La Prensa inglesa se hizo eco en los últimos días de la extraña situación del contrato de Wayne Rooney desvelada por AS el pasado miércoles. Tanto el Daily Mirror como el Daily Mail, dedicaron páginas a las dudas que le han surgido al delantero inglés que por primera vez en su carrera empieza a estar cansado del escrutinio de la prensa británica, mantiene una tensa relación con su entrenador y ha pedido que se detengan las negociaciones para su renovación.
"¿Está Rooney pensando en abandonar el Manchester?", se pregunta el Mirror que menciona a AS como el origen de la información. "El club inglés teme por el futuro del futbolista", anuncia el Mail que, según le cuenta al rotativo fuentes del Manchester, Ferguson está sorprendido de que Rooney no sólo haya rechazado la última oferta del club sino que prefiera dejar pasar el tiempo. El internacional inglés acaba contrato a finales de la temporada que viene (2012).
Sin dolencias.
Tras la exclusiva de AS, unas declaraciones explosivas del propio Rooney confirman que la relación con su entrenador no es tan fluida como se ha dicho hasta ahora. En tres ocasiones se le preguntó al final del encuentro contra Macedonia si era verdad, como también explicamos en estas páginas, que su lesión era falsa. Y el futbolista no tuvo reparo en contradecir a su entrenador: "No he tenido un problema de tobillo en toda la temporada". Cuando se le preguntó por qué Sir Alex había insistido que ese era el caso, el futbolista contestó: "No tengo ni idea". En el régimen de Ferguson en el United nunca un jugador se ha atrevido a tanto.
Rooney dejó de jugar tras una actuación mediocre en el partido ante el Bolton y el escocés repitió en todas las conferencias de prensa que su pupilo tenía "un pequeño problema de tobillo". Así se perdió también el encuentro de Champions ante el Valencia.
Otros roces.
El delantero tiene 24 años y es mucho más joven que David Beckham, Roy Keane, Ruud Van Nistelrooy o Jaap Stam cuando dejaron el Manchester United. Todos abandonaron el club porque Ferguson decidió que había llegado la hora de dejarles marchar y después de que éste provocara un enfrentamiento con los futbolistas. Pero Rooney siente que su entrenador se está entrometiendo en exceso en su vida privada, intentando incluso dirigirla y realizando, además, demasiados comentarios en público. Puede que todo sea una estrategia del futbolista para conseguir un contrato más suculento o quizá algo menos estudiado...
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