martes, 12 de octubre de 2010

Julio Franco al mando de Caribes en Venezuela

El nuevo manager de Caribes de Anzoátegui, Julio Franco, tiene prácticamente una vida en la pelota. En su época de jugador tuvo la dicha de actuar en 23 temporadas de Grandes Ligas y tiempo suficiente para mostrarse en el béisbol quisqueyano, japonés, coreano y mexicano.
Luego de retirarse oficialmente en el 2007, no tardó en iniciar una nueva etapa y asumir como reto otra aventura en el deporte que tantas satisfacciones le ha dado. Franco conoce perfectamente el dialecto del béisbol. Sabe los secretos y los ingredientes para ganar, pero ahora, su bate no hablará más, debe responder a la fanaticada con victorias, viendo los toros desde la barrera.
"Yo decidí continuar con una segunda etapa en mí carrera como manager. Estando activo lo daba todo por el todo. Ahora es diferente, ya que estaré a cargo de 32 peloteros, del cuerpo técnico, de la prensa que para mí es parte del equipo y los fanáticos", fueron las primeras palabras de Franco a los medios vistiendo la camiseta de Caribes.
Atrás quedaron las estadísticas del Franco pelotero. Serán una referencia para medir lo tanto que rindió dentro del diamante.
Hasta hace poco los analistas se preguntaban las razones por la cual un cuarentón ocupaba un lugar en algún roster de las mayores.
¿Será Julio Franco un buen manager?, en la actualidad esa viene siendo la interrogante más común. Quienes anhelan saberlo, deberán a esperar los resultados de la tribu.
El piloto dominicano llega en medio de un nuevo proyecto. Su sabiduría fue el punto ideal para que la gerencia debutante, le brindara el apoyo y confiara en él. Hay ideas frescas en un club que cumple 20 años en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
"Que la divisa ande de aniversario, es una etapa cumbre para darle el campeonato a Caribes, en eso estamos. No hay manager con un uniforme que no piense en la corona. Ese sería el mejor regalo a la afición", confesó.
Sin embargo, previo a vestir la camiseta con el número 14 de Anzoátegui, Franco se convirtió en manager en la Liga de Novatos de los Mets de New York. Viajar a Venezuela, no es un mero trámite en su desarrollo como estratega.
"No dejé mi familia en Santo Domingo, a mi esposa y mis hijos para creer que voy a perder. Vine a competir, después de jugar fuerte cualquier cosa puede pasar. Todo el mundo quiere ganar y sé que en Venezuela la situación es exigente y fuerte", agregó.
El nativo de Hato Mayor, cruzó la raya de cal por primera vez como profesional en 1978, con el equipo novatos de los Filis de Filadelfia. Ya son 5 décadas tratando de descubrir el último secreto del béisbol.
Franco espera resolver los juegos con las piezas que le pondrán a la mano. "Ahora mismo hay que analizar los peloteros que tendremos a la orden. Si hay piezas para correr hay salir a correr. Me gusta tener un equipo bien estructurado, con un poquito de todo. Hay que tener rapidez, buen pitcheo y dar jonrones. Hay que saber mover las piezas".
Valencia fue su primera parada. El quisqueyano fue el más asediado por la prensa del estado Carabobo. No pasó desapercibido y desde la cueva celebró de manera muy tímida la primera victoria en el invierno ante Navegantes del Magallanes.
Seguramente guardará como una joya preciosa la hoja con el lineup que utilizó. Pero restan 62 duelos en el calendario y la idea va más allá de la ronda eliminatoria. "He visto por el internet que hay que iniciar ganando. Pero en las Grandes Ligas, aunque es un torneo largo, es positivo ganar desde el primer día. Siempre es bueno salir primero. Después de conseguir los playoffs, cualquier cosa puede suceder", aseguró.
Caribes viene de un par de decepciones. Bajo el mando de Álvaro Espinoza y Omar Malavé no avanzaron a los playoffs.
En la nueva imagen anzoatiguense, se puede palpar la ilusión de conseguir resultados. Su base criolla no tiene que envidiarle absolutamente nada al resto de la liga. Peloteros como Eliezer Alfonzo y Luis González, conocen a plenitud los secretos del éxito. De hecho en la mejor etapa de la franquicia, han llevado las riendas junto a Omar Infante.
Para deleitarse será la joven dupla que cumplirá funciones alrededor de la segunda almohadilla. El campocorto Jonathan Herrera y el intermedista Alexi Amarista son más que dos guantes sólidos. Ambos estarán en las bases con regularidad y poseen la suficiente chispa para encender el dogout.
Infante y José Tábata serán valiosas incorporaciones. Si hombres como Carlos Zambrano, Carlos Silva y Magglio Ordóñez ponen fin a los rumores de jugar, uniformándose, el trío imprimiría una dosis anímica invalorable.
Poder tener a ese grupo de peloteros a su disposición, plena de ilusión al nativo de la tierra del merengue. Franco conoce perfectamente que en el beisbol invernal se juega para ganar y no para desarrollar. Entre los managers que lo dirigieron, Bobby Cox, le enseño ser un ganador.
Como todo hombre de retos, hay metas en el camino, que para lograrlas hay que superar ciertos obstáculos. Franco piensa en dirigir en las mayores y el invierno puede ser un trampolín.

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