Cristian.
En la segunda parte, la cosa ya se desbarató porque el partido dejó de tener pautas. Y cuando las pizarras se borran, es cuando Messi dibuja. El ciclón del argentino fue demoledor. Justo es constatar, que el Espanyol, aprovechando el descontrol, también llegó al área de Pinto. Mascherano salvó un gol cantado y el portero desvió un peligroso chut de Forlín. Pero nada es comparable a la potencia de Messi, imparable en su homenaje a Pep Guardiola.

El crack

Messi
Estuvo activo todo el partido e hizo cuatro goles que le coronan con 50 en el campeonato: una brutalidad.

¡Vaya día!

Forlín
Descolocado en el lateral y perdido en el eje, la única opción de marcar que tuvo se la paró Pinto.

El dandy

Iniesta
Condujo el juego de ataque y desbordó como y cuando quiso a la retaguardia blanquiazul.

El duro

Baena
Tuvo la habilidad de tumbar en una misma acción a dos jugadores rivales: Busquets y Mascherano.





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