sábado, 6 de marzo de 2010

RESULTADOS DE LA LIGA BBVA DE ESPAÑA

El fútbol entroniza al Madrid

MADRID 3-2 SEVILLA FC
La entrada de Guti y Van der Vaart propicia una fabulosa remontada del equipo de Pellegrini, líder, ante un Sevilla defensivo

--La casta para no rendirse ante la adversidad, el tesón permanente y, sobre todo, el fútbol, el buen fútbol, elevaron ayer al Madrid al liderato de la Liga. Dos azotes visitantes necesitó Pellegrini para dar un vuelco al equipo, para elegir el sendero de Guti y Van der Vaart en vez del de Lass. O el de Kaká, por muy reputado que sea. Con ellos al frente, el Madrid acabó en la epopeya frente un Sevilla demasiado estrecho, muy acostado delante de Palop desde que se pusiera por primera vez en ventaja. Cuando el Madrid sacó a los violinistas, no sólo mantuvo el empuje, sino que resultó devastador. Ganó en el último suspiro, pero lo mereció media hora antes.

Al Madrid no le basta con ser un equipo anestésico, digamos al estilo del Barça. Lo suyo es otra cosa, necesita jugar con energía, ser un equipo vitamínico. Es tan capaz de imponer un voltaje imposible para sus adversarios, como de quedar en trance y dejarse ir. De todo tuvo ante el Sevilla, que le gobernó de entrada y se quedó a rebufo cuando el grupo de Pellegrini tocó la corneta. Pasivo al inicio, el Madrid recibió un gol y no atisbó la pelota. Pero hay goles indigestos.

Le ocurrió al conjunto andaluz, que con el paso del tiempo perdió soltura, se encogió y cavó la trinchera ante Palop. Todo un riesgo ante un equipo huracanado como el Madrid, que, a falta de arquitectos en el eje, se salta varios pasos para el asalto. Cuando sus líneas aprietan, en el ataque aumentan los decibelios. A la carrera, sin pausa, con empeño, el equipo local logró arrinconar al Sevilla, que pasó un calvario hasta el descanso, y un desgaste inquietante: Stankevicius, un lateral improvisado como central, y Drago, su auxiliar en la defensa, fueron sancionados muy pronto. Por delante de ambos, Fazio, caudillo del juego al inicio, cada vez reculó más. Al fin y al cabo es un central, por mucho que Jiménez, el entrenador andaluz, le maquille en el medio.

El gol de Xabi Alonso en propia puerta alertó al Madrid. Fue una jugada eléctrica, muy del Sevilla. Un acelerón de Navas derivó en un pase de éste al otro extremo, donde llegó otro jamaicano, Diego Capel, como una bala. Su centro al área fue atacado por Negredo, que llegó como un molinillo junto a Alonso. Éste se anticipó sin suerte, en mala dirección. Apenas diez minutos después se lastimó Konko y entró Adriano. Los dos episodios, el gol y la lesión, desenchufaron a los sevillistas. Ya no hubo pistas de Navas, Perotti y Capel, al que Jiménez relevó en el descanso, necesitado de un jugador como Kanoutè que diera mayor templanza.
Pellegrini debió rebobinar el martirio innecesario al que sometió a Marcelo en la derrota en el Sánchez Pizjuán, cuando Navas le hizo un nudo toda la tarde. La vacuidad de Granero en las últimas semanas también contribuyó al regreso de Marcelo al medio campo.

Guti y Van der Vaart, a la vista en el banquillo. Con Lass y Marcelo de escoltas de Alonso, no prevalece la imaginación. Tampoco ayuda Kaká, descosido todo el curso. Al Madrid le quedaba remangarse. Y lo hizo hasta que Drago no le dejó otra salida a Pellegrini. Sin créditos tras los arreones del primer tiempo, cuando Kaká e Higuaín se quedaron a un palmo del gol, al alba del segundo tiempo el Madrid se vio en la cuneta. Drago lanzó una falta inocua desde medio campo. Un lanzamiento mal ejecutado, por lo que Xabi Alonso se agachó para facilitar el tajo a Casillas. Mala decisión, porque el amago despistó portero.

Ahí empezó el verdadero partido para el Madrid, en doble desventaja a falta de poco más de 40 minutos. La ansiedad dio paso al fútbol. Hay a quien benefician las angustias. A Pellegrini, por ejemplo, que dio carrete de una tacada a Guti y Van der Vaart por Arbeloa y Lass. El resultado fue elocuente. El Madrid encontró la pelota, adivinó espacios, tuvo otro compás. Y todo sin perder voltios. Guti dio otro recital de los suyos, marca de la casa. Puro ingenio. Contagioso para el grupo y contaminante para el Sevilla. Con él a la trompeta, el Madrid fue un vendaval. Dos remates a los postes de Higuaín, otro del propio Guti, una remontada instantánea. El fútbol había dado un paso al frente. Con Guti y Van der Vaart en escena, Jiménez se tapó más. Duscher, un medio matraca, se sumó a los fogones de Fazio y Zokora.

En el tramo final el partido adquirió una emotividad extraordinaria. Perotti dio alguna réplica a los constantes arrebatos del Madrid, que ahora ya tenía el mismo fuego que antes pero con otra sinfonía. Ramos y Marcelo por los costados eran un ciclón; Higuaín y Cristiano, adepto al juego gremial como pocas veces, tenían el mejor socio posible. Guti, en plenitud, ve lo que otros no ven, activa a cualquiera. A Kaká aún no, hasta el punto de que Pellegrini, a la vista de su extravío, ordenó un cambio de gran calado político: Raúl por el brasileño. En el último lance, el Madrid tuvo remedio. Van der Vaart acertó y conquistó algo más que el liderato. Comprobó cuál es la vía. Guti y Van der Vaart a punto estuvieron de llegar tarde. Pellegrini sabrá por qué. Guti, quizá también.

El Barcelona tropieza en Almería

El FC Barcelona no pasó del empate (2-2) frente al Almería

--en el estadio de los Juegos del Mediterráneo y perdió la oportunidad de mantener la distancia con el segundo clasificado de la tabla, el Real Madrid, en un partido en el que los azulgranas sufrieron las expulsiones de Guardiola e Ibrahimovic, correspondiente a la vigésimo quinta jornada de la Liga BBVA.

El conjunto que dirige Juanma Lillo sorprendió a los barceloneses en los primeros compases del partido gracias a la velocidad de sus puntas y a la fuerte presión en el centro del campo. Los locales ahogaban a los centrocampistas azulgranas y lanzaban rápidos contraataques ante su adelantada defensa, que veía cómo Piatti y Crusat cogían su espalda.

La jugada del técnico de Tolosa, que dejó en el banquillo a Goitom para jugar con un centrocampista más, resultó efectiva y fruto de una jugada de estrategia llegó el tanto de los andaluces. Bernardello lanzó un córner preciso y Domingo Cisma se adelantó a Puyol para cabecear al fondo de las redes.

Con el tanto de los almerienses, el partido se tornó de ida y vuelta y ambos equipos dispusieron de ocasiones para marcar aunque el Barcelona fue imponiéndose poco a poco. Xavi con un lanzamiento de falta, que despejó Alves, fue el primero en avisar, aunque Guilherme y posteriormente Piatti pusieron en apuros a los catalanes.

La tensión del encuentro se reflejó en los banquillos y Clos Gómez expulsó a Pep Guardiola mediada la segunda parte por protestar.
Los barcelonistas comenzaron a encontrarse cada vez más cómodos conforme avanzaba el partido y fruto de sus acercamientos llegó el tanto de Leo Messi. El delantero azulgrana transformó magistralmente una falta al borde del área ante la que no pudo hacer nada Alves y devolvió las tablas al marcador.

En el segundo periodo, el Almería no le perdió la cara al partido y se encontró con su segundo gol. Puyol remató en propia puerta un centro de Guilherme, que completó la floja actuación del central. Las cosas se ponían de cara para los andaluces, que se vieron más favorecidos cuando Clos Gómez expulsó a Ibrahimovic por una supuesta agresión sobre Cisma.

Lejos de hundirles, la tarjeta roja del sueco espoleó al Barcelona que disfrutó de sus mejores momentos en el partido y se mantuvo fiel a su estilo. El trabajo de los de Pep Guardiola dio sus frutos y Messi se aprovechó de un fallido despeje de Guilherme para lograr el empate de los azulgranas. De ahí hasta el final, los barceloneses dispusieron de ocasiones para llevarse el partido, pero la falta de acierto les dejó con un empate que deja la puerta del liderato abierta al Real Madrid.

El Deportivo se acerca a la cuarta plaza

Por otro lado, en Riazor el Deportivo de La Coruña cosechó una nueva victoria (3-1) a costa de un débil Tenerife, que se acerca a la Segunda División. Los de Miguel Ángel Lotina volvieron a mostrar las carencias de los últimos partidos pero se encontraron con un cómodo rival que, a pesar de comenzar ganando, dio demasiadas facilidades a los gallegos.

Los canarios se adelantaron en la primera parte gracias a un gol de Juanlu Hens, que supo definir con un disparo cruzado ante Aranzubía, pero no fueron capaces de mantener su renta y, antes del descanso, Juan Rodríguez empató a la salida de un córner. El segundo periodo fue para los locales, que labraron su ventaja gracias a sendos disparos desde fuera del área, de Guardado y Colotto, que les acercan a dos puntos de la Liga de Campeones.

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