jueves, 13 de octubre de 2011

Carlos Bianchi analiza a fondo lo que dejaron las dos primeras fechas de las Eliminatorias Sudamericanas.



La paridad es la regla


BUENOS AIRES -- Las dos primeras jornadas de Eliminatorias sudamericanas confirmaron una sensación que venía tomando forma desde el cierre del camino hacia Sudáfrica 2010 y en la Copa América: todo está muy parejo hoy en Sudamérica y prácticamente todos tienen chances de clasificar.
En las últimas jornadas de las Eliminatorias pasadas hubo varios equipos con posibilidades, y a históricos como Argentina y Uruguay les costó clasificar. Esa paridad se repitió e incluso creció este año en la Copa América, a cuyas semifinales faltaron sin aviso Argentina y Brasil y se metieron sin pedir permiso Venezuela y Perú.
Hay otro factor que hace que crezcan las posibilidades de clasificar de los que no lo hacen habitualmente: Brasil no participa de la competencia, al tener plaza asegurada en 2014 por ser el anfitrión. Entonces, hay cuatro plazas directas, más una vía repechaje, para nueve equipos. Es decir que la mitad más uno de los equipos del continente podría llegar a jugar el Mundial.
Eso no quita que el formato de competencia siga favoreciendo a los más poderosos: en un todos contra todos a ida y vuelta, los mejores siempre tienen más chances de terminar arriba. Pero en los últimos años se achicaron las diferencias. Los grandes ya no tienen la clasificación asegurada de antemano, y los que antes se sentían eliminados de antemano ganaron confianza y tienen una gran esperanza en que, si creen en sus condiciones, pueden complicarle la vida al más mentado.
Estas dos primeras fechas dejaron varias muestras de eso. Veremos si la tendencia se confirma de acá en adelante. Por lo pronto, repasemos qué mostró cada equipo.
Lugano y Godín
EFEUruguay demostró que tiene una base sólida
Venezuela es uno de los casos más claro de la brecha que se achicó. Ya había amenazado en la eliminatoria pasada, ganó confianza en la Copa América y sabe que se acercó muchísimo. Va a pelear su clasificación a muerte sabiendo que hay más lugares para menos equipos.
Fue muy inteligente al haber dejado varios titulares descansando antes de enfrentar a Argentina, aunque no le quitemos mérito, ya que no ganó solamente por eso: jugó contra una selección de "europeos", acostumbrados a tener dos partidos por semana. Mostró muy buen juego, sobre todo en el segundo tiempo, cuando le quitó prácticamente el balón a Argentina, creando más y mejores chances. Fue un resultado histórico y un gran augurio para lo que tiene por delante la Vinotinto.
Perú es otro que, tras varios años de ostracismo, parece decir presente nuevamente. Tiene en Guerrero, Pizarro y Farfán a tres atacantes de primer nivel, y si a eso le suma una buena preparación táctica, puede complicar a cualquier rival. Incluso en la derrota ante Chile dejó una muy buena imagen.
Chile es otro que, a pesar de haber acumulado una derrota, mostró que tiene argumentos sólidos para quedarse con un lugar. Tuvo la misma actitud de visitante que de local, con un planteo muy generoso, y eso lo hace rival temible aún cuando juegue fuera de casa. Eso sí, corre el riesgo de pagar muy caro la más mínima equivocación, como le pasó ante una delantera que explota al máximo las ventajas como la de Argentina.
Será en los próximos dos partidos donde se verá una medida real del Chile de Borghi, ante Uruguay afuera y con Paraguay adentro. El estilo ultra ofensivo le puede traer grandes beneficios o enormes dolores de cabeza, pero queda claro que tiene un libreto bien aprendido y jugadores de n ivel para ejecutarlo.
Ecuador también tendrá oportunidad de confirmar un comienzo con el pie derecho cuando enfrente a Paraguay en Asunción. Es un caso bastante especial, al tener jugadores que derrochan tantas posibilidades, pero sumó de a tres y quiere repetir el pasaje que consiguiera en 2002 y 2006.
Colombia parece haber conseguido la madurez que le faltó en la eliminatoria pasada para clasificar. Tiene en Ospina a un arquero de gran momento en Niza y de la mitad para adelante a jugadores que son figura en sus equipos, como Giovanni Moreno, Teo Gutiérrez, Freddy Guarín y Radamel Falcao.
Su técnico Leonel Álvarez puede transmitirle la mística de la generación que brilló en los 90 y en Bolivia mostró muñeca para meter los cambios en el momento justo, haciendo jugar a Radamel en el momento preciso para que inclinara la balanza.
Bolivia, justamente, parece el más limitado de los nueve, y la altura ya no es factor tan relevante al no tener potencia ofensiva. Perdió de local y eso es raro y peligroso, porque ahora le toca salir dos veces seguidas, ante Argentina y Venezuela. Igual, como ya ha sucedido otras veces, puede terminar rompiendo el sueño de otros.
Bolivia-Colombia
APBolivia fue el más flojo de los nueve equipos
Paraguay no arrancó bien y sufrió demasiado la ausencia de Lucas Barrios. Perdió fuerza ofensiva y no mostró esa cuota de gol histórica que ayudaba a la defensa a cumplir mejor su tarea, sabiendo que cualquier error lo podían compensar rápidamente los de adelante. Ahora juega sin margen de error.
Igual, empató sobre la hora ante un rival complicado como Uruguay y volvió a ser ese equipo que pelea un resultado hasta las últimas consecuencias. Viene clasificando sin interrupciones hace cuatro Mundiales y tendría que suceder una catástrofe para que al menos no dé pelea.
Uruguay sigue firme en el proceso de renacimiento que comenzó tras clasificar a Sudáfrica vía repechaje. Tuvo un gran Mundial en el que terminó cuarto y podría haber llegado aún más lejos, y reconfirmó su buen momento al ganar la Copa América sin discusiones. Recuperó el lugar de protagonismo que históricamente había tenido en el continente y lo hizo a fuerza de fútbol.
Tiene tanto una columna vertebral sólida (Muslera-Lugano-Pérez-Forlán) como tres atacantes de primerísimo nivel en Cavani, Suárez y el mismo Forlán. Los tres tienen gran sentido táctico y saben intercambiar sus roles perfectamente y así vuelven loca a cualquier defensa. Hoy Tabárez tiene una camada de jugadores que se lleva muy bien y le está sacando máximo provecho.
Argentina, por último, tuvo dos caras. Una contra Chile, partido en el que aprovechó al máximo las equivocaciones de un adversario que salió a jugarle de igual a igual y fue efectiva y realista; y otra contra Venezuela, donde tras un buen comienzo se fue disolviendo y terminó superada.
La historia podría haber sido otra si Argentina hubiera abierto el marcador en esos primeros 20 minutos en los que manejó el balón, pero se encontró con un Vega que estaba siempre en el lugar adecuado y hacía sencillo lo difícil. Después, le dejó la iniciativa a Venezuela, y para cuando se encontró abajo en el marcador e intentó retomar control del medio con el ingreso de Banega, ya era demasiado tarde.
Igualmente, la eliminatoria es larga, y la jerarquía de los jugadores argentinos debería marcar la diferencia tarde o temprano. En la próxima ronda de partidos, de local ante Bolivia y de visitante ante Colombia, tendrá oportunidad de hacer valer ese peso específico.
Felicidades.

Carlos Bianchi es el 13º goleador de la historia del fútbol mundial y el técnico que más títulos ganó en el fútbol argentino. Surgió como jugador en Vélez Sarsfield de su país, donde fue campeón en 1968, para luego destacarse en distintos clubes de Francia. Allí inició su carrera como técnico, antes de volver a la Argentina para ganar 15 títulos locales e internacionales, seis con Vélez y nueve con Boca Juniors. También dirigió a la Roma de Italia y al Atlético de Madrid de España y es eterno candidato a conducir a la Selección Argentina. Ha escrito para diversos medios de prensa y también se ha desempeñado como comentarista televisivo en distintos canales de Latinoamérica y del mundo. Consulta su archivo de columnas.

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